jueves, marzo 27, 2008

Dos mitades, un mito de los Andes

Esta vez me detuve más tiempo de lo previsto en las pinturas rupestres. Deduzco que por eso en vez de quedarme con las imágenes y ya, quise indagar sobre los dibujos. ¿Serían indicios del modo en que el hombre del Paleolítico Superior se sumaba a la magia del universo? ¿Una manera de ejercer el propio poder y competir con la creación? ¿Acaso un dibujo hecho antes de salir de caza era una garantía del éxito de la empresa?

En la búsqueda de información, me di con un texto corto de Levi Strauss, “Mito y significado" que data de fines de los años setenta. Me voy a referir a un mito que me impactó. El antropólogo francés cita al cronista español J.P. de Arriaga autor de "La extirpación de la idolatría en el Perú" para dar cuenta de un relato a propósito del mal tiempo en los Andes.

En épocas de mucho frío, un sacerdote precolombino convocaba a cierto tipo de habitantes a un ritual. A los nacidos con los pies para adelante, a los que tenían labio partido y a los gemelos. Los acusaba de ser responsables del frío por haber comido sal y pimienta. El propósito era conminarlos a que se arrepintieran y confesaran sus crímenes.

La indagación de Levi Strauss apunta a reconocer distintas versiones de estos mitos en diferentes partes del mundo. Su constatación es simple: Los gemelos de todo el mundo estaban asociados a desórdenes atmosféricos. En cuanto al labio partido, es una hendidura que de prolongarse dividiría el cuerpo en dos. Se trataría pues, de una situación gemelar incipiente. Por último, los que nacen con los pies por adelante han sido vistos como bebés apurados por salir del vientre materno que en su prisa rasgaban a su progenitora dejándola partida en dos mitades.

La conclusión va más allá de los casos citados. Señala Levi Strauss que en la mitología del mundo entero hay personajes que funcionan como intermediarios entre el poder de arriba y los humanos de abajo. Temidos y deseados, estos intermediarios cumplen con una necesidad afectiva cuyos orígenes no son sólo psíquicos sino hasta biológicos.

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