Un médico de 43 años, que ejerce ya hace varios años como alcalde de un distrito al norte de Lima, se ha convertido en noticia porque al gestionar la construcción de un pequeño parque que incluía una escultura en honor a la familia, decidió prestarse como modelo. El político facilitó al escultor contratado, una foto de grupo en la que estaban él, su esposa y sus dos hijos. Sin descartar que en los meses sucesivos al inicio de la obra, pudiera haber visitado el taller del artista para fijar algunos detalles. El caso es que recién en pleno proceso creativo, alguien le hizo notar que la gente podía murmurar sobre el derecho que tenía a a perennizar su imagen en un lugar público. El hombre entonces atinó a pedir al escultor que hiciera algunos cambios. Si estos llegaron, la familia del alcalde siguió siendo siendo reconocible. Me puse a pensar qué es lo que puntualmente se le critica. ¿El costo de la obra dado que en nuestro país, se dice, hay siempre necesidades más básicas que el arte?, ¿convertir su vida privada en ejemplo sin dar realmente pruebas de virtud? ( corre el rumor de que el alcalde tiene ya una pareja distinta a la de la señora esculpida), la calidad del trabajo del escultor? (no falta alguien dispuesto a levantar el dedo acusador de que la obra es huachafa). Sin descartar las anteriores, creo que media otro tipo de razón. El político ha ignorado que una de las ramas de las bellas artes, es decir la escultura, se reserva a los héroes nacionales, personalidades desaparecidas del mundo de la ciencia y letras, figuras sacras, o alusiones a valores abstractos como la justicia. A quien ejerce como autoridad política sin mayores méritos, le corresponde en cambio la imagen perecible y banal de la tv.. Allí donde caben promociones, publicidad, marketeo y hasta verdaderos-falsos ampays. No la imagen que conlleva un pedazo de mármol, granito o piedra. Que narcicismo maligno además, ése de querer hacerse a sí mismo un monumento, ¿no creen?
Imagen: Carlos Alcolea.
1 comentario:
Ayer justamente, vi todo el reportaje. Realmente es indignante, aunque él sigue diciendo que no es si imagen. Es un pobre hombre, pues pedir un monumento de su imagen a qué y por qué. Efectivamente ya ni siquiera la imagen guarda a la familia en armonía, pues el tiene un "compromiso" nuevo. Qué tal? Qué bonita familia!!!
Mariella
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