Se me ocurre que por cada peruano con educación superior que repite la frase, el país se hunde un milímetro en la barbarie. Escuché hoy la versión del Dr. Hugo Neyra por la radio. Aseguraba que tuvo que lanzar el “no sabe ud. con quien está hablando” cuando le cancelaron su boleto en un vagón que debía trasladarlo de un punto a otro al sur del país. A su juicio, la compañía de transportes había decidido desembarcar a los peruanos y favorecer a los extranjeros. Viaje y frase gritada de por medio, el Dr. consiguió viajar.
Imagino que el hundimiento del país producido por el Dr. Neyra, Director de nuestra Biblioteca Nacional, es decir un hombre de ya-no-más-libros; debe haber producido un resbalón más acentuado de nuestro territorio en la barbarie.
Ironías aparte, me pregunto cómo poner freno a nuestra inclinación de volvernos energúmenos argumentando que fue el otro quien inició el desmadre. Si los entredichos en el va y viene de la interacción humana son esperables, habría que desear que salga airoso quien confía en la propia habilidad para hacerse escuchar. Eso mientras ponemos en claro el tema de deberes y derechos de cada quien. El resultado no sólo puede volvernos individuos amables. Tal vez encontremos el camino para vivir en democracia.
Imagen: Francesco Clemente
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