De todo hay en ese 2% de la superficie del planeta Tierra que se conoce como Europa. Vamos, que mantenerse en escena satura y el continente a más de cuna de la civilización occidental, es madre de capítulos enteros de la historia universal. Dio la hora con la temprana colonización de América, más tardíamente con el reparto de Africa y en el siglo XX con las dos guerras mundiales. Mi inquietud geográfica proviene del episodio protagonizado por Alessandro Lecquio, un personaje radicado en España que nació en Suiza hace cuarenta y nueve años. Sus padres fueron el ya finado Conde Clemente Lecquio di Assaba y la princesa Alessandra Torlonia di Civitella Cesi, prima hermana del rey Juan Carlos I. Me digo que si los aristócratas no inculcaron a su hijo las maneras democráticas es cosa del pasado. El ya crecido conde es quien debe responder por su comentario despectivo sobre Brenda Mau, segundo puesto en el concurso `Operación triunfo`. Queriéndolo o no, el conde se convirtió en portavoz de la discriminación que se sabe practican algunos habitantes de la península ibérica. Afirmar que la estética `chacha` de la peruana lo estropeaba todo, reflejó su actitud de mirar de arriba hacia abajo a quién a más de un humilde origen social, tiene una tonalidad oscura de piel. Lecquo se confundió al querer arrastrar a sus compañeros a manifestar su misma opinión. Ni porque los acusó de hipócritas, los plebeyos pisaron el palito. Por olfato simple sabían que eso no se dice, ojalá ni se piensa siquiera. Por dios, que nada borronea el evidente talento de la peruana de veinte años. En cambio del neocolonial aristócrata se puede presumir que carece de todos. Aburrida, censurable y obsoleta su manera de vivir la vida. Me viene a la cabeza el pasaje de una crónica del peruano Julio Villanueva sobre el chef Ferrán Adriá. La gente se asombra de la paradoja entre tu aspecto de chico de barrio y la sofisticación de tu cocina, le comenta el cronista. El cocinero se queja al responder, eso es un racismo intelectual increíble. Imágenes estereotipadas, se ve que pululan al otro lado del Atlántico.
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