domingo, agosto 06, 2006

El tiempo cuenta

Estuve en la zarzuela. El programa en Lima incluye Doña Francisquita, la que ví, y Luisa Fernanda, la que no veré. Sentada tanto rato en una butaca para seguir las jugarerretas ideadas por la protagonista, loca de amor por Fernando que no le corresponde, ¡ay!


Sumen ustedes las supuestas lecciones que deben aprender los padres de la pareja. Una suerte de, no les toca ya experimentar pasiones... ¡ay! dos veces.


Innegables la calidad musical, las buenas voces y las secuencias de danza que abren el ojo.

Entretiene si, pero no más. Me gustan antes que nada las formas, sea de la danza o la plástica y la foto del cine. Sobre todo esa aventura con toques de humor y comentario social que se teje en el arte hoy.

Un contacto con la lírica del siglo XIX, menos de tres horas por favor.

2 comentarios:

Eduardo L.E dijo...

Lo mejor que se puede hacer en esos casos es o dormirse, o irse, o no aplaudir, tres cosas que nunca he sido capaz de hacer. Mi último suplicio en ese sentido fue "Hamlet" en gallego, del cual no hablo nada y por tanto no me enteré de nada. Estaba además ambientado en la época nazi y no ví calavera por ningún sitio.

Lichi Garland dijo...

En este caso,tampoco fui capaz de irme a las dos horas de espectáculo. Hubiera sido suficiente.