martes, enero 19, 2010

El presente se dispara como una flecha

Lima matiza por estos días su conocida tonalidad grisácea con unos grados de temperatura. Su verano sin sol genera todo tipo de pronósticos. Ya mejorará en febrero, no en mayo. Los vaticinios parecen coincidir en una idea fija: si no hay sol, no hay verano. Pensaba en el lenguaje y en los engaños que propicia cuando se usa considerando que existe una sóla realidad. A más de hacer ver las cosas inmóviles, siempre todo es o debe ser como es, hace concebir la vida supeditada al control humano. Sucede al menos en occidente, la civilización que nos ha formado. Carlos Monterroso, autor argentino retoma a Nietzche para advertir sobre el peligro que conllevan las palabras. En ´Las trampas de occidente´ sugiere mejorar nuestra existencia alejándonos de la repetición de lo que se toma por sentido común. Quizá la mayor trampa dice el autor, sea el uso del verbo ser. ¿Qué ocurre si colocamos ´estar´ allí donde por costumbre empleamos el `ser´? "De golpe todo se vuelve más dinámico. Se pierde el control, un leve mareo, no entiendo bien. Soy joven, estoy joven. No soy malo, estoy malo. Respire hondo. Usted no es. Usted está. Y algo en usted está comenzando a nacer. Y algo en usted debe morir de una vez". En el caso del estío limeño habría que considerar que la estación está un tanto oscura. ¿Por qué el monotema de que sea un mal verano? Usted no es un veraneante desengañado. Usted está en situación de imaginar nuevas maneras de que el presente se dispare como una flecha. El agua del mar sigue allí invitándolo/nos a una zambullida.
Imagen: Edouard Samsó.

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