El viento dejó de golpear gratamente la cara del tripulante. En un instante su alma, despojada de memoria, se ha olvidado de entonar el: estoy a mil, estoy a mil... Ser de tierra, ahora naúfrago, su embarcación ha chocado con una roca y se desarma.
¿Por qué la educación pasará tan rápido el capítulo: "Accidentes" en la vida humana? El provecho de la asignatura en sus versiones I, II y III tendría lugar en una sociedad que no se resista tanto a tomar nota de la fragilidad de la que estamos hechos.
Las imágenes de Kiki Kogelnik (1935-1997), me sugirieron el tema. Si el primer paso es admitir que nuestro bote hace agua, la capacidad de recuperación hace posible ver luz al final del túnel. Mención aparte merece la creatividad de las sonrisas de Kogelnik, de lejos más estimulantes que los estandarizados smiles.
El título de la nota es tomado de Sloterdijk. Los párrafos del filósofo que transcribí el viernes, se me han quedado dando vueltas. Suscribo eso de andar por el mundo como un ser que es un respirador apasionado. ¿Qué tal ustedes?
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