martes, febrero 09, 2010

La nada hoy

Terminé la novela de Houellebecq que estaba leyendo. ´Plataforma¨se publicó el 2001, un año antes de que los francos se volvieran euros, para nosotros `neuros` habida cuenta de que la conversión nos pone en plan misio. ´Plataforma´ tiene seis ediciones y su autor hace rato cosecha los frutos de haber sido celebrado como un hito de la literatura que filosofa. Hay quienes ubican a H. en fila detrás de Sartre. ¡Ay con la nada! El protagonista de la novela vive en depre pero redime su pesar con el sexo. Heterosexual sin error u omisión echa mano de la versión dos a la vez, se inclina al exhibicionismo y disfruta del sexo de paga como quien abre una lata de atún. Porsupuesto que ni Freud ni sus epígonos aparecen en medio de tanta gozadera. Quien sabe las prolijas descripciones de glandes y clítoris, deban lo suyo al poco conocido Andrea Vesalio, padre de la anatomía moderna. El punto si quieren ustedes, el G o en todo caso el H por el apellido del autor, es que las reflexiones sobre el malestar de la cultura corren a cuenta del protagonista, un burócrata del arte que no se compromete ni con la irreverencia contemporánea. Tras la muerte de su padre decide tomar unas vacaciones en Thailandia donde conoce a Valerie, una exitosa funcionaria de turismo. Siendo franceses ambos y viéndose por primera vez en el sudeste asiático, la relación no prospera sino a su vuelta a casa. Ella a sus ventiocho años no había encontrado nada mejor que volverse operadora de una agencia de viajes y si le gusta Michael de cuarenta, es precisamente por lo que él no gusta de sí mismo. Los orgasmos entre ambos y sus invitadas van y vienen en un marco empresarial, el trabajo de ella al que finalmente él termina sumándose; y político, la estela de prerrogativas de Occidente en Oriente abierta hace ya buen tiempo como una herida del planeta por lo que podría llamarse el saqueo civilizatorio. En el entre tanto van y vienen hombres maduros, blancos, calvos, barrigones, y mujeres jóvenes color canela cuyas pieles firmes están llenas de la sabiduría de entregarse a vivir haciendo gozar al otro. Un toque de terrorismo cierra el relato para dar a entender al lector que el dolor sólo puede vivirse como paréntesis y de modo catatónico. Entonces otra vez el sexo, otra vez la nada. Diré que no es mi modo de ver la vida, pero el fulano la mueve. Su estilo se manifiesta como giros imprevistos que dan fluidez al relato. Por lo demás me mantengo en el plan de evasión que propicia el arte hasta en el carro. Las novelas favoritas de Vargas LLosa en versión sonora ayudan bastante. Si de lo que se trata es de no ser engullida por la nada...

Imagen:a partir de John Heartfield.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Tengo una relacion grande de libros por leer a la cual incluire este que has comentado. Actualmente estoy leyendo Meridiano de Sangre de Cormac Mc Carthy aun estoy en las primeras paginas pero la manera de escribir de este autor realmente me gusta mucho. El ultimo que lei de el es La Carretera impresionante.

Lichi Garland dijo...

¡Que bueno dejarse atrapar por una novela! No he leído al autor de la obra en que se basó la película de los Coen y que le dio el Oscar a Bardem. La carretera debe ser tremenda, me imagino que tan dura como el Ensayo sobre la ceguera de Saramago. Te mando un link de un fan de Mc Carthy, saludos. http://stalker.hautetfort.com/archive/2008/11/23/la-carretera-de-cormac-mccarthy.html