viernes, agosto 25, 2006

Secreto y fotografía


“La fotografía es un secreto que habla de un secreto. Cuanto más te dice, menos te enteras.", decía la artista norteamericana Diane Arbus a propósito del arte al que dedicó toda su vida.


Quizás se equivocara. La espontaneidad con la que sus personajes miran a la cámara, es decir a Arbus, revela el secreto de su presencia. La artista lograba hacer el clic que detenía un instante de la intimidad de otras vidas. El niño que sujeta la mortífera granada en la mano parece preguntar a quien lo mire, ¿acaso puedo hacer otra cosa?

Las imágenes de Arbus cumplen con los rasgos que el psicólogo Rudolph Arnheim, exigía a la fotografía. Autenticidad, no es dable recurrir a actores; precisión, el tema debe identificarse con claridad y, fidelidad, el acuerdo tácito con el espectador es mostrar la escena tal cual.

Pienso en el fotógrafo de Reuters despedido en agosto último por adulterar una imagen. Intensificó el humo generado por un bombardero israelí al atacar una ciudad del Líbano. No tuvo en cuenta la naturaleza de la foto auténtica, precisa y fiel. Su preocupación fue el dramatismo del producto  que iba a vender a su agencia.

¿Qué busca un reportero de guerra? Algunos expresan el deseo de cambiar el mundo con sus imágenes, otros sienten vivir sólo ante la adrenalina exacerbada por el peligro de muerte. Quien sabe la notoriedad sea también una motivación en juego. Si se asocia a una ética hecha trizas, considero que volvemos al tema del secreto y la fotografía. ¿Y después de la notoriedad qué?

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