Lo escribieron H.y A. dos filósofos alemanes que inspiraron a toda una generación de activistas sociales, la de los años sesenta. No fue el párrafo más celebrado de su libro, e incluso el capítulo al que pertenece ta podría no formar parte de su enfoque sobre la Ilustración, la corriente intelectual que pensó en la modernidad como un proyecto basado en la razón. Dicen los autores: `Entre los cuarenta y los cincuenta años se suele tener una extraña experiencia. Es la de descubrir que la mayor parte de aquellos con los que hemos crecido y con los que hemos seguido en contacto manifiestan síntomas de disfunción en las costumbres y en la conciencia (...) Pero incluso a aquellos a los que no le suceden cosas descisivas presentan síntomas de descomposición. La conversación con ellos se vuelve insípida, ruidosa, vacua. Mientras antes el que envejecía recibía un impulso espiritual incluso de los otros, ahora tiene casi la impresión de ser el único que conserva espontáneamente intereses objetivos (...) en las condiciones actuales, el cumplimiento de la mera existencia, a pesar de conservar determinadas capacidades técnicas o intelectuales, lleva ya en la madurez al cretinismo. Ni siquiera se salvan de ello los hombres prácticos del mundo. Es como si los hombres, en castigo por haber traicionado las esperanzas de su juventud y por haberse adaptado al mundo, se vieran golpeados por una decadencia precoz`. Cita: `Dialéctica de la Ilustración´Max Horkheimer y Teodoro Adorno en 1947.
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