Todo fue ver la escenificación de Antígona, el relato de Sófocles sobre una de las hijas de Edipo el sábado, para sentir que el teatro en Lima era un hervidero de jóvenes con talento. Los presentes, la sala estaba llena, seguíamos el relato de Sófocles con una atención a prueba del vuelo de cualquier mosca contemporánea. La heroína que elige perder la vida antes que su libertad al desafiar el mandato de Creonte y dar sepultura a su hermano Poliníces, nos había puesto en contacto con la esterilidad de la tiranía.
El director Roberto Ängeles ha enriquecido la pieza con aportes de otras obras. El decorado, el vestuario ¡qué trajes!, las luces y la música aportan lo suyo en un montaje de vigencia estremecedora. Felicitaciones digo, con el propósito de agregar a mi agenda más salidas al teatro.
A mi vuelta a la plástica y a la vida cotidiana, me he topado con los preparativos de Navidad. De pronto y en esas casualidades bienvenidas, salió a su vez de mi archivo "La Santa Virgen María" (1997) pintura de Chris Ofili. Se las muestro aquí con el propósito de detenerme en otro momento con mayor amplitud en una historia que tiene varias aristas.
Una de ellas la encuentran en el artículo "Caca de elefante" de Vargas LLosa. Otra en la posición del filósofo Danto en "Sensation in Brooklyn". Para más datos les adelanto que no me siento una "stuckista" (pegada); el término se refiere a los seguidores de la agrupación londinense que combate el arte innovador, tildándolo de escándaloso y hasta farsesco.
Podría más bien responder a la pregunta: Can you be a "wannabe" from an Ofili? Yes. Así, muy teatral y llena de próximos temas, les deseo un buen inicio de semana.
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