viernes, agosto 29, 2008

Como las aves

Los aviones y su vocabulario. En cada viaje redescubro mi miedo a esas naves más pesadas que el aire, que con su par de alas y en virtud de su impecable aplicación de la leyes de la aerodinámica remontan la tierra. El por qué preciso de su vuelo es de hecho ajeno para quien no decidió pasar su horario de trabajo en el aire. Imagino quiero decir, que la tripulación de un avión estudia el cómo vuela su oficina. Especulo que su conocimiento es un requisito para lograr el aire despreocupado que le muestran al viajero. No he podido comprobarlo porque como sabemos, uno se estereotipa al máximo cuando deja de tener los pies en tierra. Un billete aéreo con destino hacia alguna parte no incluye satisfacer ciertas curiosidades. Alguien podría objetar que se viven a destiempo, ¡cómo no atendí a la profesora de física de la secundaria! Digan que no. Hace unos años, en una travesía para cruzar el charco rumbo a la península ibérica, no pude evitar detenerme en un atractivo flight attendant a quien veía todo lo concentrado que cabe en la distribución de panes a los pasajeros de clase turista en la que yo viajaba. El hombre tenía en una mano una panera y en la otra una pinza y recorría con ellas las filas de asientos al ritmo de una interrogación: ¿Pan? Lo seguía yo con la mirada diciéndome que a fin de cuentas proporcionar a los viajeros el manjarcillo que antecedía a la cena era bienvenido. Lo que me desconsolaba era que el sujeto parecía ausente de sí mismo. Repetía el ofrecimiento que dicho sea de paso nadie rechazaba, sin agregar ni un mús. Bastaba sin embargo cualquier pregunta de un pasajero para que el hombre desdibujara su sonrisa de autómata y respondiera con un monosílabo: No, de eso no me encargo yo. Sin descartar que hubiera podido sorprenderme, si tras mis gracias por el pan le lanzaba un ¿y sabe usted por qué vuelan los aviones? No lo hice y con mi carbohidrato en el azafate vi al flight attendant esfumarse en la parte trasera del avión. Minutos van minutos vienen. La cena había sido ya repartida, cuando lo ví de nuevo. Hacía el mismo recorrido sin haber perdido su congelada sonrisa, pero había construído una frase: ¿Un poco más de pan?

¡Ay, con eso de subirse a un avión! El lunes cuando ponga un nuevo post, no estaré ya en Lima, ¡adivinen dónde! Como consuelo acabo de leer en una web donde ofrecen quitarle a uno la fobia aérea."Volar es seguro, ningún otro transporte, ni siquiera sus piernas cuando camina, presentan la seguridad de los aviones modernos". Mejor me la creo...pero entonces, ¡ustedes corren peligro! Cuídense mucho, invisibles y apreciados lectores.

Imágenes: Carlos Amorales.

jueves, agosto 28, 2008

Convicciones que arrastran


Me quedé pensando en el relato de ayer. En el desencuentro entre A y B que cuando menos se pensaba, hace entrar en escena a C, el esposo de A. Volví así a "El arte de amargarse de vida" de Watzalwick y tomé nota del párrafo que se refiere a la convicción de que quienes creen que no hay más que una sola opinión correcta: la propia. Dice el autor: "Una vez que se ha llegado a esta convicción, muy pronto se tiene que comprobar que el mundo va de mal en peor. En este punto se distinguen los profesionales de los aficionados. Estos últimos llegan a lograr encogerse de hombros y resignarse. En cambio, el que es fiel a sí mismo y a sus principios áureos, no está dispuesto a ningún compromiso barato. (...) Como capitán de navío de su vida, que hasta las ratas ya han abandonado, navega imperturbable hacia la noche borrascosa".Imágenes: Mark Kostabi.

miércoles, agosto 27, 2008

Aires y desaires


El punto es una supuesta cadena de desaires. A y B son dos mujeres emparentadas por el matrimonio de una de ellas. A se ha casado con el hermano de B y aunque cuñadas ambas en sus cuarenta, no han encontrado ni en la edad ni en ningún otro tema un motivo para acercarse. En realidad se tragan apenas, así que su trato se limita a las reuniones en las que coinciden, obligadas en cierta manera por el parentesco político. El episodio se inicia con la muerte del papá de B, suegro pues, de A. Prosigue con la iniciativa de la madre de A, quien para cumplir con las maneras usuales, decide llamar a la madre de B y darle el pésame. Sin embargo no lo logra porque B que contesta el aparato, le dice que su madre no puede atenderla. B ha sido probablemente más parca y menos amable de lo que suele, dada la pena que vive. No hay cómo pasar por alto que el fallecido es su padre. Mmm, tener en cuenta lo que podría estar viviendo el otro no es siempre un pensamiento y una actitud que se cultiven. En todo caso tal comportamiento es no habido en la psique de la madre de A. Basta tomar notar de que no bien deja el aparato telefónico, lo vuelve a descolgar para comunicar a su hija que ha sufrido un desaire. A, la escucha indignada. Se entiende que desde un inicio coincide con su madre en cuanto que ésta haya sufrido efectivamente un desaire, y prepara su venganza. ¿Pueden imaginar lo que ocurre? El siguiente encuentro entre las dos cuñadas, es la oportunidad elegida por A para devolver el supuesto maltrato. El dolor y tristeza que podría unir al grupo en duelo pasa así a último plano. En la próxima reunión familiar A ejecuta su plan. La secuencia de saludos a su parentela política se interrumpe cuando llega a B a quien dirige sólo un ah, hola. ¿Será tan dulce la venganza que el vengador no anticipa el efecto de sus acciones? B deja pasar un segundo apenas antes de levantarse de su asiento y proferir, ante la supuesta congoja familiar, que ¡es la última vez que tolera un desaire de A! Sigue que B se retira del lugar y que su hermano, el marido de A, toma partido por ella. Va detrás de su pariente para atenuar el desaire, pero no la convence. En fin…

Si se nos dijera que somos agricultores, tendríamos que responder Se equivoca usted. Labrador es en cambio, un término más amplio y si efectivamente identifica en primera opción a quien vive en el campo y trabaja la tierra, se asocia también al verbo crear. Fulano es el creador de su propia desgracia se dice, y, en el mismo sentido Mengano está labrando su desdicha. Cada uno labra su propia desdicha como su propia felicidad, concluyo como Paul Watzlawick en su libro “El arte de amargarse la vida”.

El autor cita en su final a Dostoievski en ´Demonios´: "Todo es bueno...todo. El hombre es desdichado, porque no sabe que sea dichoso. Sólo por esto. ¡Esto es todo, todo! Quien lo reconozca será feliz en el acto, en el mismo instante..."

Imagen: Allen Jones.

martes, agosto 26, 2008

Las palabras son así

Terminé de leer ´Ensayo sobre la ceguera´libro del premio Nobel José Saramago (1922) que salió a la luz hace trece años. Una amiga me pasó un ejemplar de la undécima impresión. Vaya. En un mundo que promueve un registro tan ligero de las cosas, resulta difícil imaginar tal número de lectores.Yo misma había eludido su lectura, aún cuando la frase del inicio Se iluminó el disco amarillo, me hizo pensar la vez que lo abrí en una librería, que sintonizaría con el estilo. El ensayo es una obra cruda. Una parábola sobre el mundo actual en su dimensión poluída, contaminada, egoísta y poco previsora. Escarapela al mostrarnos que no reparamos en lo valioso que es tener unos ojos. En su lado más íntimo, al poner en evidencia el automatismo que nos lleva a desperdiciar la posibilidad de recorrer con paciencia los rostros de los seres que amamos. Basta imaginar el virus que desata la pluma de Saramago para que comiencen a quedar ciegos uno y otro humano. Un pueblo entero enceguece y por tal abandona sus formas civilizadas. El mar de leche que le cubre los ojos demuestra que su estado -nuestro estado- de civilización es precario. Todo se trastoca. La producción, la circulación y el consumo de bienes. Es imposible contar con agua y luz, si nadie puede ocupar su puesto de trabajo en las empresas que proveen estos servicios. La parábola del portugués hace pensar en el poder de los Bancos si guardan un dinero que no permite siquiera comprar alimentos. El ambiente de progresiva descomposición convierte en feroces incluso a los animales domésticos. Ellos tampoco tienen que comer. Saramago abre la caja de males para recordarnos la voracidad que nos habita. Sólo un azar preserva a una mujer de la ceguera convirtiéndola en guía física y espiritual de un colectivo de desesperados, que viven fuera del tiempo tal como lo concebimos.

El texto de Saramago resulta después de tantos años como toda parábola, absolutamente vigente. No voy a decir que me ha dejado golpeada, lo estuve a lo largo de los días en que administré mi lectura. No habría podido digerirla de un tirón. Extraigo una cita que hace de reflejo de lo que logra en nuestra sensibilidad el escritor: "Las palabras son así (...) se van juntando unas con otras, parece como si no supieran a donde quieren ir, y de pronto, por culpa de dos o tres, o cuatro que salen de repente, simples en sí mismas, un pronombre pesonal, un adverbio, un verbo, un adjetivo, y ya tenemos ahí la conmoción ascendiendo irresistiblemente a la superficie de la piel y de los ojos, rompiendo la compostura de los sentimientos (...)".

Imagen: Pieter Brueghel el viejo, 1568.

lunes, agosto 25, 2008

Seso y tecnología


Jóvenes que responden al teléfono. ¿Quiénes operan como guías, cuando de efectuar un trámite por Internet se trata? Imagino que son profesionales que han ingresado no hace mucho a la empresa que les encarga brindar un servicio supuestamente cordial al público. Me pasó hoy necesitar este tipo de comunicación eminentemente auditiva y el primer servicio fue del servidor de la Red, dije, Si miren, el modem de mi PC dejó de funcionar sin que aparentemente parezca estar malogrado; enseguida hablé con una compañía de aviación, Quisiera actualizar el millaje de mi tarjeta viajera; y, finalmente con un banco, Ocurre que he cambiado de tarjeta y al querer hacer un pago por la Red he comprobado que la activación no había sido automática... En todos los casos, la comunicación funcionó así que no tuve que lamentar pasar parte de la tarde pegada al aparato telefónico y a Internet en su versión institucional. De hecho usaba un lenguaje que por lo menos en Lima, parece recién estarse poniendo en circualación. Según el tipo de consulta de la que se trate, uno selecciona un número de la botonera del teléfono. En el caso de un banco, o de una compañía de aviación, hay que anotar enseguida el número de su tarjeta y de su documento de identidad para entablar un diálogo con el operador de turno. Atención, se oye, le comunicamos que por motivos de seguridad esta conversación puede ser grabada. Una pausa, un último ring y por fin del otro lado alguien lanza un, Gracias por llamar a...le habla bsssbsssbsss, ¿en qué puedo atenderla? La antesala para entrar a la web del caso.

Me ocurre mantener un trato amigable con distintas ramas de la tecnología, lo que significa que no podría formar parte de una estadística promedio tomada con gente de mi edad. No es ya tan frecuente, pero hasta hace no mucho legiones de mujeres se resistían incluso al e-mail. Quienes frisan los veinte o los treinta parecen incorporar el manejo tecnológico en cambio, con amplia naturalidad. Sin olvidar que la cosa va para atrás. A inicios del 2008 comprobé que un curso de informática forma parte de la curricula escolar para un estudiante de siete años.

En medio de mis llamadas me vino a la cabeza la aceptación que podría tener un servicio de gestiones vía Internet, para la mediana edad (es decir ofrecer a gente mayor hacer sus trámites vía esos jóvenes por lo general amables). Lo digo sin la conmiseración con la que suele consignarse la edad en nuestro planeta. El enfoque publicitario reserva la promoción de la tecnología, el baile (entendido como agitación y meneo), el plan erótico y las bebidas espirituosas para los jóvenes. A quien deja la treintena, le ofrece en cambio un futuro de productos rejuvenecedores, panetones endulzados que se comen cerca de los nietos o seguros de vida. Nunca seguir perteneciendo al sistema de operaciones que implica poner en uso algo de seso.

Hablando en serio no sé adonde voy. Embarcarme en discusiones sobre el abismo generacional me apetece un rábano. Sólo recordar que en los años sesenta se había puesto ya la cosa al rojo vivo con aquello de ´Don't trust anyone over thirty´ (No le creas a nadie que pase de los treinta). Traigo también a la memoria el hippismo que consideró que llegar a los cuarenta se podía subsanar invocando un mundo utópico vìa el consumo de drogas y la promiscuidad sexual. Los hijos de quienes mantuvieron esta postura salieron otra vuelta conservadores como los abuelos. En fin...hoy todo indica que se trata de decidir cuál será la pauta de nuestras relaciones con la tecnología. Y si decidimos o no usar el seso en ella.

Imágenes. Ron Mueck.

viernes, agosto 22, 2008

¿Sobre qué y cómo hacer un clic?

Heroína, prisión, castigo, hambre. James Natchwey (1948) fotógrafo estadounidense, ha dedicado su vida al registro de situaciones que se quieren ignorar o ante las cuales es más cómodo cerrar los ojos. Su intención manifiesta ha sido actuar como portavoz (ojo testigo habría que decir) de lo que la sociedad debe rechazar. De una suma de injusticias que claman por ser atendidas. Su trabajo visto sin embargo desde otro ángulo, no puede evitar ser señalado como el de alguien que vive del dolor ajeno. Natchwey no se inmuta. Admite que es un oficio enfermo pero necesario. Se necesitan humanos que no sólo vayan en pos de la foto más brutal o dramática sino que compitan por ella. Tratándose de las guerras aún a costa de la propia vida. Dice Natchwey: "Creo que la gente se debe ofender con el genocidio. Se debe ofender con la limpieza étnica. Se debe ofender con el hambre. Mi trabajo no es hacer que esas cosas sean cómodas o fácilmente digeribles. Mi trabajo no es hacer sentir cómoda a la gente con estas cosas, ni entretenerles. Mi trabajo es concienciar a la gente del hecho de que son crímenes contra la humanidad".

Admirador de Robert Capa ( 1913-1954), y seguidor por tanto de su máxima: "Si tus fotografías no son buenas es porque no te acercaste lo suficiente", Natchwey ha sido ganador del World Press Photo y aunque se mantiene ligado a la agencia Magnum ejerce también de manera independiente. Lo que llama la atención es su excepcional manera de capturar un instante. Como si en medio de tanto dolor e incluso peligro, la composición de sus imágenes no dejara de tener en cuenta el efecto estético.

¿Sobre qué escena del gran tema y cómo hacer un clic? La pregunta exige un límite que tocará resolver a cada profesional. El propósito si no queremos dudarlo, es la denuncia social, lo que no exime de tomar contacto con la propia ética.

jueves, agosto 21, 2008

Descifrar un gato

Voy y vengo por los lienzos de un joven pintor local con talento, que me ha pedido escriba unas líneas a propósito de su próxima muestra. Me detengo en el pulso que imprime en sus pinceladas, en la manera en que distribuye el espacio habiendo elegido como constante la presencia femenina, o, me dejo llevar por el colorido. Detecto las tonalidades elegidas para lograr sea la bruma, sea el efecto de luz en busca de un contraste. Formulo un par de ideas sobre el estilo en el que el artista parece sentirse más cómodo y lo que se puede intuir de él en los rostros de las mujeres que le hacen de modelos. Donde me quedo atracada es en los gatos. Uno, dos, tres, hasta cuatro de esos seres que no son más silenciosos que los espejos como decía Borges, figuran en sus cuadros. Será que una vez tuve una gata que me dejó confundida. Desapareció sin advertirlo y supongo casi trotando por los techos de los vecinos. Había recibido un grito. ¿Sería coincidencia? Una amiga con quien compartía el departamento, encontró a Thais saboreando un filete humeante sobre la mesa humana y no supo lanzarle un ¡no! menos alarmado. Los segundos que tardé en aparecer en escena me permitieron ver sólo la cola de Thais deslizándose por la puerta vaivén de la cocina y nunca más.

Como fuera, no bien decido explorar el mundo-gato resulta que comienzo a disfrutar del lenguaje poético de Neruda. Entre otras evocaciones, el poeta identifica a su animal como mínimo tigre de salón, el viento del amor a la interperie, la fiera independiente de la casa, un arrogante vestigio de la noche, la insignia de un desaparecido terciopelo, pero concluye que no puede descifrar a su gato. ¿Será porque los gatos no dudan? Les dejo un extracto del poeta chileno.

"...El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato quiere ser sólo gato
y todo gato es gato desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro..."
Imágenes: P.Klee, P. Picasso. Poema al gato de P. Neruda: Oda.

miércoles, agosto 20, 2008

Tonalidades y desgarros

El nacimiento de una nueva visualidad nació en el pais hace una década, leí hoy a la entrada de la exposición de la Muncipalidad de Miraflores. La muestra que visité recogía pinturas, trabajos plásticos y videos de artistas premiados por ´Pasaporte para una artista`, concurso para creadores menores de treinta y cinco años que convoca a nivel nacional la Embajada de Francia. Me detuve en un cuadro de Christian Bendayán, ganador de la edición del año 2000 y a mi regreso indagué en la Red por obras recientes del autor. El artista se detiene en aquello que hasta hace unos años, cuando el aplauso se lo llevaba lo foráneo, no revestía interés para nuestras confundidas miradas. Bendayán, autodidacta que pasó su infancia en la selva del Perú, mantiene el deseo de retratar personajes locales en un entorno tropical. Tanto popular, como colorido y dueño de una extravagancia que sin embargo hace pensar, muestra que la creatividad no se evalúa en la confrontación con modelos extranjeros. En su opinión, a la gente le urge que sus artistas se comuniquen con ellos, así que siente que hace de espejo. De otro lado, la presencia en su obra de travestis, sujetos que se atreven a mostrar su anhelada identidad sexual, remite a un erotismo que cumple acaso como la única dimensión en la que muchos pueden sentirse verdaderamente nacidos. Sin ese aprendizaje de valores que requiere no sólo la entrega del que aprende sino el respeto del entorno, poco se guarda en la psique como no sea la fuerza de la pulsión libidinal casi desnuda. El erotismo de raíces tropicales que hilvana hoy la cultura de los medios en el país parece dar la razón a Bendayán cuando anota que el lugar donde se forja el ser o no ser en el Perú , bien podría tener como cuna una peluquería, ...o dos.
El arte se hace el que festeja, pienso yo...tonalidades llenas de color encubren los desgarros. ¿Enhorabuena?





Para lectura: Entrevista a Christian Bendayán.

martes, agosto 19, 2008

Afinar humanos

Durante las últimas venticuatro horas, no he podido ahorrarme la relectura del libro ´Diario educar, Tribulaciones de un maestro desarmado´de Constantino Carvallo Rey. Tuve sin embargo que hacer un alto al momento en que sentí que la desaparición del director de ´Los Reyes Rojos´ me conmovía demasiado. Y no era solamente por la agudeza del autor en torno al tema educativo, sus observaciones aparecían ante mis ojos con una luz brillante, casi nueva; sino por su manera tan íntima de aproximar al lector a su propia vida. Prendí la tv. entonces en busca de algo ligero, un entretenimiento, y vi una comedia que resultó una crítica al mundo de los concursos televisivos que me permitió aligerar la sensación no sólo de pérdida sino de desconcierto y hasta de temor.

Al volver al texto me topé con una reflexión en torno al arte y la formación de la sensibilidad artística en los escolares. Como es en apariencia más objetiva, decidí con mayor ecuanimidad, transcribirla aquí. El punto es la manera de afinar la percepción, un objetivo esencial del repertorio de un maestro al que lo anima el deseo de, como insturmentos musicales que en cierta manera somos, afinar humanos.

"...Marx ha escrito: ´Los cinco sentidos son una trabajo de la Historia Universal toda´. Es decir, si bien el cuerpo hereda un aparato sensorial específico -ojos y piel, papilas y olfato- este no es suficiente para percibir lo bello y lo sublime. Es necesario que se creen órganos etéreos, indefinibles, prolongaciones espirituales de la carne; ojos para apreciar la belleza de la luz, el juego del color o la armonía de unos sonidos, su hechizo. Como a las almas de Platón, hace falta que surjan esas alas, órganos santificados que se vinculan con lo estético como una nueva manera de ejercerse, de mirar y escuchar más allá del humor vítreo, la retina o el tímpano. ¿Cómo se forma esta segunda sensibilidad, cómo se potencia la percepción? (...) Solo de la constancia en el encuentro con la obra estética puede surgir una manera nueva de sentir. Se trata de ver buen cine, leer buena literatura. Y esto aunque no nos guste. La confianza de lo que ha ocurrido con la humanidad; es el trato frecuente, el roce, lo que produce esos órganos interiores (...). Hace falta leer El Quijote, contemplar pinturas de Van Gogh, visitar Macchu Picchu; si perseveramos, algo irá creándose en nosotros. Algo que nos emparenta con el creador y la obra. Sólo así llegaremos a educar, es decir a elevar el gusto hasta darle la facultad invalorable de disfrutar, más tarde, con la buena lectura o la visión conmovedora de un gran filme".

Imagen: Van Gogh, 1887.

lunes, agosto 18, 2008

En su cielo


Hay desconsuelos hondos. Hoy toca corroborarlo tras el fallecimiento de Constantino Carvallo Rey, director del colegio ´Los Reyes Rojos´, un hombre que dedicó su vida a educar y que vivía ilusionado con su vocación. He retomado las palabras de Luis Jaime Cisneros en el prólogo de las "Tribulaciones de un maestro desarmado", libro sobre el diario educar que publicó Constantino en el 2005. Me enteré días atrás de que estaba en la clínica y por medio de alguien cercano le envié un aliento. Recibí de vuelta un beso de quien en su cama en la unidad de cuidados intensivos debía sentir que una parte de su cuerpo le fallaba. Constantino iba a ser sometido hoy a una intervención del corazón que no llegó. Lo recuerdo como el hermano de una amiga entrañable que falleció muy pronto. Frisábamos ambas la veintena, una época en la que no se suele tener presente la muerte como destino ineludible. La súbita desaparición de Constantino a sus cincuenta y cinco años es sin embargo también temprana, uno no entiende el por qué. Para iniciar el camino hacia el consuelo repaso algunos párrafos del libro que le había dedicado a su hermana: A Carmen en su cielo, dice allí el maestro. Quisiera decirle lo mismo con mis líneas. Me inspiro en la cita de Constantino a Pierre Sansot en su mismo libro: "Escribir, no para comprobar el propio talento o para decir algo al mundo o para ayudar a los semejantes a dar un sentido a su vida, sino para tratar de acercarse a uno mismo y no ¨desperdiciarse¨durante toda una existencia".

Imagen: del libro de Constantino Carvallo: ´Diario educar`, tribulaciones de un maestro desarmado¨por Mauricio Hamann. Ver el ¿Quiénes somos? del colegio ´Los Reyes Rojos¨.

viernes, agosto 15, 2008

Caza de imágenes

Las misteriosas capas de las que estamos hechos. Podríamos identificar unas con lo que nos sucede y otras con los sueños, pero ¿y aquellas que por un momento atraen nuestra atención sin lograr grabarse lo suficiente en la conciencia? Me pasa con imágenes que encuentro en la Red y aunque me haya dicho en principio que debo ser cuidadosa para guardar sus señas, al volver a ellas y leer el título con el que las he registrado, no me dicen nada. Sencillamente no recuerdo el entorno al que pertenecen y es que la anotación que he colocado yo misma al pie de la imagen es insuficiente para ubicar su origen. Sucede entonces que intento seguir sus huellas a través del historial de la PC, pero por alguna razón vuelvo de la exploración con las manos vacías. Sigue que como si las susodichas imágenes pudieran expresar su resentimiento, comienzan a venirme con frecuencia a la cabeza. Aquí les muestro una que se me ha instalado ya varios días. Tranquila me digo, que te habitará sólo hasta que reanudes la caza de imágenes, un momento en el que una vez más me diré respecto a las leyendas del material que me interesa conservar, ¡se cuidadosa! Para evitar en todo caso una posible invasión de imágenes que clamen por mi preferencia, he resuelto dejarlas en un archivo que he titulado ´no me importan menos´. Esas historias del cazador que resulta cazado me han dado siempre escalofríos.

jueves, agosto 14, 2008

Fantaseadoras Asociadas






Dos niñas que no sólo aseguraron haber visto seres del mundo de los elementales, como se dice en lenguaje esotérico, es decir hadas y gnomos, sino que las presentaron en dos fotografías, son las protagonistas de las líneas que han salido a mi encuentro hoy. Me motivó rastrear un tema al que le había pegado primero sólo una mirada rápida en un boletín que recibo y que habitualmente se ocupa de aspectos menos mistéricos de la psique, la cantidad de entradas que encontré en la Red. Dos fechas salen a relucir: 1917, año del registro fotográfico de Elsie Wright y Frances Griffiths de dieciséis y diez años respectivamente, y 1983 año en que Elsie ya anciana y sentada frente a las cámaras de la BBC, se refirió a la verdad del acontecimiento que coloreó de amarillo la prensa de la segunda década del siglo XX en Inglaterra. El creador de Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle tomó partido por las imágenes al considerarlas testimonio de una vida de seres menudos en el planeta. Aquí una versión de los sucesos. En lo que a mí respecta, sigo con la prisa del conejo de Alicia...

miércoles, agosto 13, 2008

¿Desnudas o nada?

En Nueva York donde nacieron hace veinte años dejaron clara su voluntad de lucha por volver igualitario el mundo del arte. ¿Por qué sólo el 3% de mujeres exhibían sus obras en el Metropolitan Museum? ¿Por qué sin embargo, el 83% del imaginario de los artistas masculinos los había llevado a representar a través de la historia tantos desnudos femeninos? Me di hace poco con una muestra en el Brooklyn Museum de Nueva York que daba cuenta del colectivo de mujeres que desde los años ochenta se identifica como las Guerrilla Girls. No hay como dudar de que siguen en escena y sin haber dejado de enfundar sus rostros con máscaras de gorila. Sólo cuando se trata de identificarse al dar declaraciones a los medios, usan nombres de mujeres que han destacado sea en el mundo de la pintura, la política o la literatura. Ocurre así que sean de pronto Frida Kahlo, Gloria Steinem o Gerturde Stein.

Ellas mismas no saben cuántas mujeres forman parte de su movimeinto, pero sus líderes mantienen reuniones cada ventiocho días, un período con equivalencias hormonales que las inspira para planear como irrumpir en las conciencias de todo el mundo. En el 2007 se presentaron en Washington y fuera de EE.UU. en Holanda, Grecia y hasta en China, lugares donde convocaron seguidoras. Este año han hecho de las suyas en Los Angeles y en el Bronx, en el Brooklyn Museum como les cuento.

Entre sus fantasías figura una película con tes símbolos de la sexualidad femenina: Pamela Anderson, Halle Berry y Catherina Zeta-Jones sobre el nacimiento del feminismo. ¿Qué sería no? Asimismo, se indignan porque no haya mujeres premiadas con la estatuilla del Oscar. Se tome o no partido por ellas, sorprende que el colectivo feminista haya mantenido el mismo perfil a través de unos años de cambios acelerados. Se han sumado a los que le venía bien, por ejemplo mantener una red de contactos a través de su actualizada página web.

martes, agosto 12, 2008

El conejo de Alicia


Un buen pie de entrada para fantasear es que te den el visto bueno a la solicitud de visa del país del sol naciente. Sólo nos queda recoger el documento de la Embajada de Japón la próxima semana. Hablo en plural porque mi viaje es lo que se dice como princesa consorte ( y con suerte) ya que acompaño a mi esposo a un congreso de su especialidad. ¿Y qué vas a ver me pregunta alguien conocido? Dado que estaremos entre Yokohama y Tokio, mi respuesta es sencilla. Todo lo que pueda en las galerías y museos de ambas ciudades. Si mi interés son las artes visuales no veo, y aquí la negativa tiene un sentido peculiar, por qué tendría que cambiar mi ángulo de entrada a la realidad. No soy una otaku, esto es una entendida en las mangas japonesas, pero de hecho pegaré una ojeada a la cultura friki. Daré asimismo una vuelta por Akihara el barrio de novedades electrónicas y quisiera subir a un tren bala, no sólo para experimentar lo que es desplazarse en el espacio a una velocidad de quinietos kilómetros la hora. Necesitaré soportar el vértigo durante ciento ochenta minutos que es lo que toma salir de la estación de Tokio para llegar a Gifu. Se trata de pasear por el Site of Reversible Destiny, un parque diseñado por la imaginativa arquitectura de Arakawa y Gins. Dice el filósofo Danto de estos artistas, que en el parque hay túneles como los agujeros del conejo de Alicia en el país de las maravillas o habitaciones puestas de cabeza. Los recorridos están pensados para sacar a los humanos de sus sensaciones familiares con el objetivo de experimentar un nuevo estado de conciencia. En otras palabras, de hacer reversible nuestro destino como mortales, a través de lo que se puede llamar una nueva vida desde el lado de las emociones. Dicho sea al paso, el tiempo vuela hoy para mí, así que los dejo con el pálpito de que estoy ya en un tren bala. ¿O será solamente que me comporto como el conejo de Alicia?

Imagen: Matsuei Erina, 2004.

lunes, agosto 11, 2008

A través del oceáno

¿Y tú, te fuiste a la China? Crecí escuchando la frase a mis mayores, en particular a mi abuela, una señora zalamera que con el teléfono en la oreja dejaba salir de su boca expresiones del tipo: Sí cholita, mi negrita o porsupuesto gringa del alma. La mención de la China a sus amigas le permitía hacer notar lo que consideraba la prolongada ausencia de una de ellas. Poco importaba que la señora en cuestión hubiera estado absorta en sus asuntos sin salir de Lima. Había quebrantado su rutina de encuentros auditivos con mi abuela, así que en ese tono que tenía algo de reproche ella le lanzaba lo de la China, en verdad una manera de decirle que la había echado de menos. El caso es que la expresión ha dejado de decirse, ¿será que nos damos hoy cuenta de que las ausencias no son sólo físicas? Es sencillo reparar en que se puede tener la cabeza ausente, puesta quien sabe si en las musarañas como también decía mi abuela, y el cuerpo presente. O, para usar un lenguaje más cercano a las ciencias humanas, dígase la filosofía o la psicología, que se puede estar y no estar a la vez. A considerar que el filón todavía no se ha volcado a terreno publicitario. Podría ofrecerse en carteles para colgarse en plena frente: Mente en blanco (o en negro). No estoy para nadie, He salido y no sé como volver, Pienso solamente en mis problemas (difícilmente en mis gozos que estos invitan al encuentro), La vida es una…, Déjenme con mis cosas, etc.

A lo que iba. La expresión de la China que usaba mi abuela me vino a la cabeza al reparar en que es casi un hecho mi viaje al Japón. Mañana debo ir a la embajada del país oriental para solicitar la visa, todo un itinerario que me ha sacado anticipadamente de la rutina. El plan previo ha consistido en documentos a recabar, entre ellos cuenta bancaria, propiedades o documento de ingresos, la foto del tamaño requerido, ubicar también el pasaporte, ¿dónde lo dejé la última vez? Con un poco de detenimiento, los humanos nos damos cuenta en qué consiste la sumisión a la autoridad en la que hemos delegado la responsabilidad del vivir colectivo. Nadie se mueve del país donde lo depositaron el óvulo y espermatozoide que lo convirtieron en un ser de carne y hueso, a no ser que el destino que ha elegido, representado en su embajada, le de el permiso del caso. Veremos de qué manera ingreso a esa realidad tan nicho del turismo en Lima que consiste en trasladarse de un lado del Oceáno Pacífico al otro.

viernes, agosto 08, 2008

¡Hasta de cura y de monja!























Para aplaudir la edición de "Cocina peruana, nuestro sabor para el mundo". El libro es una loa al paladar que suscribe los postulados de una estética que hace rato viene alejándose de la manera clásica. Es sabido que Kant, el filósofo alemán, consideraba que la contemplación artística exigía la actitud desinteresada del observador. Las imágenes debían provocanos sólo una reacción neutral, que así como nos podía acercar al éxtasis nos debía alejar del mundo del deseo. En el caso de estas fotografías de tema culinario nos usamos del todo.

Las imágenes de los manjares preparados por eximos cocineros locales, remiten a la creatividad de una producción que ha modelado la luz como principal gesto creativo. Si es cierto que la vajilla salida del taller del ceramista Carlos Runcie Tanaka, convoca nuestra actitud desinteresada al observar sus líneas, su textura y en general la armonía del trazo con el que han sido concebidos, la comida anticipa nuestro disfrute gastronómico. Es decir, nos convoca ¡en el plan del deseo!

Dice en la contratapa del libro, que el éxito de la cocina nacional peruana se debe a que "tiene algo de español, de moro, de indio, de negro, de criollo, de mulato, de mestizo, de zambo, de bachiche y hasta de cura y de monja". Y observan los editores sobre la elección del trabajo de Runcie Tanaka para presentar los platos de cocina, que se debe a su apuesta por la fusión de nuestras matrices culturales. ¡Enhorabuena la fusión!

Imágenes: Tiradito de lenguado, causa, olluqito con charqui, pulpo al olivo, picarones y chirimoya con chocolate a la naranja.

jueves, agosto 07, 2008

Tiernas mentes

¡Ya!, ¡Yaaa…! Mis jovencísimos oyentes, un chico de doce años y una niña de siete, aceptan con alborozo que ubicados los tres frente a la pantalla de la P.C., comencemos a buscar historias que hayan ocurrido en el mes de agosto. ¡Vaya plan! Basta mencionarlo para saber que va a contra corriente de lo que anima a chicos de su edad. Buena parte de la población menuda termina clases en el colegio y llega a casa para conectarse a juegos digitales o quedarse pegada a algún video payaso de YouTube. Hago gala de paciencia cuando quiero enterarme de sus hallazgos. Uno último ha sido un laberinto del que si logras salir tras los clics del caso, empalmas con una cara de terror que da gritos horroríficos. ¿Miedo como recompensa? ¡Vaya! Otra, un clip con Jesús que canta mientras camina en una ciudad actual. La tonada pop en túnica, se convierte de pronto en la tonada pop de un Jesús semidesnudo.

Por alguna razón estos chicos me hacen caso. Agosto es pues el objetivo y no importa ni el tiempo ni el lugar. Bien. Woodstock, ¿saben
qué es? El día de la madera, responde el chico presuroso. Eso sería traducir le digo, quien sabe si la ciudad de EE. UU. tenga muchos árboles pero el caso es que fue una fiesta de amor y paz celebrada en Woodstock hace casi cuarenta años. ¿Cuándo, cuándo?, trata de entender la más pequeña. Buscamos alguna imagen del evento que se convierte en la primera que colocamos en un archivo.

A continuación digo que agosto fue también el mes en que explotaron las bombas atómicas. Una desgracia inmensa que trajo la destrucción de dos ciudades japonesas,: Hiroshima y Nagasaki. El avión estadounidense que tiró los artefactos se llamaba Enola Gay y vean que muchos años después un grupo de rock compuso una canción con el mismo título. ¿Vamos a oírla? La descargamos vía Ares, intentando comprender que con la música se pueden recordar también acontecimientos nefastos. En este punto pido a los niños escribir en dos columnas los países que intervinieron en la segunda guerra mundial, según los encontramos en la página de wiki. La niña se queda atrapada en las sílabas de Polonia. Repite Po- lo- nia, y luego ¿tú conoces Po- lo- nia, Lichi?

No, no he he estado en Polonia. El chico menciona entonces con naturalidad que en agosto es el día del niño. ¿Y cuándo? pregunto que no estaba enterada. La búsqueda nos da la fecha: En el Perú se celebra el día del niño el tercer domingo de agosto. Es importante dice la chiquita, voy a pensar qué pido que me regalen. Él transgresor, la interrumpe. ¿Y por qué no hay el día de los veteranos?, abuelitos corrige la niña.

¿Más? Agrego que en un remoto agosto de 1911 un carpintero italiano se hizo famoso al robar la Monalisa del Louvre. Menciono también que el 6 de agosto es el día de Bolivia, un país vecino, que murió la estrella del cine Marilyn Monroe y no hace tanto Lady D. y así.

Pasé una tarde grata en el afán de dejar mi grano de arena en tan tiernas mentes.

miércoles, agosto 06, 2008

Por las cosas de otro modo


Las madres del vaso de leche, miembros de un programa social que recibe dinero del Estado para alimentar comunitariamente a niños y ancianos, marcharon ayer por las calles de dos distritos de la capital para protestar contra la voceada reducción de su presupuesto en el 2009. Su recorrido terminó frente a la oficina de la Presidencia del Consejo de Ministros en Miraflores, tras adoptar las características de una avalancha.

Al parecer la movilización de las cerca de cinco mil mujeres, algunas con niños en los brazos o a la mano, no había establecido una ruta definida a seguir y la policía sólo atinó a desviar el tráfico ante su paso. Los vecinos de los distritos involucrados sin siquiera haber sido informados del motivo de la marcha, tuvimos que sacar a relucir la proverbial resignación que nos identifica como locales.
Me pregunto si es tan sencillo acusar a quien pide normas y orden, de carecer de sensibilidad social. A ojos de quienes practican la rusticofilia, basta el afán de una organización popular de manifestarse, para salir en su defensa. Es el pensamiento políticamente correcto que no me interesa practicar.

Los noticieros de la noche dieron finalmente cuenta del pacto hecho entre el Primer Ministro y la dirigente del vaso de leche. Satisfechos de su negociación, ambos lucían sendas sonrisas. Cualquiera puede decirse que si resultaba tan sencillo resolver que el presupuesto se mantendría sin recortes, ¿por qué no se resolvió antes el asunto y de paso, para evitar suspicacias, con el agregado de que la agrupación rindiera cuentas sobre el modo en que invierte el dinero público? ¿No pudieron ambos personajes entrevistarse antes para prevenir el desaguisado?

¡Qué corolario! Antes que los ciudadanos terminemos de comprender que el respeto al otro es la mejor opción para vivir en la ciudad, nos limitamos a constatar el rédito político que tanto la dirigente popular como el funcionario aprista llevaron a sus arcas. Si las cosas se manejaran con mayor sentido, quién podría rechazar consignas como las que enarbolaban las caóticas caminantes: ¡No al wisky, sí a la leche! ¿Y cómo hacemos para que las cosas sean de otro modo?

Imágenes: Istvan Orosz.

martes, agosto 05, 2008

El ojo en caos

Estuve en el teatro hoy y como el ojo se me quedó falto de forma, si acaso puedo decirlo así, al volver a casa comencé a mirar fotografías. A mi juicio la pieza "Encuentros perdidos" que se estrenó en la Alianza Francesa tuvo no sólo momentos logrados, sino una buena actuación. Valoré la iniciativa de recrear textos de la literatura local tomándolos como punto de partida para la interpretación imaginativa. ¡Super! Lo que me desconcertó fue la falta de atención en los detalles puestos en escena. Los objetos que servían a cada personaje para iniciar el viaje hacia su texto podían haber sido colocados en consideración a una proporción y a una línea. Parecían en cambio, reflejar el desinterés de los responsables de la puesta en escena en lo que convencionalmente se llama las formas, para dar prioridad en cambio, a lo que se identifica como el contenido. Me siento bastante más complacida en el papel de espectadora, cuando la estética se arma como una totalidad. Agregaré que la iluminación pudo cumplir, salvo la escena de inicio y la final, un papel no sólo funcional.






Así las cosas, abrí mi archivo de imágenes como les digo, y me quedé con éstas. Las dos en blanco y negro pertenecen a la historia de la fotografía y la última a un fotógrafo vinculado a la moda. Cierto que mi búsqueda de orden y proporción puede que también que haya tenido que ver con el desorden que se vivió hoy en algunas calles de Lima. Hacia la una de la tarde una marcha con objetivos políticos convirtió no sólo el tráfico de San Isidro, sino la vida en un caos. Sumen ustedes, caos más caos ¡uf! El arte cumple a veces sí y a veces no como una legítima evasión. ¿Uno lo nota, no?

Imágenes:Man Ray (1890-1976), Rudolph Koppitz (1884-1936), Gabriel Rocca.

lunes, agosto 04, 2008

La nariz, el anillo y el dedo


La conversación entre las dos amigas inunda la oficina del Ministerio de Relaciones Exteriores al punto que quienes hacemos cola para renovar el pasaporte escuchamos con disimulo. Un gesto que está basado en la curiosidad natural y que en su lado aprendido, apunta a pasar el rato sin intervenir en la vida ajena. A algunos les ahorra el salvajismo de andar por ahí diciéndole al prójimo que se calle o sin más taparse los oídos. A considerar la opción del iPod, dispositivo al que se prenden sus usuarios con el tono de ´yo elijo mis sonidos, que los del mundo me interesan poco`. Pero también la posibilidad de que los diálogos de los otros sintonicen con los propios.

Aquí voy con la carnecita del asunto. La primera mujer en sus cuarenta y pocos, habla del radical cambio de horario que tiene previsto para este mes. Da a entender como si se hubiera caído del catre, que ha reparado no hace mucho en que puede arreglar su rutina como mejor le parezca. A todas luces su trabajo es lo que se llama independiente, y el servicio que ofrece no exige un contacto continuo con el público. Su decisión será pues, salir más temprano de su casa rumbo a la oficina, lo que quiere decir que volverá también antes de lo habitual. Le emociona la posibilidad de darse con una luz distinta en las calles, percibir el olor a tierra mojada de los parques, toparse con un tráfico que supone más fluido y en general encontrar en su camino gente a la cual no veía en su anterior plan cotidiano.

La segunda mujer escucha a su amiga sin compartir el entusiasmo. No sólo no tengo tu orden le dice sino que no tengo rutina, así que el asunto no me causa emoción alguna, salvo por ti. Voy de aquí para allá ya sabes, un lunes puedo estar trabajando y un martes a la misma hora salgo a navegar, no sé. Ahhh…, hace una pausa por completo absorta en lo que dice dejando traslucir que ella misma no sabía si considerar un demérito no tener una rutina, tras la cual prosigue. Señala que cree que se toma la vida con desenfreno y como si su frase le hubiera activado la memoria comienza a contar la escena de una película que ha visto en el cable. Una chica toma por asalto un vehículo público en Nueva York, mientras sus compañeros de pie en la vereda, la observan con complicidad. Saben que ha decidido colocarse en la parte descubierta del ómnibus para comenzar a aligerarse de ropas. La aplauden a cada prenda descartada mientras el chofer sorprendido se mueve apenas...

De vuelta a la realidad, Lima. En ese momento de la narración se abre la ventanilla de la oficina de pasaportes y las dos mujeres dejan la charla, probablemente para después. Sólo me digo un ¡vaya que disfruté con el sesgo poético de la conversación! Y luego, aunque uno meta la nariz en lo que no le importa, ¿pero es que realmente no le importa?, la observación de la vida cotidiana viene a veces como anillo al dedo.

viernes, agosto 01, 2008

Imágenes como cookies


Era un ex yonqui. Un chico que se curaba de la adicción al consumo de no sé qué droga. Para el caso da lo mismo si se tiene en cuenta que ni él había mencionado la sustancia que lo había convertido en su esclavo ni a mí se me había ocurrido preguntarle. Supongo que comencé a escucharlo para aliviar el tedio de la espera. El destino de quien va a un banco del que no es cliente es dedicarse a mirar por lo menos media hora las esferas digitales colgadas sobre las ventanillas. El trance en pos de ver aparecer el número del ticket que uno recaba a la entrada de la entidad financiera para iniciar cualquier gestión, convierte en remota toda sociabilidad. No se suele mirar a nadie y si aparece una frase suelta eso es todo. ¿Qué provocó que mi vecino de butaca, delgado, pulcro y sin visos de haberse dejado arrastrar por el infierno de la adicción, me lanzara de entrada el tema de su rehabilitación? Extraño además que me causara una impresión favorable y que a continuación lo mirara yo con la misma naturalidad con la que él se había dirigido a la desconocida que tenía a su costado, es decir a mí.

Mi gesto lo animó, al punto que comenzó a confiarme sus dudas en torno a lo que sobre la marcha identifiqué como el umbral de la conciencia. Lo inquietaban las imágenes que lo habitaban. ¿Imágenes?, dije midiendo todavía mi interés. No las puedo retener acotó y se revelan sólo en ciertos momentos del día. Es casi una película con personajes que mantienen diálogos apenas inteligibles. ¿Qué dicen? quise saber mirando de reojo la espalda de una mujer que se levantaba en la fila de adelante, pero de inmediato me desentendí para concentrarme en la respuesta del chico.

No lo sabía. Pensaba en todo caso que se trataba de una memoria sobre eventos no ocurridos. Tal como pasa al navegar en Internet, acotó. No lo esperaba. Habría jurado que su relato terminaría en algún tipo de misticismo y enrumbaba en cambio hacia la Red. El chico comparaba las imágenes de las que había comenzado a hablarme con las cookies de Internet. ¿Cómo es eso? interrogué. Se trata de trozos de datos de la vida cotidiana que se guardan en el cerebro sin que nos demos cuenta, me respondió con soltura. El cerebro es nuestro disco duro, ¿no? y cada contacto que hacemos es como una navegación que deja huellas. Para algunos reaparecen sólo como imágenes. Mmm… dije intentando seguirlo.Cada cierto tiempo intentaba ir al encuentro de esa suerte de murmullos visuales como los describía, deteniéndose en el espacio vacío entre un par de líneas del libro que estaba leyendo. Le sucedía entonces que la ausencia de todo signo gramatical le permitía llenar la página con una secuencia por poco cinematográfica. En este punto se interrumpió. ¿Estaba yo enterada de que William Burroughs, el poeta yonqui trabajó alguna vez como exterminador de cucarachas? No, iba a responderle cuando vi mi número en la pantalla. Al parecer me había distraído porque el operador lo repitió tres veces seguidas. Perdón tuve que decir entonces. Miré a mi interlocutor señalando la ventanilla, es mi turno.

Ya de pie frente al cajero y por tanto de espaldas a la banca donde me había sentado, traté de concentrarme en la entrega de billetes. Mostré mi DNI, firme el talonario que me alcanzó el empleado bancario, conté el dinero y lo guardé en mi billetera. Me preguntaba sobre lo que ocurriría con la conversación que había entablado. ¿Pasaría al lado del chico diciéndole hasta luego? ¿Me quedaría un rato más para dejar constancia de que en realidad me interesaba lo que vivía? ¿Nos haríamos amigos?

Bastó volver a mirar el sector de butacas en el que acababa de estar para que mis interrogaciones se interrumpieran. El chico no estaba allí y tal como pude comprobar a continuación, tampoco en las ventanillas. Descarté preguntar si alguien lo había visto. En realidad no había prestado atención a los rostros que me rodeaban. ¿A quién podría dirigirme?

Caminando en dirección a la salida, me sobrecogió una sensación, acaso un presentimiento. ¿No habría sido yo la que había entablado un encuentro con el umbral de la conciencia?

Imagen: Gerry Snyder.