Sucede que adoro el lado más íntimo de la vida. La charla con los hijos, la conversación vital entre adultos o estas reflexiones en la Red. Poco que ver con la seguidilla de reuniones institucionales que comenzaron a moverme el piso.
Sobre el tema culinario admito sí, ser una hereje. Casi no creo que agregar tal o cual ingrediente al ave de la noche navideña vaya a cambiar su sabor. Pido las disculpas internacionales del caso a Ferrán Adriá y a nivel local a Gastón Acurio, en fin.

Si doy a veces la impresión a veces de cerrar un ojo, como la imagen (Víctor Rodríguez, 2004), es sólo para ver mejor. O como dice el blog, para hacerme de la vista flaca. ¡Ah!, si les interesa el swing de gnomo navideño, naveguen en elfyourself.com
2 comentarios:
Pues a mí tus dos post anteriores me han gustado mucho, sobre todo porque reflejan sentimientos que todos tenemos de vez en cuando, pero que socialmente no se suelen expresar. A este lado español del Atlántico, cada vez todo es más "perfecto", muchos te hablan de tooodos los amigos que tienen, los bien que les cae tooodo el mundo, lo bien que caen ellos a tooodo el mundo, lo bien que les va tooodo, eso y la realidad: pura coincidencia.
La profesión de maestro/educador/profesor tampoco está bien pagada en España, y menos se le da el reconocimiento y el apoyo que se merece, las continúas reformas educativas están deteriorando cada vez más el sistema educativo. ¡Vaya charla que he soltado! Un abrazo fuerte
Me imagino que debemos andar con prudencia querida Eloísa. Eso de recorrer con la palabra temas y sentimientos que no se expresan socialmente, genera cualquier cosa, menos ganas de hacernos cosquillas. Gracias por tu compañía, otro abrazo.
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