jueves, abril 30, 2009

Aliento a México

Estremece la situación que según la prensa escrita, que es la que he visto, están viviendo los mexicanos. El actor Ricardo Blume editorializa hoy en su columna de `El Comercio` con un `En tiempo de virus`. Como residente en Mexico vive en carne propia los temores frente a la propagación del virus. Sin embargo pone la nota de humor al contar que la actriz de una telenovela se resiste a ser besada en estos días por el galán con el que comparte roles protagónicos. Y la nota más que seria, serísima, al afirmar que las calles desiertas y el cierre de colegios y universidades dan un aspecto a la ciudad del `Ensayo sobre la ceguera`de Saramago. Allí donde todo sospechoso de infección del mal blanco debía permanecer en cuarentena. Tranquiliza saber que las medidas de sanidad que ha tomado el gobierno son acertadas y se cumplen. Un aliento desde aquí, donde se dice que son nueve los pacientes posiblemente contagiados.
Imagen: Arturo Rivera.

miércoles, abril 29, 2009

Puertas que se abren

M. es una niña delgada y de proporciones armónicas. Sus extremidades enmarcan un torso delicado que visto de espaldas evidencia unos omóplatos bien encajados. A sus siete años, una edad en la que como se dice la inocencia no se ha perdido, ha comenzado clases de ballet. No bien estuvo de vacaciones, su madre le preguntó si quería que la matriculara y ella dijo que sí. En realidad se esperaba su respuesta. Verla haciendo aspas de molino era una poema a la elasticidad. De alguna forma lo es también corroborar que tras unas clases, el ballet parece hecho a la medida de M. Progresan sus habilidades físicas, entre ellas la postura del cuerpo, la coordinación y el tono muscular. Mejora su oído para seguir la música y desarrolla cualidades que le exigen poner en juego memoria e imaginación. Me considero una observadora afortunada del aprendizaje de la niña y aunque sería absurdo pretender que la profesión de M. decantará por el lado de la danza, no tiene menos mérito advertir sus logros en el presente. Le encanta mostrar lo que aprende. Puedo hacer como si estuviera en una playa o en un mercado me dice, escoge tú. Elijo la playa y la veo embarcarse en una serie de gestos que nos trasladan a un espacio soleado. A juzgar por el aire del que parece proveerse agitando las manos el calor la agobia. De pronto decide cavar un pozo de cierta hondura. La veo disfrutar de la simulación. Cava y cava antes de que su mirada enfile hacia el horizonte. Se pone de pie y se dirige a la supuesta orilla donde toma contacto con el agua. Duda. ¿Se dará una zambullida? Está muy fría… ¡sí!, dice y como si estuviera de salida se coloca una toalla y se dispone a buscar un heladero. La escena termina con el rostro satisfecho de M. saboreando un barquillo. Casi sin pausa se mira al espejo, un segundo juego ha comenzado. La niña observa su reflejo imaginario con la gracia de quien le gusta adornarse. Se pone un collar y unos aretes con el aire de quien se siente dueña de una actuación eficaz. A juzgar por su sonrisa, confía en la manera de representar una adulta. Me digo que sus clases han puesto una nota creativa en sus maneras que ojalá más tarde vuelque a la vida social. El potencial creativo de un programa vinculado a alguna de las artes es la matriz de un grato sentimiento de individualidad. El juego y la fantasía que propician construyen el camino hacia la autonomía. ¡Qué pobre puede resultar una educación que no lo valore!

miércoles, abril 22, 2009

A favor de lo mejor

Me produce malestar la agenda local de la tv. Su sección farándula parece la arteria loca de un sistema que trastorna la circulación con chorros de banalidades. Y la sangre llega al río, lo que quiere decir que no sólo los programas dedicados a la farándula, sino hasta los noticieros y programas periodísticos conviven con el amarillaje. Si la conductora de un programa de chismes de la tv. erigida en jueza de una moralidad patafísica: juzga lo que se debe o no hacer en plan de juerga, denuncia con ´razón´-¿será esta la misma que la del francés del pienso luego existo?- o sin ella, a alguien del medio, ¿por qué la interrogación y sus consecuencias aparecen como titular en la portada de un diario que se dice serio? La prensa de chismes podría ser menos importante sin el eco que le hacen otros medios. Habría que encarar ese decir entre líneas que el asunto es banal, pero hay que comentarlo para ganar algo de popularidad con el escándalo. O si no, la pretendida altura intelectual de quien afirma que el asunto no es nada banal porque está en juego la integridad del periodismo nacional. Esas polaridades nos han llevado adonde estamos. Por Dios. En Lima parece ya un delito afirmar que uno está a favor de lo mejor. Me quedo con la historia de chisme y romance a lo Hitch, especialista en ligues. Sara que es Eva Mendes, atenta al vaiviene de las estrellas en Nueva York inicia una investigación al Doctor Citas que es Hitch, Will Smith. Quiere saber quien es el misterioso artífice de romances inusuales. Logra que el sujeto más anodino de la ciudad consiga la atención de una celebridad preciosa y solicitada. Como para entretenerse, pero en plan buena onda. No como en esta noble y bella ciudad donde todo se convierte en chorros de sangre y de una arteria rota. ¿Qué cuerpo y qué mente viven en tales condiciones?

martes, abril 21, 2009

Prosa en trance

"(...) un trance es un trance. Y si bien pienso que un prosista en éxtasis de felicidad puede hacer muchas cosas buenas en la página impresa- las mejores, así lo espero- también es cierto, y mucho más evidente, sospecho, que le es imposible ser moderado o sobrio o breve; deja caer casi todos los párrafos cortos. En pos de algo tan vasto y devorador como la felicidad, pierde necesarimaente el placer mucho menor, pero para un escritor siempre bastante exquisito, de aparecer en la página navegando serenamente entre dos aguas. Para peor, ya no está en condiciones de atender el deseo más inmediato del lector, a saber, que siga de una buena vez, caray, con su historia". J.D. Salinger. Imàgenes: Phil Toledano.

jueves, abril 16, 2009

Deseos alborotados

No se si debo decir que no entiendo a ciertas personas o que no las tolero, aunque tampoco sé si alguna vez llegue a descifrar el por qué. Tan sólo proponérmelo me produce tal falta de curiosidad que prefiero dedicarme a otra cosa. Sospecho que en cierta forma una introspección conduce también a darse cuenta de que uno no aspira a tener respuestas para cada cosa. Si quieren enterarse, cada cierto tiempo veo viejas películas de algún director que me interesa. En esas he estado con Fellini. LLendo detrás de sus títulos menos conocidos y después del `oh` que me arrancó `La ciudad de las mujeres`, quise pegarle una mirada a `I vitelloni (Los inútiles). Sencillamente no pude con el tema. Les cuento de qué trata. Corre el año 1955 y un tipo con pinta de seductor irresistible embaraza a la `Señorita Sirena´nombrada así ese año en el concurso de una vieja localidad italiana. El tipo acaba de romper con ella, pero el desmayo de la bella justo el día de su coronación pone en boca de todos que la chica espera un hijo suyo. El padre del seductor se entera y tras impedir que su hijo huya a Milán con el pretexto de encontrar un empleo, era un bueno para nada, lo obliga a casarse. Ella feliz o mejor dicho en el reino de la dicha. Al volver de su luna de miel él se acomoda también en casa de los suegros que hasta empleo le buscan. A poco de establecerse, la sirena va en busca de su marido a la tienda de antiguedades donde está trabajando.Viene por él sin avisarle, y él sorprendido la recompensa besándola en la puerta del negocio, toda una liberalidad para la época. A continuación le dice vamos al cine si ella paga, claro. Liras y tickets de por medio, se acomodan en sus butacas. Él le pasa un brazo buenito y fuman. ¡Ay! Al costado del don Juan una mujer le pide fuego por favor, y él obsequioso con el encendedor a la mano le prende el pitillo. El fulano no ha dejado de abrazar a la esposa, pero le pega una ojeada a la dama en cuestión que aprueba el examen. Tan vestida de negro como fumadorsísima. Del otro lado Julieta ni se entera de la rival que acaba de salirle al paso. Mira en dirección a la pantalla sintiéndose cobijada por su hombre. Ya. Lo que no soporté fue que el inútil en un arranque de virilidad procedió a investigar si sería bien recibido por la prima donna de al lado. Con un ojo en la pantalla comenzó a buscar el pie de la vecina y a ver qué pasa. En un auténtico brote de esquizofrenia no descuidó preguntarle a la esposa si estaba contenta. Punto y coma, es decir iba a entrar yo en estado de ídem si seguía pegada a la historia. Adiós Fellini. Creo que aunque no aspiro a encontrar respuestas para todo, confío en otras maneras de sacar adelante el alboroto de nuestros deseos.
Imagen: Juan Muñoz.

lunes, abril 13, 2009

Sin Oscar

¿Quién no está hecho para entretenerse con la historia de un niño pobrísimo, tan dulce como temerario, capaz de conservar el sueño de un amor infantil en medio de obstáculos de todo tipo: secuestro, violencia, prostitución, droga, abuso y maltrato? Más todavía si el chico que ha crecido participa en un concurso de la tele para hacerse millonario y va respondiendo correctamente cada una de las preguntas que lo acercan a la posibilidad de hacerse con un buen fajo de rupias dolarizadas. Otra vez esa parte del cerebro que cede ante la ilusión de que los deseos se vuelvan realidad dice ¡sí! Una película que emociona y entretiene darwinianamente hablando. La miseria hindú sigue ahí cuando a la salida del cine uno se dice ¿te gustó? si, entretenida, ¿vamos a comer una pizza? Tampoco es que el cine de Ben Stiller, Jim Carey o Adam Sandler vaya a cambiar el mundo, pero lo prefiero. Y sin Oscar.

lunes, abril 06, 2009

Cuando se traicionan ideales

Lo escribieron H.y A. dos filósofos alemanes que inspiraron a toda una generación de activistas sociales, la de los años sesenta. No fue el párrafo más celebrado de su libro, e incluso el capítulo al que pertenece ta podría no formar parte de su enfoque sobre la Ilustración, la corriente intelectual que pensó en la modernidad como un proyecto basado en la razón. Dicen los autores: `Entre los cuarenta y los cincuenta años se suele tener una extraña experiencia. Es la de descubrir que la mayor parte de aquellos con los que hemos crecido y con los que hemos seguido en contacto manifiestan síntomas de disfunción en las costumbres y en la conciencia (...) Pero incluso a aquellos a los que no le suceden cosas descisivas presentan síntomas de descomposición. La conversación con ellos se vuelve insípida, ruidosa, vacua. Mientras antes el que envejecía recibía un impulso espiritual incluso de los otros, ahora tiene casi la impresión de ser el único que conserva espontáneamente intereses objetivos (...) en las condiciones actuales, el cumplimiento de la mera existencia, a pesar de conservar determinadas capacidades técnicas o intelectuales, lleva ya en la madurez al cretinismo. Ni siquiera se salvan de ello los hombres prácticos del mundo. Es como si los hombres, en castigo por haber traicionado las esperanzas de su juventud y por haberse adaptado al mundo, se vieran golpeados por una decadencia precoz`.
Cita: `Dialéctica de la Ilustración´Max Horkheimer y Teodoro Adorno en 1947.
Imagen: Marianela de la Hoz.

jueves, abril 02, 2009

Por cuenta propia

Imagen: Susy Gómez
Para Emma Goldman, la anarquista que en los años treinta fuera considerada la mujer más peligrosa de America, no habìa vida sin trabajo mental. Pensar por cuenta propia le deparó persecuciones que tras un tiempo en la càrcel, terminaron con su deportaciòn de EE.UU. En sus discursos proponía luchar por la edificación de una sociedad no capitalista, la liberaciòn de la mujer y por una educación infantil tan conciente como comprometida. Dejó en claro lo que consideraba el único pecado imperdonable en la sociedad: la libertad de pensamiento. Una produccìón televisiva tendría que poner su biografìa en agenda. Ya sabemos que es la única manera de considerar que lo que sucedió en la historia o con alguno de sus protagonistas cobra sentido. Al menos es hoy la materia prima a partir de la cual se puede tratar de pensar por cuenta propia.