Sentarse a diario frente a la PC conduce, a quien le gusta escribir a alguna parte sin excluir que el afán aclare siempre de golpe el tema de la escritura. No. Algunos días el tópico se hace de rogar y diría que me sucede hoy, si no me hubiera estado dando vueltas en la cabeza un cruce que tuve hace poco con alguien a propósito de una palabra. B. diré, me hizo sentir que era yo despectiva al mencionar que uno rezaba a sus imágenes. Dijo: Yo rezo al Señor que está en mi interior, a ninguna imagen. El diálogo, que iba a ser breve (no me entusiasmaba discutir con alguien con una sensibilidad religiosa tan en la epidermis), me hizo sentir mal. Sobre todo porque nada logré al intentar dar marcha atrás. Dije: Las imágenes son importantes, pero el intercambio no cambió de registro. B. visiblemente en sus trece, insistía en demostrarme mi ligereza al repetir en un par de distintas versiones lo mismo. Lo siento, di por terminado el episodio y me volví a hablar con alguien más.
Acaba de venirme a la cabeza mi abuela. La veo lamentándose de haber iniciado un diálogo que había irritado a un otro u otra. No le sucedía con frecuencia, mayor razón para que siendo yo niña grabase su exclamación: A qué hora fui yo a hablar de…En que momento se me ocurrió... mala hora… Al parecer ella no lograba tampoco disminuir la fricción con nuevas intervenciones, como me sucedió a mí.
Alejarse del entorno que nos es familiar, quiero decir de aquellos con quienes compartimos maneras, palabras y hasta risas, cuesta. Se encuentran sorpresas de distintos tipos. En cualquier caso, más que un sesudo análisis sobre las posturas fundamentalistas, creo que el humor hace las cosas bastante más llevaderas. Voy a buscar sonreir un poco por ahí, más de lo que suelo...
Imagen: EPS Huayco, Lima.
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