El estreno de la película de "El perro andaluz" de Luis Buñuel y Salvador Dalí, el 6 de junio de 1929 tuvo como asistentes al "tout Paris". Un crítico escribió que tenía la impresión de haber asistido a una proyección de "la verdad desollada viva". Se refería a la intención de reproducir la lógica de los sueños. En consecuencia de traer abajo el ordenamiento racional y mostrar el inconciente.
Lo lograran o no sus autores, la secuencia del ojo cortado por la navaja que vemos aquí, provocó la mayor conmoción. La publicidad alrededor de la película permitió a Dalí proclamarse seguidor de Freud. No se puede olvidar que la etapa más fecunda de su pintura estuvo asociada al creador del psicoanálisis; a quien lograría conocer personalmente todavía casi diez años despues.
El XXVI Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis en Lima que se inicia la próxima semana, me trajo a la memoria al Dalí cineasta. El título del Congreso "El legado de Freud a 150 años de su nacimiento", remite también a la presencia del maestro vienés en la obra del catalán.