No apto para un día gris. Me refiero al trastocamiento de algunas palabras en el campo de exterminio nazi. “Mañana” por ejemplo, se convirtió en “morgen früh”, o sea en “nunca”. Conversar con un compañero de desdicha y decirle te veo mañana era decirle pues, te veo nunca.
Pienso en el tiempo que parece no alcanzar. No hablo de cumplir acuerdos, reglamentos de trabajo o lidiar con el tráfico. Más bien, de ese sentimiento íntimo, que hasta humildad exige, de sentirse uno o una mismo/a.
En Lima se suele blandir un “tengo un día muy complicado”, en vez del "no puedo" denotado. Se me ocurre que tras decir la frase y sin notarlo, dejamos de lado ese uno o una mismo/a.
La tecnología podría ofrecer un invento para confirmarlo. Una suerte de cristal interactivo al que nos sometamos esos días de prisas, para saber si mantenemos el hálito vital que nos distingue.
Como ocurre con esos carros lujosísimos que no necesitan llave, al usuario le bastaría llevar la tarjeta del equipo en el bolsillo. Acercarse entonces y formularle la consulta. El paso previo sería introducir información sobre el natural filosófico del propietario, sus ideas, proyectos y valores.
Dado que eso exige pensar, desde allí saldríamos ganando…Una vida no examinada decía Sócrates, no merece vivirse.
2 comentarios:
Que foto más bonita, Lichi
sugiere, gracias Eloisa
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