jueves, noviembre 20, 2008

Cuando desperté sus pinturas todavía estaban allí


Cuando desperté sus pinturas todavía estaban allí. Comienzo como "El dinosaurio", cuento brevísimo, del guatemalteco Augusto Monterroso (Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí) para decir que el retrato de una supuesta duquesa deforme, de una pareja desigual y de un prestamista y su mujer, pintados por el flamenco Quentin Massys (1466-1530), entraron y permanecieron en mi agenda tras leer una nota sobre la exposición que en homenaje de Erasmo de Rotterdam le dedica por estos días su misma misma ciudad. El autor de "Elogio de la locura", me condujo a este rapto breve, sino de locura, de cómoda escritura.






Imágenes: Quentin Massys.

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