jueves, mayo 01, 2008

Civilizarse


Hoy es día del trabajo, un feriado de rigor en Lima. El poco ruido en las calles me hizo tomar con calma la lectura del periódico. Leí la columna de Beatriz Boza, presidenta de la institución ´Ciudadanos al día´ en El Comercio". El tema era el presente poco promisorio del tráfico en Lima. La autora se pregunta si no será momento de pensar en la construcción de vías expresas de doble piso al estilo del periférico mexicano o las autopistas chilenas. ¡Claro que si! Las calles locales sólo son transitables cuando se trata de un día no laborable. Por las mañanas, al intentar asomar la nariz de mi carro a la Av. Miró Quesada en San Isidro, mi mente hilvana un relato de ciencia ficción. El noventa por ciento de automovilistas ha sido sometido a un transplante neuronal ¡que no funciona! De allí el comportamiento del autómata que va en pos del propio punto de destino sin reparar en el resto...

Otra noticia me trasladó al tema madre-hijo. El escritor Michel Houellebecq ha sido conminado por su madre a pedirle perdón por haberla calumniado en su libro "Las partículas elementales" (1998). Doña Lucie como se llama la mujer de ochenta y tres años, ha publicado "La inocente". Quiere decir que ha usado las mismas armas que su hijo para ventilar su desavenida relación materno-filial.

Se tiene así entonces a un hijo que ha acusado a su madre de haber sido una hippie dedicada a la promiscuidad sexual, incapaz de haberlo acariciado nunca. Y a una madre que llama ahora a su hijo impostor y parásito, amén de amenazarlo con golpes si no se desdice. ¡Uf! Por contraste pensé en la señora Dumbo, la elefanta de Walt Disney que a capa y espada defiende a su hijo cuando sus amigas se ríen de sus enormes orejas.

Para más datos, una publicación francesa que he consultado en la Red señala que antes que enfrascarse en un psicodrama familiar al escritor le interesa el papel de director que ha asumido en la película basada en su novela "La posibilidad de una isla".

Extraña conducta la de una madre que no vela por su retoño. Extraña la actitud de ambos al ventilar así un dolor que debe ser muy grande. De hecho hay en la jungla humana problemas más graves que el tráfico, autómatas incluídos. Sin embargo es también propio de la especie, aspirar a civilizarse cuando conduce una máquina, no su cabeza.

Imagen: Jiri Georg Dokoupil.

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