¿Flema inglesa?

Me llenan de pasmo las vacaciones de Tony Blair. La policía británica desactivaba un operativo destinado a hacer explotar varios aviones en el aeropuerto londinense de Heathrow, al tiempo que el Primer Ministro y su esposa estaban en Barbados. Al parecer, el anfitrión de la pareja, el rockero Cliff Richard, no estuvo presente. Sólo, tal como lo hace otros años, les prestó su mansión.

Deduzco que los Blair han aprendido a disfrutar de la colección de CDs que debe tener el cantante, del sol sobre la piel, de la tibieza del océano en esa parte del globo, de la amabilidad de los habitantes de Bridgetown capital de Barbados, y hasta del pez volador famoso platillo del lugar.

Las semanas previas a su pausa caribeña, el político laborista se había dirigido a los Medios para declarar su oposición a un llamado al cese inmediato del fuego entre Israel y Líbano, manifestando que quedaba pendiente de la resolución de la ONU para administrar una tregua. Fue entonces que Blair dejó la gestión del gobierno en manos del Viceprimer Ministro y partió.

Mi pasmo viene a cuento, no porque dude que en una democracia se puedan delegar funciones y todo siga en marcha. Lo que no me cabe, es que se pueda partir al sol declarando que se tiene mucha esperanza de que acaben tantas muertes. ¿No es este señor uno de los figurones de la política mundial?

Será que “Teflon Blair” como se conoce al Primer Ministro, sabe salirse con las suyas. Será la flema inglesa, qué será. Yo aquí en Lima sigo con mi pasmo.