El domingo, es decir mañana, habrá en Madrid una marcha de mujeres convocada por varias organizaciones. Se han previsto carteles al estilo: "Todas somos libanesesas y palestinas". El acto de protesta contra la guerra responde también a una identificación de género. Al margen de estereotipos, la mujer suele manifestar con mayor intensidad el desagarro de perder un hijo. Dios. Un portavoz de Unicef en Berlín señaló a comienzos de agosto, que habían muerto cerca de doscientos niños.
Los analistas que defienden la actitud de Israel mantienen apreciaciones del tipo, "no son sencillas las soluciones". Los civiles decimos, que paren las muertes. Recuerdo el artículo en el que Freud respondía a la inquietud que Einstein le había formulado por escrito. El sabio le preguntaba sobre lo que podía hacerse para evitar a los hombres el destino de la guerra.
La carta de Freud
El creador del psicoanálisis señaló que el accionar de los instintos que tienden a conservar o unir, los llamados eróticos; y los que se orientan a la destrucción y a la muerte, que llamó tanáticos, aparecían siempre ligados. Resultaba así muy difícil, pensar en actos puros de amor u odio. Uno de estos afectos podía predominar, es cierto, pero era precisamente el papel de la cultura, moldear la vida instintiva y fortalecer el intelecto.
Una vía era la identificación del individuo con la comunidad y los principios de sus instituciones. Este mecanismo frenaba nuestro afán agresivo. Sin embargo, era también necesario experimentar temor ante las consecuencias futuras de las acciones comandadas por la agresión.
Educar, esa es la cuestión. Pasa que sobre sus fracasos todavía no hemos sabido sacar conclusiones.
1 comentario:
Sean mujeres, sea Freud, sea Lichi...
Sigamos siendo todos, de la manera que podamos...
Ojalá
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