miércoles, julio 26, 2006

Gestos criollos

Puedo jurarlo. Un Tico o mejor dicho el conductor de uno de estos artefactos, me vio apurar el paso para cruzar la calle frente a Ripley en San Isidro y...¡aceleró!.

Juro por segunda vez. El  tipo parecía en sus cabales, si por eso se entiende el no tener pinta de haber ingerido alcohol. Quería probablemente, mostrarme quien era el jefe, ¡oh gesto criollo!, pero me hubiera dejado lesionada de no pegar yo un brinco que me hizo alcanzar la acera en un tris.

Ya en la noche, la higiene del sueño me hizo luchar con una araña oscura de cuatro patas y de dimensiones colosales, a la que vencí. He aquí mi motivación para esbozar una síntesis de nuestro parque automotor.

El primer dato es recordar la gestión de inundar Lima de carros económicos. Quien sabe cuantos empresarios se embarcaron en la importación de la marca Daewo en versión Tico mediando los años noventa. ¿Sin planificación previa?, ¿sin prever la congestión vehicular?

El modelo, dedicado mayormente al servicio de taxi, se convirtió desde entonces en una plaga. Mal de muchos, consuelo de ... ya se sabe. Entérense sin embargo de que el mal afecta también a otros países. En Costa Rica hay quien ha recopilado consejos para saludar a un conductor Tico. Recomienda bajar lentamente la ventana del carro propio y con un tono grave y fuerte decir: "La p... que te parió". El instructor agrega que al final de la expresión se pueden incluir sustantivos calificativos como "gordo maricón","rata inmunda",etc. Subraya que hay que escoger el más adecuado para la ocasión y de todas maneras estar siempre preparados para responder con un "Váyase pal' carajo" en caso de que el otro conductor reaccione con rapidez. 

En lo que a Lima concierne, las normas de tránsito se cumplen así no más. Nuestra conducta en materia automovilística, aún cuando no sea al mando de un Tico, pareciera un conocimiento cívico no interiorizado. Fracturado, en relación a ese todo que se supone debe aprender un ciudadano para salvaguardar los derechos de convivencia de su ciudad, comenzando por él mismo.

Es frecuente entrar en una calle en la dirección equivocada, pasarse una luz roja, o mantener una velocidad superior a la permitida. Las Combis, nuestros vehículos públicos, han sido bautizados como “Combis asesinas”. Un apelativo que responde al riesgo que significan para el peatón.

Faltan sanciones efectivas y una policía mejor pagada que no tenga que caer en la tentación de la coima. Ninguna novedad de que sean muchas veces los guardias del propio carro policial los que intentan sacar provecho de una infracción. Una vez detectada, suelen pedir al infractor una “ayudita” que consiste en un desembolso menor que el de mediar una papeleta.

¿Y los secuestros en las calles? La prensa se ocupa de los asaltos en la modalidad de interceptación a carros por bandas armadas. Arrecian al acercarse las fechas festivas, probablemente tras un seguimiento de horarios y recorridos a los propietarios de carros de una gama media alta, y alta.

Se agrega a este entorno caótico el desmantelamiento de vehículos. Hay que cuidarse del robo de piezas de carros estacionados en lugares no seguros. Se da el caso de quien intenta reponer un faro o una plumilla, preguntándose si estará comprando partes de su propio carro. Y es que antes que pagar el repuesto legítimo en el concesionario autorizado o cansado de buscarlo porque no ha llegado, el conductor se dirige a una zona donde los reducidores hacen su agosto. Estamos permanentemente tentados, en este terreno también, a practicar una doble moral.

Por último, hay que recalcar que en estas tierras no hay quien deje de soñar con trasladarse por la ciudad en carro propio. Subte no hay, y los vehículos de tipo público van a velocidades como ya he dicho homicidas. Sin dejar de mencionar la falta de confianza.

Una ambulancia comienza a hacer sonar su sirena para abrirse paso. Se entiende que lleva un enfermo que debe ser atendido por emergencia. El conductor usa su altavoz: "Ya ya, abran paso, avancen, despeeejen… "¿Será cierta su urgencia?, pocos se mueven, ¿o será solo una prisa personal?, ¿un gesto criollo?

¡Arreglemos Lima, señores conductores, peatones, autoridades, civiles! Conservemos sólo nuestros mejores gestos criollos.

4 comentarios:

Lichi Garland dijo...

Se me ocurre que los de 3 G en la tele del canal 6, podrían invitar a miembros del gremio. ¿Cuántas generaciones de choferes de combis habrán ya en Lima? La intención sería preguntar y si se puede conversar. Curiosear que puede haber detrás de una frase como la que cuentas: "encima que los llevamos rápido se quejan". Quien sabe hasta convendría la presencia de un psicoanalista...y gracias por tu comentario jose

Anónimo dijo...

Bienvenida vista flaca!
Que placer leer aquello del tico acelerando y no por el contenido, evidentemente, sino por la posibilidad de sentirse identificado y reflejado en vivencias comunes, tan limeñas.
Que bueno que aparezcan lugares donde decir todo aquello que sentimos no hay luguar para ser expresado, mucho menos escuchado y bueno, remediado ya sería delirante. Pero la unión hace la fuerza, dicen y si habalmos todos juntos hasta tal vez el delirio se convierta en sueño y eso ya es más bonito...
Felicitaciones Lichi y que empiece la comunicación!

Lichi Garland dijo...

Me alegro de la identificación con temas comunes estimado anónimo. Es bueno que no todos los sueños conduzcan al delirio. Gracias por el aliento.

Anónimo dijo...

Really amazing! Useful information. All the best.
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