La pregunta de Twitter entrena a sus usuarios en frases cortas. Su What are you doing? tiene debajo una caja de diálogo que admite como respuesta un máximo de ciento cuarenta caracteres. Más allá de este número se produce un bloqueo del envío. O el usuario se ajusta a la consigna o su mensaje no se difunde en la red social de la que forma parte. Me lo tomo como un reto, aunque me doy cuenta de que en los hechos Twitter acepta menos que la cifra mencionada. Pruebo en todo caso, y me digo que lo que estoy haciendo es preguntarme cómo así Lima se ha convertido en una novela negra.Todo es lanzar hipótesis sobre el asesinato de una princesa del pueblo, la folklorista A.D. Hecho. Escribo y abro otra caja de diálogo. La señorita y Marple y Monsieur Poirot harían bien en darse una vuelta por aquí. Voy todavía por una tercera ración de carácteres. ¿Cuál es la naturaleza de la participación del público en las estaciones de radio y canales de tv? Ya. Sin Twitter de por medio, me pregunto todavía. ¿Por qué ningún medio ha dicho basta? Una cámara de tv. ubicada delante del presunto homicida no da para tantos minutos en el aire. A más de novela negra fabricamos películas a lo Warhol, que hacía tomas que duraban el tiempo de la realidad. La agenda ha cambiado los temas políticos que nos habían estado atribulando para hacer foco en una crónica policial. Hasta el paro de transportistas del lunes pasó a segundo plano. ¿Habrá otra ciudad que ofrezca tanta carnecita para un ejercicio de psicología social? De hecho me iría mejor en una versión psicológica de Twitter. Tantas cajas de diálogo y ¡no he dado yo mi hipótesis sobre el presunto asesino de la princesa del folklore! Novela negra, cine vanguardista. Por aquí la realidad y la representación se confunden.
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