Infaltable la nota sobre el pedazo de paraíso que se dice soñamos incorporar a la agenda anual. Una combinación perfecta de lugares históricos, sol, mar y fiestas. Se trata si no, de practicar el arte de no hacer nada. La imagen sugerida es una hamaca con la garantía de que mientras uno se mece, pequeños tumbos marinos vendrán a desovillarse en la orilla. Agréguense los matices azul turquesa en el horizonte que cumplirán como sedantes en un ambiente de lujo y voluptuosidad, ni más ni menos que como reza el titulo de una pintura de Matisse.Otro artículo y digan ustedes si encuentran suculento el tema de las nuevas clasificaciones. Iniciado el siglo XXI no basta decir un café. Hay que agregar ; frappuccino moca, caramelo o decaf. Pasa lo mismo con la lechuga, que puede ser hidropónica, orgánica o envasada. Hablemos del agua, que ahora la hay con o sin gas, saborizada, mineral, nunca del caño. ¡Actualícese consumidor/a!
En fin, el sol, el mar la arena y tú, a más de la neofilia para identificar los nuevos placeres de comidas y bebidas, cuando oí el anuncio de aterrizaje en el aeropuerto de Ezeiza. Qué me dirá Buenos Aires esta vez, pensé subida ya a un taxi. ¿Me asaltará el temor de que me cobren más por el recorrido? Ah, más sencillo sería eso del sol el mar, la hamaca y tú...el color turquesa.
No creo que sea tanto el gusto por descansar en la naturaleza, sino la necesidad de hacer una pausa a nuestra persistente desconfianza.
Imagen: Flor metálica, Buenos Aires.
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