miércoles, septiembre 27, 2006

El arte degenerado




En la Alemania de los años treinta se comenzó a identificar con la etiqueta: arte degenerado, a toda corriente vanguardista. No bien asumió sus funciones como Jefe de Estado (1934) Adolph Hitler declaró que este arte corrompía la moral y la estética alemana.

Secundado por su Ministro de Propaganda Joseph Goebbels, enfiló contra los artistas acusados por él mismo de desviarse de la conducta normal. Los llamó enfermos mentales y propaló entre las masas la necesidad de excluirlos de su proyecto salvacionista anti judío y anti bolchevique.

El operativo contra el arte censurado incluyó campañas de ridiculización. Se reunían piezas de arte moderno para dedicarles invectivas. La muestra de mayores proporciones se llevó a cabo en una galería de Munich donde fueron exhibidas en un salón cercano al que promovía el arte oficial.

El Tercer Reich retiró cerca de quince mil piezas vanguardistas de los museos alemanes con la intención aparente de desecharlas. Ha quedado sin embargo documentado que muchos cuadros pasaron a manos de funcionarios nazis que luego pusieron precio a sus colecciones o a las de sus allegados.

En cuanto a los libros, fueron devorados por las llamas en la gran quema de Berlín (1939), textos de Einstein, Freud, Marx, Thomas Mann, Bertolt Brecht y Henrich Heine entre otros. Crepitaron asimismo en el fuego a lo largo de esos años, pinturas de Otto Dix, Picasso, Dalí, Klee, Beckman, Munch Kokoshka etc.

El destino de las vanguardias artísticas en la Alemania fascista, fue una muestra de intolerancia contra la imaginación y la fantasía. El mundo repudió esta barbarie, que si alguna enseñanza ha dejado es la de reafirmarnos en la necesidad de apertura.

Arriba: Tres imágenes de Otto Dix, pintor expresionista alemán.

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