jueves, julio 31, 2008

Licencia para no pensar


Me prestaron el DVD de “Zohan licencia para peinar” (en inglés “No te metas con Zohan”), una comedia de Adam Sandler que aún no se estrena en Lima. ¡Qué película! Me dejé llevar por la risa aún en las partes de humor más grueso. Una sorpresa ver a Sandler musculado y convertido en superhéroe. De hecho la caracterización del personaje debió demandarle un arduo programa de ejercicios y control de la alimentación. ¿Cómo sino el esmirriado “Happy Gilmore” (1996), el tierno progenitor postizo de “Un papá genial” (1999), o hasta el gay por conveniencia de “Os declaro marido y mujer” (2007) podría haber logrado el físico de un irresistible agente del servicio de inteligencia contraterrorista israelí, invencible antes sus rivales palestinos?

Para contarles algo del guión. Un buen día Zoham se harta de la violencia y destrucción que acompañan las misiones que le encomienda el Mossad israelí y decide desertar. Ha descubierto además su vocación de peluquero. Sueña con el uso de la tijera en forma pacífica para lograr rostros enmarcados en una textura sedosa. En realidad le gustaría trabajar con un famoso estilista nuevayorkino del que sabe a través de una publicación que ha llegado a sus manos. Dudas van y dudas vienen, decide su partida de Israel tras un enfrentamiento con Fantasma, el temible líder palestino que ha sido siempre su principal antagonista. Zohan finge haber muerto y enrumba a Manhattan.

Una sorpresa el uso de efectos especiales en la comedia. El protagonista sube y baja paredes con la agilidad del hombre araña o defiende causas justas con la fuerza del increíble Hulk. A su vez, las explosiones se suceden con visos de una extraña verosimilitud. En cuanto al lenguaje sexual, es llamativamente explicito incluso en la imagen. El tema de una supuesta tercera edad en la que se prescinde de todo interés libidinal, se hace trizas. Las clientas viejas del seductor peluquero le agradecen tanto el corte de pelo como el que les ponga a punto su erotismo. Por su parte Fantasma, llegado también a la Gran Manzana, se verá pronto involucrado con un oficio ajeno a la siembra de terror. Se hará zapatero.

Al final me quedé con la duda. ¿Será como afirma Sandler en una entrevista, que lo que queda claro tras ver Zohan es que la vida sería mucho más fácil si todos nos lleváramos bien? ¿No se trata más bien de una loa a las simplezas de la vida norteamericana tal como lo estipula una sociedad que a cierto nivel se centra en el servicio al cliente? Ese exaltación al yo peluquero, o al yo zapatero borra de un plumazo toda mención a la ferocidad de las corporaciones. A la sospecha de sus vinculaciones con cualquier actividad que les permita lucrar, incluidas las guerras.

¿Será que para reir hay que olvidar?, ¿será que reir exige poner en pausa las dudas?, ¿será una licencia para no pensar?, ¿qué será?...

martes, julio 29, 2008

Higiene verbal


¿Cabe hablar de una higiene verbal? La respuesta es afirmativa si de lo que se trata es del análisis del lenguaje, en particular, del que se usa en el ámbito de la comunicación pública. El propósito es revelar los sentidos que dicho lenguaje oculta. Ninguna duda de que el investigador deba librarse de la sensación de naturalidad que acompaña la usual lectura del material que ha de examinar, antes de comenzar a desmenuzarlo. Un ejemplo a la mano lo ofrece “Ideologías lingüísticas (y políticas) en publicidad”, trabajo de Teresa Torres Bustamante sobre la promoción hecha por un diario para ofrecer una nueva edición del Diccionario de la Real Academia Española.

¡Qué bien! Un medio que se ocupa de la cultura, podría decirse en actitud desprevenida. No es así, observa la autora y en primer lugar se detiene en la frase con la que el periódico interesa al lector en el libro: “Ahora es posible saberlo todo”. Y a continuación en las entrevistas y reportajes a figuras del mundo intelectual que convalidan la aparición de la edición. Aunque la campaña aparece como un meritorio servicio a favor de la cultura, en realidad impone una ideología, la del saber letrado.

A juicio de Torres Bustamante, la vía de obtener conocimiento a través de un saber ligado a la escritura y la alfabetización, deja de lado el hecho concreto de que el Perú es un país multilingüe.Todo un sector de la población resulta así invitado a reconocer su ignorancia y a sumarse a una única manera de comprender la cultura. Se da a entender con ello que los ´mal hablados´ recibirán el saber de un diccionario al que en buena cuenta se le asigna el papel de un fetiche.

Causan incluso gracia las afirmaciones incluídas en los reportajes: "Un diccionario así se nos revela como un regalo para la inteligencia y una lúcida algaraza para el espíritu", "una de las grandes maravillas que ha podido crear el hombre es sin lugar a dudas el diccionario".

La conclusión es impecable. Con una en apariencia inocente promoción de un diccionario, no sólo se propaga un discurso que remarca la desigualdad. Se descarta una voluntad de cambio para incorporar nuevas voces a la voz hegemónica. ¡Ay con la higiene verbal!

lunes, julio 28, 2008

Celebración y desasosiego


Google se suma hoy a las celebraciones del día de la Patria al agregar a su menú la bandera nacional. El símbolo que para decirlo en lenguaje oficial, refleja el alma colectiva de la nación peruana fue sin embargo utilizado esta última semana asociado al cuerpo y no al espíritu de una peruana. ¡Escándalo! Ningún medio dejó de ocuparse de la cantante que había posado desnuda para una portada usando el emblema bicolor como silla de montar. En plano de fondo aparecía con arreglo Photoshop la imagen del Palacio de Gobierno. A pocas horas de que había circulado la publicación, el Ministerio de Defensa denunció el hecho ante la Fiscalía, organismo que tras escuchar la versión de la modelo, la directora de la publicación y el fotógrafo procederá a impartir justicia. Un artículo del Código Penal sanciona los agravios a un símbolo patrio. ¿La audacia de la artista merece o no pena de cárcel?

Hace unos meses la mexicana Paulina Rubio se vio envuelta en similar lío. Arropada a las justas con la bandera de su país, apareció prácticamente desnuda en una publicación española. Si como dijo después no había querido ofender a nadie, amén de que no hubiera tenido mala intención ni interés de lucro, igual tuvo que pagar una multa.

Salvando las distancias de tiempo y espacio, Isadora Duncan la célebre innovadora de la danza moderna fue mal vista en el Buenos Aires de 1916 al enfundarse en una bandera argentina para moverse al ritmo del himno albiceleste. Lo recuerda el escritor Eduardo Galeano: "Isadora Descalza, desnuda, apenas envuelta en la Bandera Argentina, Isadora Duncan baila el Himno Nacional. Una noche comete esa osadía, en un café de estudiantes de Buenos Aires y a la mañana siguiente todo el mundo lo sabe: el empresario rompe el contrato, las buenas familias devuelven sus entradas al Teatro Colon y la prensa exige la expulsión inmediata de esta pecadora norteamericana que ha venido a la Argentina a mancillar los símbolos patrios. Isadora no entiende nada. Ningún francés protestó cuando ella bailó la Marsellesa con un chal rojo, azul y blanco por todo vestido".

Creo que toca pensar en el hecho, más que para adelantar pronunciamientos judiciales, o para calificar como banalidades los temas de los que viven los medios, como un ejercicio para constatar nuestro desasosiego. Hace poco la atención estuvo puesta en las posibilidades de ascenso social de una mujer de origen popular con trabajo en la tv. al haber quedado embarazada como declaró, de un gerente de su centro de labores. Cada una de estas crónicas podría estar reemplazando la agenda de una Lima que respira heridas no atendidas. A pesar de su amarillismo tienen sin embargo contornos difusos. ¿Es acaso un asunto de belleza y erotismo? ¿Un narcicismo que envidiar? ¿Tierra de Tapadas somos ahora enclave de destapadas?
¿Imaginación descarriada de editores y publicistas que podría aprovecharse de mejor manera? ¿Y habrá forma de hacer entender a los políticos que lo suyo es ocupar las primeras páginas de los diarios con sus iniciativas a favor de la vida en comunidad, antes que como defensores del supuesto horror que sólo provocan los otros?

jueves, julio 24, 2008

Una extraña vergüenza


Los intereses espirituales de Mondrian esclarecen su progresivo interés en la retícula. Hay que considerar que al inicio de su carrera y hasta cumplir los treinta y tantos años, el pintor era naturalista y según observa la crítica, no cometía audacias particulares. Recién en 1907 sus árboles dejarían de ser solamente agrestes para hacerse rojos, grises o adquirir tonalidades que parecían convertirlos en elementos no ya del mundo vegetal sino mineral.

Mondrian había comenzado a identificarse con la doctrina de Madame Blavatsky (1831-1891), una de las figuras sobresalientes del ocultismo de la época. La fundadora de la Sociedad Teosófica, que contaba con seguidores en lugares tan disímiles como la India, Europa y EE.UU. consideraba que era posible comprender las leyes de la naturaleza, de un modo eminentemente espiritual.

El color blanco de fondo en los cuadros de Mondrian apuntaba a lo mismo. Esa superficie surcada de trazos geométricos, mayormente rectángulos, representaba la estructura del universo. Por su parte el rojo, el amarillo y el azul contribuían en el afán de indagación sin el menor interés por la representación.

La corriente artística que impulsaron Piet Mondrian y Theo Van Doesburg nació en 1917 como Neoplasticismo. Fue una manera de hacer frente al hecho pictórico dejando de lado todo rastro de textura y representación. Para Mondrian en particular, componer en base a líneas verticales y horizontales, planos grandes o pequeños y colores primarios, era la manera por cierto original, de dar rienda suelta a su ilusión en un ser superior.

Al decir de Rosalind Krauss sin embargo, dado que la retícula no fue patrimonio únicamente del Neoplasticismo, el arte moderno logró enmascarar con el uso de esta estructura una extraña verguenza. Aquella de prolongar el vínculo entre arte y espírtu, una asociación que se suponía había pasado a la historia con el siglo XIX.

La retícula convertida en un mito y por lo tanto misteriosa y no analizable, se encargó de ocultar que el arte del nuevo siglo antes que embarcarse en el rumbo de la racionalidad de la ciencia, aspiraba a convertirse en una nueva religión. Dios no había muerto, como aseguraba Nietzche. La verguenza era tener que admitirlo.

miércoles, julio 23, 2008

martes, julio 22, 2008

Viaje hacia la retícula


¿Qué tal un modelo teórico para comprender a las vanguardias artísticas surgidas en Francia, Rusia y Holanda a inicios del siglo XX? En un ensayo de 1978 la estadounidense Rosalind Kraus (1941) se refiere a la abstracción como la pintura que reposa sobre una estructura a la que llama retícula. ¿Y qué es la retícula? Podría entenderse que una red de puntos articulados sobre la que se extienden trazos y colores. Una de sus características es la originalidad que esgrime para cortar lazos con la representación figurativa, una tradición de varios siglos. Advierte Krauss sin embargo, que si la tal retícula aparece en el panorama artístico como una innovación, muy pronto sólo ha de repetirse. Dicho de otro modo, que quienes suscriben el estilo y a pesar de sus proclamas de originalidad, no saldrán de una estructura a la cual le introducirán sólo variaciones.

El modelo de la estadounidense hay que decirlo, nada tiene que ver con señalar la abstracción como buena o mala. Es un intento de comprender una paradoja. Aquella que tiene que ver con que la materialidad de trazos y texturas sobre una sueprficie sin perspectiva, hacen sin embargo un guiño a la espiritualidad.

Uno imagina al artista en una trinchera de trazos protegiéndose de las palabras. A la vez, convocando al espectador a internarse en sí mismo. Y efectivamente, ¿qué le quedaba a éste, habituado a situarse ante un paisaje, un retrato, una naturaleza muerta, o una escena histórica?

El riesgo en los hechos y no medido por las vanguardias, fue convertir el arte moderno en un gueto. Difícil para el individuo de la calle penetrar en una superficie pictórica que no quería ser narrada. Brotaban en éste de manera espontánea una gama de actitudes rumbo a la indiferencia. El arte visual se había peleado con la imitación de lo real para reducirlo a coordenadas que imponían una nueva estética .¿Pero de qué se trata todo esto?

El Pop Art daría a la abstracción un golpe de estado, al convertirse en una invitación a mirar sólo lo fácil. Una galería y un supermercado podían mostrar el mismo objeto. ¡Vaya!, la verdad es que el tema me resulta apasionante. Ojalá que a ustedes. Aquí dos imágenes de Piet Mondrián (1872-1944) previas a su viaje hacia la retícula, la primera es su autorretrato (arriba) en 1900. Ojalá mañana me de el tiempo para colgar otras.

Imágenes: Mondrian 1898,1922.

lunes, julio 21, 2008

Dibujo en el espacio

Uno: Para discutir si más de una vez lo que necesitamos es una jaula para sentirnos libres. Dos: Llamar límites a ese espacio rodeado de barrotes benévolos, construídos por nosotros mismos.Tres: Intuir que pasado un tiempo los susodichos barrotes nos invitarán a trasponerlos. Cuatro: Con la imaginación en ristre y su respectiva dosis de miedo, abrir entonces la puerta. Cinco: Aún a tientas crear un nuevo entorno. Cinco: El trabajo del catalán Julio González (1876-1942). Sus piezas fueron en un inicio extraídas de los dibujos en papel de su amigo Picasso. Luego por su cuenta, se dedicó a expandirlas. Logró con ello dibujar con el hierro en el espacio.






Imágenes: Julio González (Cabeza pequeña acostada, Mujer mirándose al espejo, Bailarina).

viernes, julio 18, 2008

Más de una manera


El relato se centra en una embarcación que debe conducir a sus tripulantes a su peculiar destino: la captura del vellocino de oro. El viaje es largo, pero los dioses han ordenado a los humanos que conducen Argo, nombre de la nave, que aún cuando ésta se deteriore no deben cambiarla. ¿Cómo obedecer su mandato y mantener la travesía en un bote que como todo se va desgastando? Jasón y los argonautas héroes de la aventura, adoptan una decisión que hoy podría parecer evidente. Van reemplazando cada parte de la nave conforme se hace necesario. El resultado al final del viaje es que Argo mantiene el nombre y la forma aunque es completamente nueva.

La cita de la mitología es usada como una alegoría del concepto de estructura por Rolland Barthes (1915-1980). El tema es tan complejo como sugerente. Se vincula a la idea de sustitución, operación que se refiere al cambio de una parte por otra. Pero también a la de nombre, es decir que detrás de una etiqueta y gracias a que ésta pertenece a un sistema por completo móvil, una misma palabra puede adquirir una identidad por completa nueva.


A pensar primero en Argos y a continuación en palabras que no quieren decir lo mismo a través del tiempo. Tal vez resulte más claro no sólo decir que la palabra amor era distinta para dos personajes como Romeo y Julieta en el siglo XVII y para cualquier otro par de humanos del siglo actual. Sino detenerse en el término correo que en los años ochenta implicaba escribir unas líneas, ir a la oficina postal, etc, mientras que hoy el e-mail, vuela.

Con lo dicho se puede comprender a quienes consideran que los significados son fijos y están en el diccionario. Un acápite del pensamiento aquel de: el mundo es así y no hay más que una manera de mirarlo. De otro lado, a quienes tienen en cuenta el esfuerzo por ajustar los términos de una lengua que no sólo nos permite hablar. En realidad nos habla…depende de la identidad que demos a cada parte del sistema.


¿Y qué es el arte hoy? ¿Oyeron decir aquello de: ¡Para mí eso no es arte!?

jueves, julio 17, 2008

Punto de encaje

Nancy Spero (1926), artista estadounidense comprometida con las luchas feministas y la acción política a través del arte, expone por estos días en Barcelona. Me enteré de su retrospectiva a través de un informativo que recibo periódicamente lo que me llevó a buscar sus imágenes en la Red. Me detuve en esta suerte de crónica visual de dos apocalipsis. La explosión atómica de agosto de 1945 hecha por EE:UU. en Hiroshima y Nagasaki en el Japón, y el 11-S, la acción terrorista de Al Qaeda sobre las torres del Word Trade Center en Nueva York el 2001.



Me quedé pensando en los sucesos que han marcado los dos meses venideros y a continuación, en la manera en que las representaciones pueden jugar con nuestras sensaciones y hasta con nuestros estados de ánimo. En el lenguaje del brujo yaqui que brindaba sus enseñanzas al antropólogo Carlos Castaneda, las imágenes nos sacan de nuestro punto de encaje. Una mirada y sin saber cómo uno deja la impasibilidad de lado. Le toca entrar en turbulencia...

Imágenes: Nancy Spero.

miércoles, julio 16, 2008

Dar miedo, segunda parte

La vida adulta de alguien que creció sobrecogido por el temor suele ser bastante menos estable que la de alguien criado en condiciones menos adversas. Volvamos a Federico II en 1784, año en el que se ceñía la corona de Prusia. Su padre acababa de morir y la gestión que debía iniciar contaba con la expectativa del reino. ¿Qué habría de hacer un soberano que hablaba en francés y no en alemán, se carteaba con Voltaire y sobre todo, había sido criado no sólo a mano dura, sino durísima por su progenitor? Se esperaba con cierta lógica que se comportara de manera por completo opuesta a su padre, el Rey Sargento, pero no. Aún hoy cabe sorprenderse de que las cosas sucedieran de manera tan opuesta, al punto que los súbditos de Federico II llegaron a identificar el día que éste asumió el mando como “La jornada de los engañados”.

Los cuarenta y seis años que duró el reinado del pequeño Fritz, conocido por la historia como Federico el Grande, estuvieron marcados por una marcialidad insospechada. El nuevo rey inició su gestión con medidas que apuntaron a incrementar el poderío de su ejército. A continuación, comenzó a invadir países vecinos. Es decir, conquistó territorios y consolidó a Prusia como un Estado poderoso. Sus dotes de estratega fueron reconocidas años más tarde por el mismo Napoleón quien no vaciló en declararse su admirador. ¿Qué fue del sensible y vulnerable hijo de un hombre irascible?

No se sabe qué pensar escribió Thomas Mann (1875-1955), el célebre alemán, refiriéndose a la personalidad de Federico II en un artículo de 1914. Por su parte Walton, el autor del que he partido para hablar del miedo, subraya la reputación marcial que necesitó lograr Federico II. Se puede entender que su temor de perderla tenía que ver con la posibilidad de enfrentar un enorme vacío. A fin de cuentas, mejor sentirse militar que dar la razón a su tiránico padre.

¡A qué precio! Walton menciona las fobias de tan ilustre mandatario. La primera, su intolerancia suprema a los uniformes nuevos. Temía enfundarse en ellos a riesgo de sufrir un ataque de pánico. La segunda, su miedo al agua. La única manera de lavarse el cuerpo era con toallas ligeramente humedecidas en colonia. Un quehacer que quedaba a cargo de sus criados.

Como para llenarse de miedo ante lo que siembran quienes educan con miedo. ¿No creen?

Imagen: Kaloust Guedel.

martes, julio 15, 2008

Un padre que daba miedo

´Tengo miedo´ es el título de un acápite de ´Humanidad´ libro de Stuart Walton que trata de las emociones. La primera parada del autor es el temor y las siguientes la felicidad, la ira, el asco y la sorpresa, reacciones que el legendario Darwin identificó como emociones básicas. Del temor dice Waldon, que mantiene a quien lo experimenta en la presunción de que le puede ocurrir algo malo, incluida la posibilidad de una emboscada.

Con la intención de hacer más claras las cosas, Walton ejemplifica el miedo con aspectos de la vida de Federico II, rey de Prusia, personaje que para el lector de esta parte del globo resulta por completo ajeno. De hecho las dinastías al otro lado del charco no han sido por aquí materia de estudios precisos, de allí que haya que ubicarse en el tiempo antes de comprender el miedo del monarca del siglo XVIII.


Don Federico II (1712-1786), Fritz como le llamaban sus súbditos, fue soberano del territorio que se convertiría después en la actual Alemania, a sus ventiocho años. Fue el primer hijo varón de Federico Guillermo I conocido como el Rey Sargento, un hombre que militarizó su reino incluida la vida cotidiana con su familia. Drástico y de poca estabilidad emocional el primer Federico se dedicó a maltratar física y psíquicamente a su hijo. Poco le importaba que sus guardias, algunos miembros de la corte, o su propia esposa estuvieran presentes. El pecado de Fritz quien recibió el grado de oficial a los seis años, y a los siete estaba ya entrenado en el manejo de armas, era ser considerado por su padre como un individuo poco masculino.

El chico tomaba en apariencia con resignación la aversión de su padre. Influído por su madre, se inclinaba hacia las letras e incluso hacia la música, a escondidas había aprendido a tocar flauta, leía a los filósofos de la Ilustración y se expresaba en francés. La paliza que recibió un día al ser descubierto por su progenitor con guantes, fue al decir de Walton implacable, pero ni aún así Fritz mostró deseos de rebelarse. Del lado de su padre, cada cierto tiempo y tras un arranque de violencia parecía caer en una porfunda melancolía. Tal vez se sintiera culpable de tanta crueldad, pero al pasarle el remordimiento volvía a la carga contra Fritz.

Por fin a los dieciocho años el vástago se decidió a abandonar sigilosamente la corte paterna rumbo a Inglaterra en compañía de su amigo el teniente Von Katte, su padre lo había dejado sangrando tras arrastrarlo por los cabellos, pero el plan fue descubierto y Von Katte decapitado ante sus ojos.

Si Fritz se escapó de la pena de muerte no pudo librarse del matrimonio que le arregló el ogro paterno. A los diecinueve años se casó con una noble de dieciséis con la cual viviría sin tener descendencia. El estado de intimidación en el que vivió Fritz terminó solamente el día en que su padre murió y el ocupó el torno. ¿Cómo se condujo entonces como gobernante y cuáles eran los miedos que lo asaltaban?

Prosigo mañana...

lunes, julio 14, 2008

La atención, ¿hasta que punto?

Una amiga que se interesa no hace mucho por compartir imágenes a través de la Red, me envió el link de un dibujo hecho aparentemente en una versión nueva de flash. El pincel en movimiento va dando cuenta de una anatomía femenina que entre ideas y vueltas concluye sus trazos en la figura de una mujer que parece lucir su indumentaria. Decidí atrapar la secuencia en momentos puntuales que hicieran ver la transformación, lo que quiere decir que me entretuve con el Photoshop. A propósito de entretenerse les diré a ustedes que me entretengo en particular cuando me asaltan sensaciones como la de ayer. Descubrí en casa el DVD de una película de la que no había oído hablar, ¡ y cuánto tiempo! No tenía el registro de "La insoportable levedad del ser" de Philip Kaufman hecha en 1989, pese a que había leído la novela de Kundera. Estando en el papel protagónico Daniel Day Lewis ganador de la edición 2008 del Oscar, bien podría el DVD haber aparecido en mi camino a propósito de la ceremonia hollywoodense de marzo, pero no. Visto a la distancia resulta extraño pensar en cosas que años atrás hemos pasado por alto y que sin embargo nos resultan gratas en el presente. Disfruté las tres horas de la película y hoy al comenzar a escribir para aliviar mi sensación de extrañeza busqué información sobre el director y los protagonistas. ¿Cuál era a fin de cuentas el crimen de mi atención a fines de los ochenta? Sonreí al recordar la cita del filósofo José Antonio Marina en uno de sus libros. El español sugiere con ironía no investigar un crimen hasta que aparezca el cadáver. Podría ser imaginario, sin embargo advierte, prodría a uno podría ocurrirle, ¡encontrar al culpable!



Me digo que la atención y su instrumento, la memoria, poco tienen del trazo hilvanado de principio a fin del dibujo aquí expuesto. Cuando aparece la oportunidad de reconocerlo, hay que reirse al menos un poco del afán de querer saberlo todo...,o de creer estar a la última.






viernes, julio 11, 2008

Se aceptan proyecciones

Me refería ayer al asunto de seguirle la pista a los ´no entiendo´ que lanza más de un visitante en una galería de arte. El tipo de muestra suele ser para entendernos, una colección de piezas que nada tiene que ver con el realismo o con la cosa acabada de un producto concreto: un cuadro, una escultura. Más bien con iniciativas del todo contemporáneas, colgadas o ubicadas en alguna parte del metraje de ese recinto que no es el mercado, la discoteca, un restaurante o un aula. Dichas iniciativas no está demás decirlo, responden a la interpretación que el o los artistas hacen, ¡oh! de su entorno, de su vida interior o un poco más allá, de la sociedad en la que viven.

Me digo que son invitaciones a discurrir con la libertad y la seriedad que adopta un niño absorvido por sus juegos. También, que el visitante podría hacer suyo el cartel invisible que cuelga de las paredes de cualquier exposición. Aquel que invita a la proyección en el sentido psicológico del término, es decir a esa dinámica que se genera al contrastar lo visto con imágenes o sentimientos propios. El propósito es lograr hacer contacto con ese uno/a mismo/a que reside en el propio interior. Una suerte de ¿aló yo mismo/a?

A tener en cuenta además, que quienes dedican su tiempo incluso más allá de la jornada laborable pues sueñan, comen y viven en pos de la exploración visual, tienen algo que decirnos. Cierto que en materia de danza ocurre también escuchar a la salida del teatro los consabidos ´no entendí´, pero es por el momento harina de otro costal.

Me centro en el mundo de las imágenes para recordar que aquellos a los que la cultura nos ha enseñado a llamar artistas les corresponde hacernos experimentar el mundo con los ojos más abiertos. Si se quiere, con la piel menos adormecida. Que haya buenas y malas exposiciones, no quita lo dicho.

A decidirlo nosotros mismos después de detenernos en lo visto y pasar por colador la mencionada frase del no entiendo. Quizás aunque suene hueco, podremos entonces reparar en lo que desde nuestra verdad interior cada uno no entiende.

Imágenes: INJUVE, exposición del Centro Cultural España.

jueves, julio 10, 2008

No digas no entiendo


Arthur Danto lanzó su famosa sentencia: ´El arte ha muerto,´como un epitafio que bien podría haber colocado a la entrada de la Stable Gallery de Manhattan el año 1964. No lo hizo, pero la ha seguido repitiendo en sus varios libros. De alguna manera la exposición de Andy Warhol en la galería de `La Gran Manzana`, el mismo año que los Beatles pisaban suelo nuevayorkino merecía la frase. Warhol mostraba al pequeño gran mundo del arte, envases de detergente que sólo se diferenciaban de piezas similares, disponibles en almacenes y supermercados, por el material con el que habían sido hechas. En lugar de cartón, el artista había empleado madera contrachapada. ¡Vaya! Tales Brillo Box produjeron en Danto un sentimiento de embriaguez filosófica. Uno entiende en su libro “La transfiguración del lugar común”, que el hecho de que se comenzara a considerar estos productos como objetos aptos para la contemplación estética, lo puso en alerta de la tarea que debía emprender: La de elaborar una nueva definición del arte. Le era evidente que la anterior había quedado obsoleta y aún más, que el arte había muerto, lo que quería decir que como según su cálculo seguirían apareciendo nuevas acciones o piezas identificadas como arte, se abría una etapa a la que había que identificar como la del ´arte después de la muerte del arte´.

¿Por qué el asunto de ´no digas no entiendo´? Ahí voy. La frase se ha convertido en un refugio para el espectador que áun en pleno siglo XXI visita una galería de arte. Y no sólo en las metropolis, que llegar al mismo Nueva York o a una vanguardista ciudad europea, dígase Kassel al norte de Alemania donde se llevan a cabo los Documentas, máxima expresión de contemporaneidad artística, podría parecer tema natural de interrogación para un sudamericano. Se puede suponer que algo distinto pase por la cabeza de humanos que viven en sociedades también distintas, pero no es el caso. Quien está atento a las formas y conceptos del arte vanguardista en Lima, sabe que desde los sesenta el Pop tuvo seguidores. Asimismo, que las escuelas de arte hoy se mantienen conectadas a los estilos internacionales, sin descartar la intención de forjar una identidad plástica propia.

¿Qué pasa entonces cuando llega una exposición armada en otro lado? Por ejemplo la del Centro Cultural de España anunciada como una muestra de artistas menores de treinta años residentes en España. Acto seguido que uno se encuentra con gente, que ciertamente no intenta mantener la nariz pegada en el arte como quien escribe estas líneas, y las oye lanzar una seguidilla de no entiendos.

prosigo mañana
...

miércoles, julio 09, 2008

La papa vista desde Europa

¡No a la deglución indiscriminada! ¿Cómo, cómo, cómo? Llegué a un blog gastronómico en el afán de acercarme al mundo del buen comer. Ajena como soy a la cocina quería explorar más allá de los ¡mmmmmmmm! con los que el conductor de un programa de tv local acompaña la misión que se ha impuesto: saborear algún plato o bocadillo y dar cuenta de su calidad. Mi interés de hacer el oído al vocabulario gastronómico y de paso conocer algunas historias vinculadas al paladar se ha encaminado con las crónicas de Caius Apicius, un reputado tratadista español sobre los placeres del gusto. Dénle una mirada a su nota sobre la papa nacida en estas tierras: La joya del milenio.
Imagen: Variedades nativas.

martes, julio 08, 2008

Resina hereje

"Lima la horrible"(1964) ensayo de Sebastian Salazar Bondy entra a escena con la última intervención plástica de Cristina Planas. Quién sabe, la obra del periodista peruano reaparezca solamente en ese único acto de tinte teatral que no termina de representarse en nuestra psique. Aquel de una ciudad cuya discriminación silenciada se prolonga en la indiferencia hacia todo lo que sea verse a sí misma. Sincerar almas y mentes a través del lenguaje se ha topado siempre con el impedimento de prejuicios y tabúes. Al decir de Salazar Bondy, los sostenía una nostalgia anclada en el pasado incaico o colonial. La posibilidad de ver claro se ha escurrido incluso en afirmaciones de signo contrario: Al pan pan y al vino vino. ¿Qué limeño antiguo no esgrimía la frase cada vez que podía?

Cristina Planas, la escultora, termina de dar forma a sus cinco figuras de resina y las lanza a la calle. El lado indagador de la artista quiere ver el efecto en la población real. Planas, la escritora, acompaña a su vez la incursión de sus personajes de textos. Deja en claro que ha escogido para su ciudad un nombre de pila que apela incluso auditivamente al ojo del observador. Lima es La Horrible. Su resina hereje, falta de fe en una apariencia que asfixia, recita en el folleto de la muestra que presentó en la Galería 80 m2: "La Horrible se transforma en pelea de combis y grita: claxon, insulto y tránsito, cuando está tranquila suena a pito, falta de papeles, y sencillo de peaje".

En lo que a mí concierne y para no espantar el turismo diré que en Lima se come rico y que por aquí andamos los que la queremos aún sin la consigna de taparnos los ojos.

lunes, julio 07, 2008

Aprender a conmoverse



Tras un día ajetreado en el que sólo pensaba llegar a casa a prepararme un café, acompañarme de una lectura ligera y quizás después mirar un poco de tv., me detuve un momento en la PC. Voy a leer sólo el correo dije antes de darme con el titular de un articulista que reside en Alemania. Entre cifras y observaciones sus líneas giraban en torno a la locura, la pobreza y la indiferencia de nuestra especie, tanto consigo misma como con su habitat. Su conclusión: El mundo es hoy más kafkiano que el mismo que percibía Kafka. Tres números de lo que había leído me llevaron entonces a abrir el Photoshop. Quería tomar nota de la cantidad que la FAO había dado a conocer el jueves sobre el número de humanos hambrientos en el mundo. Dicho directamente, subió el 2007 a 450 millones de personas. El jueves, pensé, ¿qué hacía yo el jueves?... En qué mundo distinto viviríamos si tan sólo, tal como los 1,600 millones de televidentes repartidos en 170 países de los cinco continentes a propósito del pronunciamiento final del concurso sobre las siete maravillas del mundo, hubiéramos esperado todos allí sentados o de pie frente a la caja boba. ¡Y la cifra de la FAO es...: Cua-tro-cien-tos-cin-cuen-ta- mi- llo-nes! Nuestro ¡nooo! habría necesitado que por lo menos el satélite de nuestro planeta, la romántica luna, se saliera de su órbita. No estamos hechos para conmovernos con los números, ¿entonces con qué?

viernes, julio 04, 2008

¿Olvida usted algo?

Prosigue la exploración geográfica de la que les hablaba ayer. NN viajaba a Guatemala y al tanto como está del tiempo que paso frente a la pantalla me pidió ayuda. Algo de información relativa al clima y otros datos. De hecho la pose de saberlo todo no es la suya. Sin descartar otros indicios, tal vez a causa de la globalización que según los medios nos revienta a diario en la cara. Parece que dejamos de experimentar la extraña culpa de fingir nuestra no ignorancia sobre aspectos básicos de nuestro mismo continente. No lo digo para celebrar el desconocimiento, sino para dar un puntapié a la omnipotencia que revisten algunas versiones del pensamiento patriótico americano. El mundo es inmenso.

Basta además un clic a Wiki para comenzar a llenar vacíos. En materia de arte suelo contrastar sus datos con otras fuentes, pero en cuestiones generales confío a la primera. Cierto que me voy después por la libre. Miren no más que se me dio por repetir en voz alta las voces de los departamentos del “lugar de muchos árboles”, traducción en idioma náhuatl de Guatemala. Dije: Quetzaltenango, Totonicapán, Suchitepequez, Huehuetenango, Zacapa o Retalhuleu. Es casi de no creer que términos de nuestro pasado pre-colombino resulten tan ajenos a la sonoridad del español. Me recuerda que hace poco intercambiaba en Lima algunas frases en inglés con una estadounidense y cuando en respuesta a su pregunta le dije que vivía cerca de la huaca Huallamarca, me lanzó un ¡Whaaaat! Nuestra precolombinidad, si se acepta el término, es ancha y por lo visto ajena. Para mí el resto arqueológico de los huallas conservado en pleno San Isidro es cosa de todos los días.

El caso es que salida de mi sensación casi hipnótica -Su-chi-te-pe-quez-, ¡que bonito!- hice un encaje visual del país, el cual pueden aprovechar ustedes si acaso lo necesitan. Guatemala está en América Central y limita con México, Belice, Honduras y el Océano Pacífico, el mismo que baña las costas peruanas, allá abajo en el mapa. Dicho puntualmente, esas aguas del sur donde según el episodio tal vez más recordado de las clases de historia del colegio, se va a ser rico. Don Francisco Pizarro dixit a los navegantes de la Isla del Gallo. Los trece que desistieron embarcarse al norte y… el resto de la historia la sabemos.

En materia de literatura, la nacionalidad guatemalteca fue adoptada por Augusto Monterroso escritor nacido en Honduras que se trasladó tempranamente con su familia al lugar de muchos árboles. Reencontré en Wiki el dato que no había vuelto a recordar hacía tiempo. Monterroso fue considerado el autor del relato literario más breve: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". Perdió el puesto honorífico al entrar en escena "El emigrante" de Luis Felipe Lomelí. “¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!”.

Imagen: Antigua, Guatemala.

jueves, julio 03, 2008

Un punto distante del planeta



Las imagenes pertenecen a Eng Tay (1947), artista nacido en Malasia que a fines de los sesenta se mudó a Nueva York. Se afirma que tiene una sensibilidad multicultural. ¿Será lo mismo decir que en todas partes se cuecen habas cuando de escenas de la vida familiar se trata? Me gustó su colorido para retratar con nostalgia la intimidad de sus personajes. Tomar contacto con su trabajo se convirtió además en una posibilidad de autoadministrarme una clase de geografía. Sólo conocía de oídas la capital de su país: Kuala Lumpur.

miércoles, julio 02, 2008

Pétalos y contracultura


Pagaba el precio del barullo por haber instalado mi laptop en el ambiente familiar donde uno de mis hijos veía un programa en la tv.,pero obtenía a cambio la posibilidad de pasar un rato con él. Total no necesitaba yo una particular concentración para encontrar una imagen en mis archivos. Además, dado que mi consanguíneo y yo solemos intercambiar opiniones sobre las perlas de los mensajes televisivos abría la posibilidad de que me hiciera algún comentario divertido. Resultó. ¿Has visto la publicidad de los pétalos cubre pezón?, me interrogó. La verdad que no, respondí. No entiendo por qué muestran la mama y ocultan el pezón. ¿Será cosa de la censura?, agregó.

Interrumpí mi tarea para ver el comercial que estaba empezando y la verdad es que no supe qué responder. La razón no era ciertamente funcional. Se puede pensar que si se vende cualquier tipo de cubrecama se verá la superficie donde se instalará. Aquí no. Una mano femenina cubría el propio seno sin dar cuenta ni del rostro de la propietaria ni de su protuberancia. Toda una ficción ésta la del contacto del pega-pega en la piel. Uno de tantos modos que pasan por ser naturales y que se aceptan así no más.

¿Habrá que coincidir con la descarnada afirmación de orientación lacaniana sobre la pantalla? Encontré la referencia en "La bella carnicera" publicación de la Nueva Escuela Lacaniana de Lima (NEL): "...frente al aparato televisivo...suponemos que un deseo propio nos anima y que somos en eso libres de elegir, lo que ignoramos es que, por el contrario, es la pantalla la que nos mira, la que nos busca y la que persigue nuestro acuerdo para que concedamos lo que nos pide..."

¿Y qué nos estarán pidiendo lo susodichos pétalos? De entrada que nos sumemos a la creencia de que el erotismo es sólo uno. Adaptarse a él (a la moda) no tiene nada de incómodo, sin descartar que usar esa suerte de parche preserve la intimidad (esa porción que no se ve). Cada uno de los cubre pezones "es fácil de usar y cómodo de llevar, quizá te olvides de que los tienes". Todo muy bien todo muy fino. La estrategia es no pelearse ni siquiera con las aguerridas feministas de los años sesenta. Hay un entre líneas a las quemadoras de sostenes en esta última invocación: "Luce tu perfecta y natural forma y siente la libertad de ir sin sujetador".

Felizmente o no, para algunas jóvenes queda la posibilidad de plegarse al pensamiento de la contracultura. Miren no más la provocación de la británica Sarah Lucas.

martes, julio 01, 2008

Ojos vidriados

Patricia Higshmith, autora de intrigas de corte psicológico, hubiera hecho una novela con la historia. De mi parte no esperen más que una confesión. No me hizo mucho bien escuchar la conversación de dos mujeres sentadas a mi lado en un café de San Isidro. El mozo me acababa de traer el caramel frappuccino que le había pedido y una revista de ¡carros! Jamás la hubiera elegido entre la ruma de publicaciones que se veían en el estante del local. Tan sólo pegarle una ojeada me pregunté si la iniciativa del tipo obedecería a alguna estrategia publicitaria o sería sólo que andaba en las nubes. Pueden suponer que enterarme de las ventajas del último Ferrari quatroportte, me traía sin cuidado. En todo caso debía estar yo de un ánimo particular, porque tampoco me preocupó detectar en mi interior una inclinación al chismorreo que sin más me hizo comenzar a prestar atención a la conversación de al lado.

Haciendo un resumen diré que la mujer que llevaba la voz cantante se había mudado hacía poco y que la noche anterior, cuando estaba en la salita de la parte posterior de su edificio, en realidad un balcón de cara a un parque más o menos privado (pasea por allí uno que otro transeúnte) comenzó a escuchar el diálogo telefónico de uno de sus vecinos. Si hermano todo irá bien. La mujer se preguntó si alguna vez se habría cruzado con el dueño de la voz en el ascensor. El sonido salía del piso de abajo y el hombre también en su balcón, no parecía reparar en que podía ser escuchado por alguien más. La inversión está hecha continuó, pueden ustedes venir a Lima en cualquier momento. Hubo una pausa y como si estuviera en un cine mudo pero de imágenes, la mujer oyó una voz femenina. Te advertí que no entraras en eso, dijo. No te metas tú ahora en esto, retrucó él. Pasó un minuto en el cual la narradora dedujo que el hombre marcaba el número de su socio. Era perfectamente posible, dado que comenzó a hablar con alguien sobre la visita que tendrían. Finalmente le soltó: Tendremos que darle vuelta o nos meterán adentro.


En este punto la interlocutora de quien contaba la historia lanzó un ¡no!, y como si no pudiera armar una oración completa, una seguidilla de palabras:¡Desfalco!, ¡homicidio!,¡la policía! En lo que a mí respecta el caramel frappucino me quemó la garganta. El calor se propagó enseguida por el resto de cada una de las porciones con las que un escolar identifica la materialidad humana: cabeza, tronco y extremidades. Metí la nariz en la revista que había dejado sobre la mesa intentando tranquilizarme. Quería encontrar sentido a mi lectura sobre el último coupé salido al mercado, pero no pude evitar darme cuenta de que las dos mujeres pedían la cuenta. Sencillamente se iban a ir sin que yo hubiera resuelto lo que me tocaba hacer.

Y se fueron. Esperé todavía un rato en la mesa antes de decidir que lo que había oído no eran mis cebollas. La traducción de la expresión que se usa en francés a propósito de algo que no nos incumbe resulta forzada, pero pueden estar seguros de que no hablo de cebollas por gusto. La planta que tiene tantas capas y que hace llorar, bien podría ser un emblema de algunas situaciones que se nos cruzan en el camino. Cuando dejé el café no sabía bien qué hacer, una cuestión de capas. Mis ojos además lucían vidriados, estaba llorando.

Imagen: Fernand Leger.