







Imagen: Martín Puryear.

´Edukadores, una película alemana estrenada el 2005, me hizo pensar en los ideales que se esfuman con el paso de los años. Los personajes son tres jóvenes que viven en el globalizado mundo de hoy aunque imbuídos de un romanticismo que recuerda el de los años sesenta. Sus trangresiones no implican violencia, pero están tipificados como delitos contra la propiedad privada. Por las noches ingresan furtivamente a las casas de gente con mucho dinero sabiendo de antemano que han salido de vacaciones. El propósito no es robarles sino revolver sus enseres. Los adornos se trasladan al refrigerador o los muebles a la piscina para recordar a los habitantes del pequeño palacio que tienen demasiado y asustarlos. Acaso es la manera en que les toca rendir cuentas a los Edukadores, nombre con el que se identifica la célula revolucionaria. Las cosas caminan sin tropiezos hasta que deciden secuestrar al propietario de la casa que habían allanado. El dueño ha regresado antes de lo previsto y los descubre. Huyen entonces hacia una cabaña en las montañas donde en los días sucesivos tendrán la oportunidad de enterarse de aspectos de la juventud de su rehén, un empresario en sus cincuenta cuyo ingreso anual bordea los tres millones y medio de euros. El individuo había militado en los sucesos de mayo del 68 y al igual que los líderes del movimiento estudiantil de ese entonces, había participado de sus consignas. Por mencionar algunas: "Seamos realistas, pidamos lo imposible", "La humanidad no será feliz hasta el día que el último burócrata sea ahorcado con las tripas del último capitalista". ¿Qué le había ocurrido? El empresario se confiesa a sus secuestradores. Entre las deudas que se contraen, los pagos que generan nuevas deudas y que exigen a su vez mayores ingresos uno se convierte en cautivo de aquel a quien hubiera deseado confrontar en su juventud revolucionaria. Me sorprendió la vigencia de la utopía en estos jóvenes alemanes. No tanto su urgencia de brindar al prójimo indiferente una educación desesperada. Menos todavía, ese cambio de intereses en la madurez. De la preocupación por lo que sucede en el mundo a la más profunda anestesia. ¿Se encontrará alguna vez manera de prevenir tal descalabro? L atraducción del escrito en la parede de la foto es: "cada corazón es una célula revolucionaria".
El artista Panamarenko, nacido en Amberes 1940, con un poco de ingeniero, escultor y poeta, ha centrado su producción en la idea de volar sin la intención de que ello suceda realmente. Un hito en el arte belga, para el crítico Enrique Juncosa, Panamarenko hace pensar en una afirmación de Cortázar: "el poeta no está interesado en acrecentar su conocimiento, en progresar. Asume lo que encuentra y lo celebra en la medida en que ese conocimiento lo enriquece ontológicamente. El poeta es aquel que conoce para ser..."
Un fulano que evidentemente es miembro de una barra brava londinense, se ha convertido en imagen de la controvertida campaña publicitaria que promociona el viaje del Euroestar, un tren de alta velocidad que conecta Bruselas y la capital británica en una hora. El recorrido a través de un túnel en el Canal de La Mancha ha sido el punto de partida para que la agencia leg (pierna) muestre al hooligan semidesnudo, con jeans y con una cruz a la espalda orinando en una taza de te. Su actitud remeda el quehacer de la célebre estatua Manneken Pis de Bruselas, y nadie puso nunca reparos en la actitud de esa suerte de angelito belga que los turistas visitan en un recodo del Centro Histórico de la capital, en cambio el hombrón que micciona de manera tan poco grata levanta críticas y no sólo en los sectores más conservadores.
A lo que voy. La parte kitsch del fútbol en el Perú, es negar la posibilidad de perder. Curioso que así como se anhela ganar y aún sin victorias reales, el kitsch del éxito venda. Una goleada como la de hoy tiende a verse como catástrofe. No tenemos pundonor se dice, pero basta pensar en el siguiente partido para hacer renacer una esperanza extraviada. Ahora sí nos sonreirá la suerte, se vuelve a lo mismo considerando que en el fondo si tenemos el "yonosequé" de los vencedores. Un raciocinio sin lógica y con sentimientos que hablan de desaliento, frustraciones y falta de criterio para manejarlos.Imagen: Yves Klein
Constatamos que a veces toca experimentar dolor. Resulta que aquello en lo que creíamos con fervor ha perdido sentido y que lo que llega para reemplazarlo, antes que una idea acabada y salvadora, no es sino una incertidumbre. Para Zatonyi confiar en el lado poético de la existencia es una ayuda para tomar eso que viene como una bella incertidumbre.Imagen: Richard Lindner
Infaltable la nota sobre el pedazo de paraíso que se dice soñamos incorporar a la agenda anual. Una combinación perfecta de lugares históricos, sol, mar y fiestas. Se trata si no, de practicar el arte de no hacer nada. La imagen sugerida es una hamaca con la garantía de que mientras uno se mece, pequeños tumbos marinos vendrán a desovillarse en la orilla. Agréguense los matices azul turquesa en el horizonte que cumplirán como sedantes en un ambiente de lujo y voluptuosidad, ni más ni menos que como reza el titulo de una pintura de Matisse.
De pronto me encontré disparando fotos al guitarrista de jazz norteamericano Pat Metheny, entrevistado en un programa de film&arts. Me gustó comprobar que la cámara detenía la imagen de la tv. sin mayor distorsión. Fue en realidad una manera de poner en práctica lo que decía la escritora también norteamericana Patricia Highsmith. "Yo me dedico a crear debido al aburrimiento que me producen la realidad y la monotonía de la rutina y de los objetos que me rodean. Por tanto no me disgusta este aburrimiento que me invade de vez en cuando..."
Me decepcionó el lenguaje poco ágil del texto, así como su vagabundeo en los meandros de la filosofia, dígase Descartes, Kant y Hegel antes de abordar el tema del cambio social. A considerar que el índice opere como un adormecedor para una mente que termina de vérselas con la compra de verduras, pollo y detergente. Sobre todo después de subir las compras al carro, para a los minutos tener que descargarlas en el propio refrigerador. ¿Quién deja un libro así en un entorno tan cotidiano?
Casi un alboroto causa en estos días, la publicación de dos noticias sobre "La última cena", el fresco que Leonardo da Vinci pintó en el refectorio de Santa María de la Gracia en Milán alrededor de 1498. La primera se refiere a una página web que reproduce la obra en una altísima definición y que por tal razón, ha recibido en sólo unos días millones de visitas. La segunda difunde el supuesto hallazgo de una frase musical escondida en los vívidos gestos de los apóstoles que acompañan a Jesús alrededor de la mesa. Acaban de escuchar de sus labios que uno de ellos lo traicionará. Pedro se ha inclinado hacia Juan el favorito del Maestro, para pedirle que le pregunte de quién se trata. La apariencia femenina del apóstol dio pie a las especulaciones del autor del Código Da Vinci, como lo ha hecho también la mano derecha de Pedro que detrás de Judas blande un cuchillo. ¿Se preocupa por la noticia y a la vez se prepara para cortar un pedazo de carne, o es una amenaza a quien en realidad es efectivamente Magdalena?
El tema de la música es producto de la reciente publicación del libro de Giovannni Pala "La música escondida". Sin embargo la hipótesis no estaría tan alejada de los planteamientos formulados por Leonardo en sus escritos. Al decir de Pietro Marani, académico que ha estudiado los folios de da Vinci depositados en la biblioteca del castillo de Windsor, el hombre del Renacimiento solía comparar la difusión del sonido con la de los rayos visuales.



Me he quedado pensando en lo que decía Susan Sontag en su célebre ensayo sobre la fotografía. "Nadie exclama: ¡Qué feo es esto! Tengo que fotografiarlo". Esa frase afirma Sontag, tendría que ver con el hallazgo de una cierta belleza en la fealdad, dado que la cámara busca siempre embellecer el mundo. Diré que la afirmación no me convence, en cambio encuentro sentido cuando Sontag observa que hemos aprendido a vernos fotográficamente a nosotros mismos y ratifica el don de ser fotogénicos. No es ilusión que algunos humanos luzcan mejor que otros en fotografías.
La crónica de hoy es una mezcla de imágenes cruzadas, política, un toque de espionaje y algo del humor de un entorno publicitario. Ann Leibovitz, la fotógrafa norteamericana autora entre otras de la foto de John Lennon y Yoko Ono él abrazándola desnudo, estuvo a cargo del episodio. Quien sabe cómo se le ocurrió convocar al personaje que ven ustedes arriba, a ver si lo reconocen. Es el ex-presidente de la Unión Soviética Mijail Gorbachov en plan de promover la venta de una valija Louis Vuitton. Al parecer Leibovitz se encargó también de difundir a la prensa que el ex-mandatario había participado en la producción del comercial al decidir que se le vería sentado en el asiento posterior de un vehículo con el fondo de los restos del muro de Berlín.
Dado que en la parte de encima de la valija aparece una revista en la que con esfuerzo se lee en ruso : «Asesinato de Litvinenko: 7.000 dólares por la traición», una sagaz revista ha puesto en circulación la sospecha de que se trataría de un mensaje secreto a propósito del envenenamiento del espía ruso en Londres. Me pregunté si funcionaría de tal manera la mente de Gorbachov, como para ocurrírsele no sólo entrar al mundo del fashion, sino para idear en éste acertijos que lo pusieran en la ruta de recuperar el poder.
A continuación pensé en mi autora favorita de suspense, Patricia Highsmith y como si fuera yo su discípula decidí trasladar el comercial al formato en el que Higsmith era experta. Dije así: Mijail echó una mirada al muro y pensó en la liquidación de la Federación Rusa. ¿No había sido acaso el glasnot la medida que lo había hecho perder el poder? La luz de la luna se hizo quieta y pálida al momento en que decidió enviarle un mensaje en clave a Putin. Usaría la lámina siete del Tarot, el maestro de acción, que le haría saber al hombre del Kremlin lo que podía ocurrirle. En esencia lo que le había pasado a Litvinenko, si persistía en nombrar un sucesor tras su salida del gobierno en febrero del 2008 en lugar de convocar elecciones. En circunstancias normales no lo habría hecho, pero ahora era un modelo...
Yggdrasil, quiere decir árbol de vida y es una figura de la mitología del norte de Europa que representa el contacto entre varios mundos. Se dice que en sus raíces yace un dios que defiende a todos los universos de un dragón. He llegado a la imagen del árbol siguiéndole la pista a esta criatura fantástica que se me ha dado encontrar en varias pinturas de Paolo Ucello (1397-1475). Huxley de quien me he venido ocupando estos días, tiene algo que ver. Al mencionar a Ucello como el fabricante de un cristal que se podía identificar como la obra de arte inductora de visiones más grande que haya existido, despertó mi interés y me puse a ver sus pinturas. El renacentista representa en varios lienzos a un dragón que parece salido del actual juego de Dragon Balls. ¿Casualidad o inspiración de los creativos de juegos digitales?
Un logro de esa zona de la psique tan poco interesada en la acción y por lo mismo en la vida cotidiana, que el autor de "Las puertas de la percepción" descubrió gracias a la mescalina. Para Huxley este nuevo mundo mental transfiguraba toda experiencia convirtiéndola en éxtasis. El cosmos aparecía como un entretejido de armonía, belleza y misterio. Deduzco que se inspiró en un párrafo de Blake que acabo de leer: "Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna".
percepción", un libro basado en su consumo de mescalina en condiciones controladas. El escritor ingirió menos de un gramo de la sustancia, con todo el deseo de hacer de conejillo de Indias para un investigador californiano que anotaba sus sensaciones.
En Bangkok la metaanfetamina es conocida como Yaba, la droga loca. Al decir de los tailandeses entrevistados, el consumo de Yaba está asociado a una resistencia física extraordinaria, al punto que hay quienes trabajan dos días seguidos para obtener mayores ingresos. Trabajo se considera aquí tanto el del pintor de paredes como el de la prostituta, mujeres que vienen de los alrededores de Bangkok y necesitan enviar los recursos que obtienen en la capital a sus familias.
En cualquier caso, sea para experimentar placer o una suerte de invulnerabilidad frente al cansancio y en general frente a las debilidades humanas, asocié el tema a la conducta de todo agresor. La personalidad que forja el adicto me recordó en primer lugar a la del joven catalán al que me refería ayer. A continuación sin embargo, lo relacioné con el deseo de trabajar, acaso de crear y dar nacimiento a la propia obra, motivado malamente por el afán de obtener el mayor rendimiento.
Luego recordé el nombre de Henri Michaux (1899-1984), autor belga nacionalizado francés que se dedicó a a explorar en sí mismo el consumo de drogas. "El miserable milagro" es el título de uno de sus libros, dedicado a la mescalina. El párrafo a continuación es más bien de "Las grandes pruebas del espíritu".
Al igual que el cuerpo (sus órganos y funciones) fue principalmente conocido y desvelado, no gracias a las proezas de los fuertes, sino gracias a los conflictos de los débiles, de los enfermos, de los tarados, de los heridos (puesto que la salud es silenciosa y fuente de esa impresión inmensamente errónea de que todo es miel sobre hojuelas), así también las perturbaciones del espíritu y sus disfuncionamientos serán mis maestros. Más que el demasiado excelente «saber pensar» de los metafísicos, lo que verdaderamente está llamado a «descubrirnos» son las demencias, los retrasamientos, los delirios, los éxtasis y agonías, el «ya no saber pensar».
Imagen: Jennifer Bartlet
