jueves, noviembre 16, 2006

El lado publicitario de la vida


La publicidad dejó de ser el monstruo de tres cabezas que pretendía la crítica cultural en los años setenta. Recordar la satanización del Pato Donald me hace sentir bastante más oxigenado el mundo de hoy. Entonces el planeta completo parecía hundirse sin que hubiera adonde ir, como no fuera a esa revolución última y final que cambiaría de plano el sistema económico y de paso nuestra psique compañeros.

Se me ocurre mencionar la película "Fantasía" de Disney, plena de imágenes y sonidos gratos, como una muestra de que el consumo cultural puede ir por distintos caminos. No paso por alto la crítica abierta a distintos aspectos de la globalización, a la violencia, al tema del género y a todo aquello que más que considerarse políticamente correcto o no, mueve a valorar la condición propiamente humana.

Grandes palabras. A lo que iba es a dar mi vaya y pase a la creatividad de quienes asumen el oficio de publicistas. Vender productos y sus imágenes tiene su arte, claro que en el marco de una ética y una filosofía de la vida.

Estas líneas nacen de enterarme por el boletín de publicidad que recibo, que existe un lado Coca Cola de la vida. Y que los creativos de una agencia mexicana nos han de regalar ahora el lado Coca Cola de la Navidad. Ya, digo pero al ver las imágenes me sorprende que sea un oso el portador de los deseos.

La navidad en el hemisferio sur es caliente y sin pedir una campaña centrada en la llama, la alpaca, o la vicuña, solicito la inventiva publicitaria para sentirme representada. El lado Coca Cola de la Navidad sería sino, bien coca cola, una sacada de vuelta que los usuarios del idioma le hemos dado en estas tierras a la expresión. Estar coca cola quiere decir por aquí, estar loco.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me río con lo de "no me siento representada", qué difícil es pensar en todos en un mundo tan grande. ¿Piensan en un lugar del mundo a propósito o es casualidad?

Lichi Garland dijo...

¿Que es lo que hace reir cuando se ríe del deseo del otro? ¿Será la falta del propio deseo? Estoy jugando Eloísa, lo cierto es que la nieve, el trineo y los renos que pretendían hasta hace no tanto ser universales en tiempos de Navidad, hace rato que están sometidos al proceso de deconstrucción. Mientras procede la reconstrucción, desear está permitido... y reir también. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me reía porque aquí es una frase que se utiliza mucho. En estos últimos años ir a una manifestación a gritar: "Que no, que no me representan" o "No en mi nombre", ha sido como ir al mercado. Desde que Aznar se fue estamos un poco más relajaos, pero sin bajar la guardia. Yo me siento a menudo no representada y desearía sentirme más. Un abrazo