lunes, marzo 31, 2008

La ilusión de la creatividad


Buen inicio de semana, estoy totalmente reflexiva este lunes. Preparo mi clase sobre la experiencia estética que se las alcanzo aquí. ¿Cómo se vive la experiencia estética? Hay teorías para todos los gustos. El punto de partida es la consideración de la forma artística como generadora de una respuesta en el espectador. El historiador polaco W. Tatarkiewicz resume las diferentes aproximaciones al tema. La postura hedonista sostiene el deleite que significa el arte para el espectador; la contemplativa asume su carácter pasivo; la cognitiva apunta al conocimiento intuitivo que posibilita. Otros enfoques subrayan la falsa emoción que suscita; la empatía que despierta en el espectador, su euforia o su carácter lúdico; sin descartar las posturas pluralistas que integran varios de los niveles mencionados.

Buscar un hilo conductor en esta clasificación es darse con el carácter desinteresado de la experiencia estética. Kant subrayó dicho desinterés en el sentido de una ´intencionalidad sin intención´ que favorecía la aprensión directa y subjetiva de la obra artística. El espectador se distancia de la existencia y la trasciende dejando fluir su sensibilidad con fines estéticos. La comprensión que obtiene en este terreno es distinta a la intelectual. La experiencia estética pone en juego la imaginación, la libertad y el entendimiento a la vez. No siempre se consigue traducir lo percibido en palabras.

Se habla de una experiencia estética ante un paisaje o un rostro, es decir frente a la naturaleza. En el caso del arte sin embargo, el espectador toma contacto con una propuesta concebida especialmente para dicho fin. La intención del artista no es otra que producir una experiencia estética, gire ésta en torno a la belleza, la fealdad, el horror, suspenso etc.

El psicoanalista Donald Kuspit se aproxima al tema del desinterés para como corresponde a su oficio, vincularlo al inconsciente. A su entender el arte nos libra de la sensación de incompletud y vulnerabilidad que nos definen. El elemento formal de la obra produce una resonancia en nuestro interior que opera como una suerte de escudo. Antes que la evasión o la vaciedad, dicho escudo produce la fecundación de nuestra ilusión.

Kuspit valora tanto la posibilidad de recuperar el sentimiento de omnipotencia infantil, aquella soñada integración al cuerpo de la madre o incluso a la totalidad del universo a través de la experiencia estética, pero también una orientación dirigida al futuro. La experiencia desinteresada del arte envuelve al espectador en una dimensión potencial para incrementar su libertad psíquica. Abre la ruta de indagación de su Yo, tanto en el plano lúdico como en el de la disciplina. El adulto encuentra en ella un incentivo para continuar la búsqueda vital en el terreno que le sea propio.

Si hay un rastro de narcicismo en esta transacción psíquica, no corresponde identificarlo con el gozo de una vuelta a la infancia. Más bien con a un despliegue de energía orientado a la acción. Con la actividad creativa de un Yo dispuesto a reconocer sus limitaciones y a operar en el inagotable afán de superarlas.

Imagen: Odilon Redon.

viernes, marzo 28, 2008

No un Yo sino muchos Yoes


Prosigo con Claude Levi Strauss, el antropólogo francés pronto a cumplir el siglo de vida. Su voz resuena en quien lo lee como la de un sabio. Asombra la sencillez con la que se refiere a lo que entendemos como nuestro Yo, ese pequeño universo de imágenes, ideas y sensaciones cuyo certificado de residencia en la tierra, por usar una frase existencialista, es la tarjeta de identidad que dan los estados de cada país a sus ciudadanos. La foto carnet con la que se nos identifica y el mencionado número que la acompaña, tendrían que reformularse si se toman en cuenta las observaciones de Levi Strauss en "Mito y significado". De hecho otros pensadores han tomado el mismo camino de reflexión.

A juicio de Levi Strauss, si algo sucede es que en realidad no somos un Yo. Más bien un lugar donde ocurren cosas, es decir donde se entrecruzan experiencias. La supuesta unidad de nuestro interior está más cerca de una estructura conformada por múltiples Yoes. Para él esto es muy claro cuando lee algunos de sus libros. No se siente su verdadero autor. ¿De dónde salieron todas esas ideas? La imagen con la que mejor sintoniza, es con la de haber sido el medio a través del cual se escribieron. Leerlos le permite sentir que surgen en él pensamientos desconocidos.

Pasa lo mismo con los mitos. Si nos detenemos por un momento en ellos tomaremos contacto con pensamientos desconocidos. Tan descartables no son esos relatos de épocas remotas que a manera de interpretación de los orígenes y del fin del universo circulaban en los pueblos sin escritura. ¿Qué hacemos aquí? La ciencia y su afán de objetividad hizo a un lado el pensmiento mítico para lograr conquistas innegables. Sin embargo tras el furor de interpretaciones cuantitativas ´comenzó a admitir ya en la segunda mitad del siglo XX, que detrás de todo pensamiento salvaje, detrás de toda simplicidad, yacía una complejidad insospechada.

¿Cuestión de analizar qué encontramos detrás de la simplicidad de nuestro Yo, o de entrada lo consideramos una aventura peligrosa?

Imagen: Asger Jorn.

jueves, marzo 27, 2008

Dos mitades, un mito de los Andes

Esta vez me detuve más tiempo de lo previsto en las pinturas rupestres. Deduzco que por eso en vez de quedarme con las imágenes y ya, quise indagar sobre los dibujos. ¿Serían indicios del modo en que el hombre del Paleolítico Superior se sumaba a la magia del universo? ¿Una manera de ejercer el propio poder y competir con la creación? ¿Acaso un dibujo hecho antes de salir de caza era una garantía del éxito de la empresa?

En la búsqueda de información, me di con un texto corto de Levi Strauss, “Mito y significado" que data de fines de los años setenta. Me voy a referir a un mito que me impactó. El antropólogo francés cita al cronista español J.P. de Arriaga autor de "La extirpación de la idolatría en el Perú" para dar cuenta de un relato a propósito del mal tiempo en los Andes.

En épocas de mucho frío, un sacerdote precolombino convocaba a cierto tipo de habitantes a un ritual. A los nacidos con los pies para adelante, a los que tenían labio partido y a los gemelos. Los acusaba de ser responsables del frío por haber comido sal y pimienta. El propósito era conminarlos a que se arrepintieran y confesaran sus crímenes.

La indagación de Levi Strauss apunta a reconocer distintas versiones de estos mitos en diferentes partes del mundo. Su constatación es simple: Los gemelos de todo el mundo estaban asociados a desórdenes atmosféricos. En cuanto al labio partido, es una hendidura que de prolongarse dividiría el cuerpo en dos. Se trataría pues, de una situación gemelar incipiente. Por último, los que nacen con los pies por adelante han sido vistos como bebés apurados por salir del vientre materno que en su prisa rasgaban a su progenitora dejándola partida en dos mitades.

La conclusión va más allá de los casos citados. Señala Levi Strauss que en la mitología del mundo entero hay personajes que funcionan como intermediarios entre el poder de arriba y los humanos de abajo. Temidos y deseados, estos intermediarios cumplen con una necesidad afectiva cuyos orígenes no son sólo psíquicos sino hasta biológicos.

miércoles, marzo 26, 2008

De compras




Para la suiza Sylvie Fleury el mundo ha terminado de hundirse. Agobia la búsqueda de un sentido, en particular del lado femenino. Con sutileza a determinar, la artista considera que las aguas se aquietan si se busca una salida doméstica. Mirar y actuar como quien retira una bola de pelo atracada en la tubería del baño. Corresponde declararse egoísta. ¿Por qué no? Explorar el universo que se rinde a los pies de quien usa una tarjeta de crédito. A salir de casa y comprar entonces. No importa si al final del recorrido la compradora misma termina encerrada en la maletera del auto. La satisfacción incluye el encuentro con el hombre soñado y su aura de estrellitas. Es la manera de serenarse, de encontrar el curso de la vida.

Imágenes: Sylvie Fleury.

martes, marzo 25, 2008

Rostros con historia

A propósito de Leonardo, el genio del Renacimiento, el lector tiene aquí la posibilidad de comparar los retratos que le han sido atribuídos: La dama del armiño 1490, La Ferroniere 1493, Ginevra de Benci 1474-1476 y La Monalisa 1505.








lunes, marzo 24, 2008

El mito al desnudo


Una pregunta ronda las cabezas de los estudiantes del curso de Psicología del Arte que tengo a mi cargo este semestre. Gira en torno a las características de las obras maestras. ¿Se les identifica como tales por el valor que tienen en sí mismas? ¿Es si no, el juicio de una época el que transmite su valor a la posteridad? Definitivamente la Gioconda está en la mira. ´A mí no me gusta´, exclama una alumna que ha estado en el Louvre dos veces y en ambas oportunidades se ha ubicado frente al famosísimo cuadro de setenta y siete por cincuenta y tres centímetros, sin lograr disfrute alguno.

No voy a mencionar los argumentos de la filosofía del siglo XVIII sobre el estatuto del gusto individual más que de pasada. Filósofos como Kant o Burke lo consideran una de las posibles respuestas de la experiencia estética. En otras palabras: a nadie se le obliga a tener que manifestar que le gusta tal o cual obra, así se la identifique como maestra.

Me interesa la construcción del mito de Mona Lisa. En primer lugar propiciado por Giorgio Vasari (1511-1574). El pintor y crítico se ocupa del lienzo en su “Vida de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos” para señalar que todos los detalles de la pintura están representados con gran sutileza. “Los ojos poseen ese brillo húmedo que se ve constantemente en los seres vivos, y en torno de ellos están esos rosados lívidos y el vello que sólo pueden hacerse mediante la máxima delicadeza”. El autor se detiene así mismo, en el color rojo de las mejillas, que “no parecen pintados sino de carne verdadera”.

Al decir de Vasari, Leonardo hizo su retrato haciendo escuchar música a su modelo. Había incluso contratado bufones para que evitaran la emergencia de la melancolía que solía invadir a la modelo de una pintura. Concluye el crítico: “La figura de Leonardo tiene una sonrisa tan agradable, que más bien parece divina que humana, y fue considerada maravillosa, por no diferir nada del original”.

En el siglo XIX los admiradores del cuadro de Leonardo se multiplicaron. El primero entre ellos fue Napoleón, quien pidió trasladar a la señora Lisa como la llamaba, a una de las paredes de su habitación. Distintos escritores como Teophile Gautier o George Sand, se detuvieron en el aura de misterio de su sonrisa. Para Sand la belleza de la Gioconda era tal que nadie podía observarla sin sentir una gran emoción. Al verla no se la podía olvidar más.

El robo de la pieza en 1911, aumentó la curiosidad por la figura hecha a base de esfumatos. Un italiano resultó el autor del robo. Había decidido llevársela a casa y mantenerla escondida, pero como luego de dos años quiso venderla la policía dio con él. El escándalo tuvo como no, amplia resonancia en los medios.

Por su parte los movimientos de vanguardia de las dos primeras décadas del siglo XX colaboraron con su popularidad atacándala. Representaba un mundo de admiración pasiva que había que cambiar. Se habló de quemar la pintura. Duchamp le puso bigotes y escribió en la parte baja del cuadro: LHOOQ. En francés: “ella tiene calor en el culo”. Un poco más tarde, Dalí se representó a si mismo como la Mona Lisa.

El último gesto del que hemos sido testigos proviene de “El código da Vinci”, novela de Dan Brown que tuvo como saga la película del mismo nombre a cargo de Ron Howard. Una trama en ambos casos ficticia, redondeó sin embargo el número de turistas en el Louvre. Allí mismo donde está instalada la pieza de Leonardo que sólo unas cuantas veces ha salido del paseo por el mundo. En el 2007 nueve millones de visitantes recorrieron las salas de la institución, presumiblemente para detenerse sólo en una. ¿Y cuánto tiempo se queda alguien frente a la Gioconda?, pregunta el historiador Donald Sassoon autor de “Gioconda, Leonardo y la historia de Mona Lisa”. Responde: un minuto.

A fin de cuentas no es el cuadro lo que se quiere ver. Más bien lo que se ha oído de éste. La magia que ha hecho experimentar sensaciones diversas en tantos admiradores. Como para pensar que la construcción de mitos es una necesidad propia de la psique humana. De seguro que si no hubiera existido Mona Lisa habría habido que inventarla.

Imagen: Monalisa de Marcel Duchamp, 1919.

viernes, marzo 21, 2008

Un intenso amanecer


Eran las cinco de la mañana cuando salí de mi habitación para mirar los cerros. El segundo piso de la casa de la playa ofrece una vista excepcional de ese lado un tanto alejado del mar y a esa hora la ausencia de neblina o el exceso de luz que suele envolver las formas de arena las hace del todo visibles. Se ordenan en varias filas y una luz rojiza se entreteje a sus tonalidades pardas y negras. Había estado leyendo temas de estética y tenía ahora una lección práctica. Me vino a la cabeza la mirada de un astronauta y el conjunto me sobrecogió. Una, dos, tomé aire. De la gravedad que hace que los humanos tengamos por habitat una esfera, pasé al síndrome de Stendhal. Así que uno puede turbarse hasta ese punto tras la contemplación de la belleza...

Cuando dejé el paisaje para internarme en uno de los laberintos de la urbanización, llevaba mi laptop bajo el brazo. Me animaba la intención de encontrar la zona pública de la señal wi-fi, servicio no disponible para las casas.

No tardé en encontrarla. Navegaba en busca de un por qué a la proliferación de Venus en la pintura de Occidente y en esas la exploración en la Red me llevó al blog de Rafael Argullol. Dice el filósofo que para entender el arte europeo hay que pensar en la unión entre Cristo y Venus. Le interesa la repercusión que un hombre en la cruz pueda haber tenido en la sensibilidad femenina en comparación con la suerte corrida por la mirada masculina, para la cual todo ha sido sensualidad, no cruz.

Cualquiera sea la respuesta, la mujer puede agenciarse su propia vida incluídas las sensaciones estéticas. De un lado hoy, me condujeron a mi infancia en una clase de geografía. Del otro me hicieron preguntar: ¿Por qué no se levantan todos? Me libré así mismo del mal de Stendhal, tal vez uno de los pocos malestares que vale la pena experimentar.

Imagen : Paul Gauguin.

jueves, marzo 20, 2008

Pont-Aven para Semana Santa











Imágenes: Emile Bernard, miembro de la Escuela de Pont-Aven en Francia, donde participó también Gauguin, hacia fines del siglo XIX. El uso de colores fuertes rodeados de líneas marcadas comenzó a llamarse cloisonismo, técnica que difundió sin embargo el mismo Gauguin.

miércoles, marzo 19, 2008

El conde Tolstoi, segunda parte

La discrepancia de Tolstoi con ambas interpretaciones es fulminante. A su entender la historia del arte no ha sido sino una selección a priori de obras y autores (que gustaron por razones no explicadas), a la cual se ha tratado de unificar con una definición falsa. El propósito ha servido a los intereses de la Iglesia y la Aristocracia.

El escritor se erige como portavoz de una denuncia: El arte occidental ha ignorado a otros pueblos y aunque su falsa esperanza de que la educación cambiaría su condición de ´primitivos´ no se ha cumplido, ha mantenido la producción de un arte que no es comprendido por la mayoría de los hombres. ¿Acaso se puede pensar en un alimento que haga bien sólo a una parte de la especie?

Para Tolstoi el arte verdadero se funda en una constatación: La aptitud de un humano de experimentar sentimientos de otro humano. El artista expresa sus emociones en una obra y busca compartirlas. Refiriéndose a las artes plásticas menciona las líneas y los colores como los medios a cargo de este sentimiento de fraternidad indispensable en términos sociales.

Su protesta va contra la lujuria, el asco a la vida, el desprecio dirigido al inferior, la ambición, la oscuridad, la afectación y la confusión que encuentra en el arte de su tiempo. Formula un ¡basta de poesía al estilo de Baudelaire, Mallarmé y Verlaine!,¡abajo los impresionistas, simbolistas y neo impresionistas! Las diatribas continúan en el campo de la literatura y la música. Cito al autor: “Si el arte de nuestro tiempo es incomprensible para las masas, no es porque sea arte bueno, sino porque es arte malo, o porque nada tiene de arte”.

Concebir un arte dirigido a toda una nación, o en general a la humanidad y no a los sectores privilegiados, es un afán que lo hace volver al sentimiento religioso no institucionalizado. “El arte universal tiene un criterio interno definido e indudable: la conciencia religiosa. El arte de las clases superiores carece de ese criterio”.

¿Cómo debe actuar entonces el artista? La prosa de Tolstoi redondea su aspiración utópica: “(…) debe experimentar sentimientos y tener el deseo y la capacidad de transmitirlos a los otros, debe tener por fin, una de las diversas formas del artes esa capacidad especial que se llama talento”.

Como en toda construcción racionalista del orden social, la propuesta no resiste la menor interrogación de orden cotidiano. ¿Quién determinaría que esas capacidades se dan en tal o cual artista? ¿Cómo detectar el arte verdadero? El autor cree encontrar la salida en el contagio artístico. En la posibilidad de que todos los hombres compartan sin titubeos la emoción que les produce una obra. En este punto, Tolstoi reitera que así se comportará el arte del futuro.

Vaya. Desde nuestra vida en el siglo XXI no podemos sino retrucar su planteamiento con otra de sus afirmaciones: “Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en práctica uno solo de sus principios”.

Imágenes: Odilon Redon representante del simbolismo, uno de los estilos que repudió Tolstoi por considerarlo oscuro, incomprensible y sin base en un sentimiento religioso.

martes, marzo 18, 2008

El arte para el conde Tolstoi


Leo Nikolaievch Tolstoi (1828-1910) autor de “La guerra y la paz” y “Anna Karenina”, dos de las más grandes novelas de la literatura rusa, tuvo un particular interés en analizar el futuro del arte. Aunque nació aristócrata, pidió cuentas a su clase y a la burguesía. Acusaba a los poderosos, a los que no vaciló en llamar ´delicados´, de imponer su gusto al pueblo y de perpetuar un arte falso. La búsqueda de la belleza y el placer no podía engendrar un arte verdadero.

Tolstoi se explayó sobre el tema en: ¿Qué es el arte? , texto que publicó en 1880 con el perfil de un manifiesto moralista y utópico. Su lectura es ilustrativa como referencia de una época que se rebelaba ya contra el canon de las Bellas Artes tal como lo había concebido Charles Batteaux. El autor había señalado un siglo antes antes (1740) que la pintura, la escultura, la poesía, la música y la danza eran artes imitativas que recreaban la belleza. Alrededor de 1900 ambos objetivos terminaron de diluirse. Las vanguardias artísticas dejaron en claro que ese no sería ya el camino del arte del siglo XX.

Volviendo a Tolstoi, el ruso relata su entrada a una función de ópera. Había llegado tarde, de modo que para ubicarse en su butaca se desliza entre bambalinas. El recorrido lo hace testigo del nerviosismo de los operarios. Queda claro que la función exige ponerse a la altura del perfeccionismo del director, y que el personal de la producción tiembla ante la posibilidad de cometer algún error. Tolstoi se pregunta si vale el esfuerzo. Recuerda la dedicación que deben desplegar desde muy temprana edad cantantes y bailarines y vuelve a preguntarse si tal dedicación tiene algún sentido.

Se dice que todo arte gira en torno a la belleza, observa, pero el terreno es confuso. Tratadistas de distintas épocas no han logrado ponerse de acuerdo sobre el concepto. Unos han vinculado lo bello a la metafísica y en esa medida han creído que el arte abría las puertas hacia dios. Otros han valorado el gozo estético, concepto tampoco bien definido... continúo mañana.

lunes, marzo 17, 2008

Cuando no hablan las obras


Según se lee en Arte y Psicopatología, web lamentablemente sin fecha, un grupo de artistas plásticos chilenos ha logrado una versión visual de distintas patologías psiquiátricas. La curadora de la muestra, la también chilena y artista Georgia Wilson quien se confiesa bipolar rehabilitada, busca en sus palabras, ayudar a entender la fragilidad de la mente y unir ciencia y arte. He reunido en dos cuadros coloreados aquí arriba algunas imágenes de los doce diagnósticos de la web. En realidad son cuadros indivuales. Arriba: la depresión, la esquizofrenia y la obsesión. Abajo: la anorexia, la bulimia y el trastorno de pánico.
Han colaborado con Wilson distintos psiquiatras que definen el tipo de enfermedad de la que se trata y comentan el cuadro. Recojo unas líneas de cada entidad diagnóstica.
Depresión:"(...) Los síntomas principales se pueden resumir en una progresiva alteración de¡ estado de ánimo y del impulso, con pérdida de la capacidad de disfrutar, de relacionarse con los otros, de cumplir con las propias metas, con angustia, insomnio, desesperanza, molestias corporales múltiples, déficit de memoria y concentración, culpa, rumiaciones y desinterés vital. En un plano más profundo, algunos enfermos hablan de una sensación de vacío interior progresivo (...)" Dr. Andrés Heerlin.
Esquizofrenia:"La esquizofrenia es la denominación a una de las enfermedades más graves y dramáticas que puede padecer el hombre: la locura. Ser loco significa: percibir, leer, entender, sentir el mundo y su realidad de manera particular y diferente. Es la dislocación de los instrumentos mentales con los cuales operamos en la realidad. Como experiencia es única, pero el precio es la soledad. Las alucinaciones de los sentidos que congelan el alma y las interpretaciones delirantes del entorno confunden y angustian. No hay alma gemela donde cobijarse. Es deambular solo en medio de las tinieblas".Dr. Eduardo Duran.
Obsesión:"Las obsesiones son ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente, que el individuo considera intrusos e inapropiados y que provocan ansiedad o malestar significativo (egodistonía). El individuo siente que el contenido de su obsesión es ajeno y fuera de su control, sin embargo reconoce que son producto de su propia mente".Dr. Hernán Silva.
Anorexia:"La enfermedad clásicamente, se presenta en mujeres jóvenes, con edades cercanas al período de la pubertad y se caracteriza por un intenso temor a la obesidad, un implacable deseo de delgadez, una considerable pérdida de peso corporal con alteración de la autoimagen y cese de las menstruaciones. Típicamente las pacientes se someten a estrictas dietas (...). Sin embargo, es necesario mencionar que a pesar de lo que indica el nombre de la enfermedad (Anorexia = ausencia de apetito), las pacientes se describen como hambrientas, piensan, sueñan y fantasean constantemente con la comida, se deleitan en cocinar para otros, presentando incluso un subtipo de ellas crisis de ingesta alimentarla que eliminan posteriormente con vómitos, laxantes o ejercicios". Dra. Patricia Rentería.
Bulimia:"1) La paciente sufre de un impulso incontrolable a ingerir grandes cantidades de alimento. 2) La paciente busca la forma de evitar el alza de peso, induciéndose el vómito, abusando de laxantes o haciendo ambas cosas. 3) La paciente tiene un miedo morboso a engordar. 4) La mayoría de las pacientes se mantiene en un peso relativamente normal. En 1980 el DSM-111 (Diagnostie and Statistical Manual of Mental Disorders), de la Asociación Americana de Psiquiatras, incorporó la descripción de Russell a su clasificación, agregándole algunos síntomas complementarios, como el ánimo deprimido y el autodesprecio después de los episodios de voracidad".Dr.Ernesto Banderas.
Trastorno de pánico:"En el trastorno de pánico la ansiedad se manifiesta en la forma de ataques de angustia intensa (o pánico), repetidos, en que al menos algunos de los episodios son inesperados, es'decir no se asocian a una situación desencadenante. Para las personas con trastorno de pánico, el ataque de angustia es una vivencia repentina y aterradora.Entre los síntomas que se experimentan se encuentran dificultad para respirar, palpitaciones, sensación de atragantamiento, dolor o malestar torácico, sensación de mareo, inestabilidad o desmayo. Asimismo, pueden presentarse fenómenos de desrealización o despersonalización, temor a perder el control, enloquecer o morir. Los síntomas alcanzan su máxima intensidad en segundos o minutos, para luego desvanecerse y cesar en minutos o a lo más una hora".Dr. Otto Dorr.
Comentario: En mi opinión, la propuesta trastoca el sentido artístico de las imágenes. Acotar que un cuadro es sobre tal y éste otro sobre cual, anula el sentido abierto de la pintura cuando de arte se trata. Al espectador se lo aparta del goce de "hacer hablar a las obras" como decía un crítico. Puede que el conjunto valga como ilustración en el afán de reconocer la fragilidad de la mente humana y en lo inermes que nos sentimos cuando ésta se sale de sus cauces, como dice al curadora. El tratamiento farmacológico es entonces una de las opciones para ordenar al grupo de neuronas disparatadas. No se puede pasar por alto la psicoterapia. En este caso el especialista ofrece un alivio porque "hace hablar al paciente". El sentido de la charla clínica es aquí también abierto...

viernes, marzo 14, 2008

Arte y Psicología, encuentros y desencuentros


La Psicología se ha acercado al estudio del arte y en general de los fenómenos artísticos, con los recursos de su tradicional campo de intereses: el análisis del comportamiento humano y de los procesos mentales. Las pautas de desarrollo infantil por ejemplo, han despejado interrogantes sobre las etapas por las que pasa el niño para adquirir las destrezas del dibujo, la apreciación musical, o la motricidad que requiere la danza. Por su parte, la investigación en torno a la creatividad ha definido el perfil de la personalidad que se orienta hacia el arte. Una conquista más reciente ha sido el uso de métodos artísticos con fines psicoterapéuticos.

Tanto la investigación de corte experimental, esto es la hecha en un laboratorio con instrumentos de medición para analizar el proceso de recepción de formas y colores; como la investigación de naturaleza interpretativa, dígase Freud y sus intuiciones sobre la obra de Shakespeare, Goethe o Dostoievski, o, en el terreno de la plástica, de Leonardo, Miguel Angel y Tiziano, se han interesado en el hecho estético.

Si la Psicología ha examinado las dimensiones cognitiva, afectiva y motivacional de la experiencia artística, al acercarse a la dinámica generada entre artista y espectador descuidó al objeto del arte. No reparó tampoco en los alcances de un aporte multidisciplinario, sea de la historia del arte o de alguna de las llamadas ciencias de la comunicación (el periodismo cultural y la publicidad) para dotar de un sentido vital a sus hallazgos.

En esta historia de encuentros y desencuentros, la Psicología no termina de ponerse en contacto con las piezas, instalaciones o intervenciones del arte contemporáneo gobernadas por una lógica de mercado que aplaude ni siquiera el espectáculo sino el escándalo. Da fe de la situación, la multiplicación de publicaciones que al teorizar sobre el fenómeno artístico, se valen de títulos que parecen describir la situación de golpe.

Arthur C. Danto fue un precursor con “La transfiguración del lugar común”. L e sucedió George Dicki con “El círculo del arte”. Otros libros más recientes son: ¿Cultura o basura? De James Gardner, ¿El arte a la deriva? Marie Claire Uberquoi, ¿Pero esto es arte? de Cinthya Freeland, El extravío de los límites, de J.Anaya, ¿Para qué sirven las artes? De John Carey etc.

Si la manera de mirar el mundo a través de las imágenes importa tanto hoy, no tendría la psicología que eximirse de interpretar lo que se nos hace ver. Se esperaría una mayor presencia, ¿no?

Imagen: W. Sasnal.

jueves, marzo 13, 2008

Imágenes bonitas, ideas feas




Para Filippo Marinetti el líder del movimiento futurista, un carro de carreras resultaba más hermoso que ´La victoria de Samotracia¨, aquí arriba. Para calibrar la suerte de herejía contenida en la afirmación de Marinetti, basta recordar la postura anti progreso de otras corrientes vanguardistas a inicios del siglo XX, el romanticismo entre ellas. Igualmente, la idealización de la cultura griega a lo largo de la historia.

La provocación futurista fue celebrar las innovaciones científicas. Su manifiesto publicado en Paris el 20 de febrero de 1909 elogiaba el amor al peligro, la energía, la temeridad, la revolución, la audacia, el insomnio frebril, el salto mortal. Ninguna simpatía puede despertar Marinetti al convalidar también la guerra, la bofetada y el puño.

Imagenes: Umberto Boccioni.

miércoles, marzo 12, 2008

¿Fue Adán un romántico?


Ni un poco, si se tiene en cuenta que el jardín donde vivía no le provocaba la felicidad de sorprenderse. Sólo así pudo la serpiente seducirlo. Hacerle creer que de todos los árboles de su entorno le interesaba sólo uno. Envuelta en el verde de sus hojas le señaló el fruto prohibido y a Adán le provocó morderlo. ¿Por qué sucumbiste Adán? Buscaba la sabiduría pero no la encontró, a más que el Creador lo condenó a multiplicarse. Primero vino Caín, luego Abel, y para terminar Set cuando frisaba los ciento treinta años.

Me puse a recordar al primer hombre de las escrituras, diciéndome que su deseo de conocimiento había sido por completo ajeno al espíritu romántico. Aquel que se propagó primero en Inglaterra y enseguida en la Alemania de fines del siglo XVIII, para identificar un nuevo modo de pensar en las artes. Dicho espíritu tuvo incluso resonancias políticas.

El romántico rechazaba la razón para optar por la imaginación. Los literatos, poetas, pintores y compositores identificados con el romanticismo enfrentaron la idea de progreso de la revolución industrial. Su desencanto tenía que ver con la pujanza de la ciencia y la técnica para cambiar el rostro de las ciudades y ofrecer a sus habitantes señuelos como los eran el uso del barco o el tren.

La elección de un romántico era ante todo el viaje interior. Una vez localizado el sentimiento, su corazón inflamado se inclinaba a reverenciar cualquier paisaje, ¡cómo hubiera sido el Edén! La naturaleza era un ser vivo del que la humanidad formaba parte. Los viajes se volvían bienvenidos si se trataba de tomar contacto con los restos de la civilización griega. Quien tenía los medios emprendía el Grand Tour a Italia o a un lugar pintoresco de cualquier rincón del mundo.

La postura romántica hacía eco a las dos revoluciones producidas, la norteamericana y la francesa. A los cambios políticos en el mundo había que acompañarlos de otro temperamento. Más intenso, con menos gusto por la luz que por la oscuridad, más próximo al mundo gótico que al del Renacimiento, a lo primitivo que a lo civilizado. El romántico devaluaba la belleza y su armonía para elegir lo sublime, sea la experiencia de lo extraño y hasta feo que sin embargo producía placer.

¿Hubo mujeres románticas? Esencialmente no las hubo. El romanticismo fue un movimiento masculino que hizo un lugar a la mujer sólo como inspiradora de sus sentimientos. La mujer era un ser irracional, una criatura sin lugar en sus afanes de exploración. De alguna manera, la inglesa Mary Shelley (1797-1851), hija de la primera feminista Mary Wollstonecraft y esposa del poeta Percy Shelley aludió a esta excluyente ambición masculina. Publicó en 1818 la historia de Víctor Frankestein, un médico ávido de conocer “los secretos del cielo y la tierra”. El cine logró que cualquiera sepa que hizo su criatura.

Hoy se le dice romántico a quien cultiva ciertas nostalgias y descarta el lado práctico de las cosas, incluidos los regalos. El perfil de un romántico gana todavía en hondura si como el personaje de “La casa de cartón” el relato del peruano Martín Adán (1908-1985), “transmite un sinfín de cosas perfectamente indecibles”. El romántico escriba o no versos, es por lo general un poeta.

Imágenes: Caspar David Friedrich, William Turner.

martes, marzo 11, 2008

El efecto Pigmalión

Desde que el pensamiento psicoanalítico abrió grietas en nuestro lado racional para mencionar el inconsciente, el misterio se disipó en torno al mito de Pigmalión. Cabe reconocer que la fantasía de trastocar el mundo de los objetos o de nuestras creaciones para volverlas reales late silenciosa en nosotros. Sea en un sueño diurno o en una nocturno, dicha fantasía no afecta sin embargo nuestra capacidad de instalarnos en la realidad. Sólo una crisis que traiga por tierra el equilibrio logrado para moverse en el mundo puede hacer entrar a cualquiera al terreno del trastorno mental. Otra enseñanza de Freud con la que hago particular sintonía: no es dable hacer una distinción tajante entre la normalidad y la locura.

Volviendo al relato de la mitología, poco interesa dudar de la habilidad del escultor para lograr una imagen tan vívida en una talla de marfil. Menos suponer que el escultor enloqueciera al ver que Galatea cobraba vida. El mito del artista y el de la mujer-marfil que se volvió de carne y hueso, tiene un final feliz. La imagen de Pigmalión se incorporó al acerbo de la cultura de disintas formas. El escritor de origen irlandés Bernard Shaw escribió una obra de teatro del mismo nombre Pigmalión y en los años sesenta una película de George Cukor se inspiró en la obra de Shaw, “My fair lady”.

Por el lado de la psicología, un investigador de Harvard bautizó como “Efecto Pigmalión” la influencia de nuestras creencias sobre un juicio posterior. Robert Rosenthal dio a conocer a fines de los años sesenta el resultado de un experimento al que tituló ´Pigmalión en el aula´. El punto de partida fue la información que brindó a un grupo de maestros sobre la supuesta capacidad de sus alumnos. Había establecido los nombres al azar, pero el resultado demostró que dichos alumnos se convirtieron efectivamente en los más destacados. La expectativa de sus profesores colaboró indudablemente en ello.

Se me ocurre que podríamos agradecer a quienes de una manera u otra han ejercido sobre nosotros el efecto Pigmalión. Tal vez sea cosa de hacerles saber a quienes queremos lo bien que nos sentimos cualquier mañana. Esta por ejemplo.

lunes, marzo 10, 2008

La imitación perfecta


El arte. Un autor lo compara con la excreción del páncreas, de seguro para subrayar la importancia casi biológica que ha tenido la actividad artística en la historia de la humanidad. Sus orígenes datan de veinte mil años atrás. Difícil que un escolar no haya visto alguna vez las reproducciones de los dibujos y pinturas de las cuevas de Peach Merle, Lascaux o Altamira en Francia y en España. El déficit de la educación artística en los colegios priva al estudiante en otro sentido. No lo pone al tanto de que el concepto de arte ha sido cambiante según la cultura y la época de que se trate. Omite que en el mundo occidental hubo un hilo conductor: la intención del artista de imitar la naturaleza, pero que el afán terminó con la llegada del arte moderno.

La tradición se hizo trizas en la segunda mitad del siglo XIX pero hasta hoy, y vale sorprenderse, no hay quien haga saber al gran público que su preferencia por un realismo que cabría llamar visceral, lo deja sin saborear el resto del pastel. La libertad visual que engendró la modernidad es en general ajena al no iniciado. En otras palabras, si una pintura o una escultura no se ajusta a la expresión aquella de ´sólo le falta hablar´, no es arte. Más bien extravagancia, locura y a otra cosa.

Una audiencia con estas características aplaudiría a Zeuxis. Entre las muchas anécdotas del pintor griego figura la de las uvas que por su fidelidad lograban engañar hasta las aves. Se dice que se acercaban al lienzo de Zeuxis a picotearlas. El caso de Pigmalión va en sentido contrario. El personaje, se enamoró de la escultura que él mismo había terminado y a la cual había bautizado como Galatea. Pigmalión deseaba que cobrara vida, favor que la diosa Afrodita le concedió. Ovidio narra su historia en ´Las metamorfosis´.

“Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez, y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos”.

Imagen: Pigmalión, Bronzino, 1530.

viernes, marzo 07, 2008

¿Construir el lugar común o la realidad?

No voy a usar la palabra inaudito. Suena cursi y finalmente lo que ocurre es lo que hay. De lo que no voy a librarme es de mencionar las dificultades que nos acechan para construir la realidad. Basta ir a Barranco, uno de los cuarenta y tres distritos que tiene la ciudad de Lima, para comprobarlo. En el local todavía a medio terminar del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) el visitante está invitado a recorrer la muestra titulada “La construcción del lugar común”. He aquí sin embargo que a más de las propuestas de los quince artistas en lista, uno se topa con las pintas que ha agregado la furia vecinal.


Se dice que un grupo de barranquinos no quiere saber de arte, que prefiere volver a contar con el parque que había antes. ¡Pues sí que escogieron una modalidad no artística para disentir! No se sabe si fueron varios los vecinos que ingresaron furtivamente al local durante una noche y lo llenaron de tachaduras e insultos. ¿La inmensa estructura de fierro que constituye la primera parte del proyecto-museo en un área de algo más de dos mil metros cuadrados, no contaba con vigilancia? Al parecer el único policía-vigilante no se percató del acto vandálico. En lo que a la alcaldía respecta, ha colocado un panel con letras grandes y rojas a la entrada. Dice: Clausurado por Disposición Municipal. El mandato claro está, no se cumple. La entidad promotora del Museo, el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) y el organismo público ventilan sendos juicios que autorizan al IAC a desafiar la medida.

Difícil construir un lugar común cuando el espacio en cuestión resulta para unos un agradable sueño y para otros una pesadilla. A sumar la presencia de expositores que no son expositores, de vigilantes que no actúan como vigilantes y de clausuras que no son clausuras. Padecemos de onirismo, que duda cabe. Pienso que el propósito de indagar en el terreno de la construcción está sin embargo presente. Para lamentar que sea el elemento tensional de la dinámica el que tome las riendas: La destrucción al rojo vivo con su cuota de confusión y falta de oxígeno.

Tomo nota de que no me he referido al campo de las estrategias de acercamiento entre la ciudadanía y el arte de las vanguardias. Otro día será.

Expositores: Elena Damiani, Giusseppe De Bernardi ( un espectador interviene el panel publicitario. Parece decirle lo que sea ´broder´y aunque no entienda el quechua) .

jueves, marzo 06, 2008

Comedores de corazones

Una imagen del segundo futurismo italiano de Fortunato Depero(1892-1960) .

miércoles, marzo 05, 2008

El pensamiento visual


El trabajo experimental de Rudolph Arnheim (1904-2007), investigador, ensayista y profesor de Psicología del Arte de la Universidad de Harvard, lo llevó a afirmar la importancia del pensamiento visual. Su labor ponía en cuestión el papel de cenicienta que la enseñanza tradicional había asignado a la imagen pedagógica. De hecho que como en el cuento, dicha imagen debía supeditarse al protagonismo de sus parientes las palabras y los números.

Entre las consideraciones del psicólogo de origen alemán destaca la mención de que todo pensamiento es de naturaleza visual y en ese sentido que percibir es ya una acción inteligente. El aprendizaje se inicia pues, en la percepción y no en otras supuestas cualidades del cerebro. Con lo dicho sale a relucir un lenguaje distinto para comprender el aprendizaje. Aprender es lograr que se vuelvan significativos estímulos que anteriormente nos resultaban ajenos, sea por indiferencia, lejanía de nuestro campo de intereses, por falta de oportunidad o incluso por temor.

El pensamiento creador se forja con el manejo perceptual de objetos y fuerzas. En esta dinámica y aún siendo innegable que la maduración funciona como un requisito de la percepción, el cerebro del niño y el del adulto hacen lo mismo frente a impresiones y estímulos. Nuestra naturaleza es captar rasgos estructurales, esto es el todo antes que las partes, en concordancia con la pauta más simple del campo que se nos ofrece.

Cabe agregar al desarrollo biológico de la percepción otro de tipo social. Basta considerar que las pinturas impresionistas causaban desorientación a los espectadores de fines del siglo XIX y que a inicios del siglo XX el ojo actuaba ya con naturalidad frente a esas pinceladas que parecían destellos. Se las había rescatado de su estatus como una pauta visual confusa. El arte, observa Arnheim, hace el mundo visible.

El tema me trae a la memoria a una amiga para quien todas las marcas de carro le resultan iguales. De hecho que ella pasa por alto ´ver en relación´ propiedades de los objetos de cuatro ruedas. Dígase dimensiones, formas, colores, texturas y materiales por referirme a la apariencia de los vehículos. Aunque suene a ciencia ficción, el parque automotor no le es visible. Y en realidad sucede lo mismo en cualquier otro campo, dígase el de las artes, aún cuando la dinámica generada por Arnheim las rescatara del baúl de frivolidades.

La defensa del pensamiento visual trajo aparejada la reubicación de las formas artísticas. El arte incorporado en el plan de estudios escolar podía servir para algo más que para el entretenimiento de quienes no se sentían inclinados a las matemáticas o a los negocios. Arnheim propuso "revalorar la actividad sensorial de la cual el arte era su más hermosa flor".

Un acercamiento al variadísimo terreno artístico exige sólo disponibilidad psíquica. Si sus imágenes nos cursan alguna invitación, es mirarlas con detenimiento. Luego de la mirada generalizadora se podrá pasar a diferenciar estímulos que en un inicio nos resultaban vagos.

Imágenes: Nicolás Poussin.

martes, marzo 04, 2008

Aprender a mirar




Imagen: Nicolás Poussin (1594-1665).

lunes, marzo 03, 2008

Colegio con calor



Mis pequeños entrevistados del fin de semana en la playa. El tema: ¿Qué les parece comenzar este lunes el colegio? La fecha señalada por el Ministerio de Educación para reiniciar el año escolar, hoy 3 de marzo, tiene como objetivo completar 38 semanas de trabajo anual. "Nuestra meta es tener 1 100 horas efectivas de estudio en Primaria y 1 200 horas efectivas en Secundaria, tal como fue establecido con la debida oportunidad en las Orientaciones y Normas Nacionales para el Año Escolar 2008”, señaló una fuente de la entidad. Mencionó también una posible flexibilidad según las zonas del país de las que se tratara, sin embargo en la capital un numeroso grupo de escolares se enfundó hoy el uniforme sin considerar el calor veraniego.

De mis encuestados uno dijo estar contento de reencontrarse con sus amigos, otro expresándose con un lenguaje llamativo para su edad confesó sentir pánico. ¿Que pasaría ahora con la playa? Tal vez su familia no podría ya salir de Lima. Un tercero sonrió. Habrían cosas buenas y malas, pero de todas maneras mucho calor. La niña a punto de cumplir siete años dijo que le gustaba la idea, aunque luego ensayó una mirada teatral a propósito de la lectura. ¿Cómo haría este año cuando todavía no se acostumbraba a sus anteojos?

De mi parte disfruté con la solvencia de los menores para expresarse y con las imágenes que me dejaron hacerles. Pensaba en las absurdas medidas numéricas que se usan para definir el reinicio del aprendizaje escolar. ¿No es importante el juego en libertad del verano? ¿No se puede priorizar el bienestar infantil y el de sus familias con una orientación menos burocrática?