Me he quedado pensando en lo que decía Susan Sontag en su célebre ensayo sobre la fotografía. "Nadie exclama: ¡Qué feo es esto! Tengo que fotografiarlo". Esa frase afirma Sontag, tendría que ver con el hallazgo de una cierta belleza en la fealdad, dado que la cámara busca siempre embellecer el mundo. Diré que la afirmación no me convence, en cambio encuentro sentido cuando Sontag observa que hemos aprendido a vernos fotográficamente a nosotros mismos y ratifica el don de ser fotogénicos. No es ilusión que algunos humanos luzcan mejor que otros en fotografías.
Su verdadera agudeza sale a relucir sin embargo, cuando se detiene en el fotógrafo. Una imagen dice, no sólo evidencia lo que hay, sino lo que un individuo ve. No es pues, "qué buena foto" o "qué igualito o igualita que estás". Concordamos o no con el resultado de la toma, si sintonizamos con quien la hizo. Nosotros mismos como fotógrafos, podemos intuir si captamos o no al personaje o escena elegidos tal como los percibimos.
Y aquí es donde entra Ann Leibovitz, la norteamericana que a mi modo de ver tiene como mayor virtud la creación de atmósferas. Observen esta secuencia donde se ve a Meryl Streep, Lennon con Yoko Ono, y las glamorosas hermanas Collins.
Imaginemos a continuación, que Leibovitz colocaba a Gorbachov en la situación de las Collins en el afán de promover la venta de lentes, un diseño de ropa, joyas, champagne o el estilo de un coiffeur o una coiffeuse. Sino en el papel de Lennon o aludiendo a las distintas pieles de un actor/actriz. No parece encajar. En cambio, un político y un maletín con documentos, mejor si sus papeles permiten tejer una historia de suspense con el fondo del triste muro, recogen el imaginario de ese aprendizaje al que se refiere Sontag. Aprendemos a mirarnos y a mirar a los otros bajo determinados lentes.
Sin restar mérito a lo dicho, exige otro tipo de genio el mirar lo que todo el mundo ve de una manera distinta y hace un clic para difundirlo. Guardando las distancias, recuerdo que Picasso contestaba con todo desparpajo a los reclamos sobre un retrato hecho por él de la escritora Gertrude Stein. No se parece, decía la gente. No, respondía Picasso, pero ya se parecerá.
2 comentarios:
¿Sería posible comunicarme con usted vía e-mail? Estoy interesada en un artículo que publicó el 16 de Octubre de 2006 sobre la influencia de Freud en Dalí. Tenía apuntado el link para usarlo como fuente de información para un trabajo de investigación. Me pareció muy interesante y ahora no soy capaz de encontrarlo. Gracias :)
Estimada Kity, mi dirección de correo está aquí mismo. Gracias por el interés.
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