martes, junio 10, 2008

Van Gogh, a pesar de la locura


Pasaba revista ayer a la amplísima produccción de Van Gogh, quien en sus treinta y siete años de vida, sin contar los dibujos que hizo, pintó cerca de 900 cuadros. Los medios han vuelto conocidos los que hizo en sus últimos cinco años. La oferta de posters se centra en aquellos de pincelada ondulada y tonalidades amarillas. Van Gogh nació en una población holandesa a mitad del siglo XIX (1853-1890) como hijo mayor de una familia de fe protestante. Según observa el psiquiatra Karl Jaspers en su libro "Genio y locura" (1922), tenía un carácter poco corriente en la medida que tanto añoraba el contacto con lo demás como lo rehuía. Con el tiempo llegó a adquirir incluso maneras agresivas que hacían que la convivencia con él fuera dificil. Gauguin fue testigo de excepción. Vivió con Van Gogh durante dos meses en Arles al sur de Francia y salió disparado cuando las amenazas de su colega, aparentemente involuntarias, lo hicieron sentir en peligro. Solitario como pocos, Vincent tuvo un primer fracaso amoroso a los veinte años y se refugió en la Biblia. La salida del hogar paterno obedeció a su interés por difundir las escrituras en un campamento minero. Tras dos años de predicador decidió que sería pintor. Tenía ventisiete años. El lugar que ocupa en el imaginario colectivo es el del individuo que se arrancó la oreja de un tajo, que estuvo recluido en un hospital y que se disparó una bala en el estómago. No es tan conocido que su agonía duró cuarenta y ocho horas y que en medio de su crisis, mantuvo como en otras ocasiones una extraña lucidez respecto a su estado mental. Se dice que durante toda su vida vendió sólo un cuadro. ¿Pintaba porque era loco, era loco porque pintaba como lo hacía, o ninguna de las anteriores?

Mencionaba yo al alemán Karl Jaspers (1883-1969),quien incluyó a Van Gogh al lado de otros tres creadores que dedicaron su vida a la literatura y la filosofía a pesar de su psicosis. A juicio de Jaspers, Van Gogh era esquizofrénico, pero no es su interés en identificar el padecimiento mental del artista lo que lo movía. El artista conmoviía al psiquiatra que recuerda ya en esos años que el espíritu de las obras del artista está por encima de la antinomia salud-enfermedad.

Se pregunta Jaspers si sería en el fondo posible que en la obra del holandés " se entreviera por un instante la raíz última de la existencia, como si las razones más ocultas de todo el ser surgieran de pronto a la luz".

Más adelante observa: "Se trata de algo enormemente excitante, pero que no pertenece a nuestro mundo, algo que abre en nosotros una interogante radical, una apelación a la existencia propia y que produce en nosotros un efecto bienhechor, al provocar en nosotros una transformación".

Por su parte el crítico de origen australiano Robert Hugues señala: "La idea de que sus pinturas eran una ´locura´es el impedimiento más idiota de todos para comprenderlas. Fue la locura de VanGogh lo que le impidió trabajar, las pinturas en sí mismas son totalmente cuerdas, si la cordura debe ser definida en términos de juicio exacto de los medios y los fines, y el poder del análisis visual".
Imágenes: Tres estilos de la producción de Van Gogh, 1881, 1886, 1889.

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