jueves, diciembre 03, 2009

La vanidad ajena

Me topo con alguien vehemente. Una mujer que tan sólo verme me lanza un a ti te interesa el arte ¿no? ¿A qué te refieres? No logro hacer mella ni en el oído ni en el arrebato vital de la doña. Como sabes prosigue Carmen Rosa, el psicoanálisis tiene mucho interés en el arte contemporáneo. ¿Así? Te interesa Freud, pero para él todo era Tiziano y Leonardo, decido pasar por despistada. Noo, hablo de Lacan rastrilla ella. Ahhh, sin querer decir que estoy en todas ya me había pasado por la cabeza la incapacidad de sublimación que mencionan los lacanianos al interpretar la violencia actual. ¡Por qué no lo dije! La mujer arremete con lo que llama lo ultimó de la Bienal de Venecia. Es un hecho que si me mantengo al inicio de la escalera que conduce al segundo piso del mall, el término conversación va a identificar sólo las palabras que emiten las cuerdas vocales de Carmen Rosa. ¿Habrá venido a comprar libros al Jockey Plaza? Que yo esté buscando un par de zapatillas no me libra de la curiosidad de saber adonde me lleva este encuentro. Supongo que voy a hacer de fantasma. Del espejo que Carmen Rosa necesita para decirse que está al tanto de esto y aquello. Muy lacaniano todo me digo al momento en que una pareja pasa a mi lado comentando las ofertas de Tommy Hilfiger. ¡Todo el día es el dos por uno! Distraída no le hago caso a mis tripas que por lo menos a veces practican la tolerancia cero frente a la vanidad ajena. Carmen Rosa ha obtenido información de la Bienal por Internet lo que la hace sentirse con licencia para pasar por conocedora. Oye pero yo he estado allí me digo. Igual la escucho.
Imagen: Pizza veneciana.

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