viernes, noviembre 02, 2007

Miserable milagro

Me quedé pasmada con un informe de National Geographic en la TV. sobre la metaanfetamina, una droga que combina la potencia de la cocaína y el poder alucinógeno del LSD. El reportaje daba cuenta del incremento de la sensación de placer que produce la sustancia debido a la liberación de dopamina en el cerebro. El consumidor experimenta una altísima sensación de autoconfianza y la agudización de su percepción. Hay secuela por supuesto y devastadora. El químico abre paso a la psicosis y a un deterioro físico que se hace visible en la caída de los dientes y en las escaras que se producen en la piel. El consumidor siente un picor que lo hace no dejar de rascarse. Así y todo, el consumo aumentó este 2007.

En Bangkok la metaanfetamina es conocida como Yaba, la droga loca. Al decir de los tailandeses entrevistados, el consumo de Yaba está asociado a una resistencia física extraordinaria, al punto que hay quienes trabajan dos días seguidos para obtener mayores ingresos. Trabajo se considera aquí tanto el del pintor de paredes como el de la prostituta, mujeres que vienen de los alrededores de Bangkok y necesitan enviar los recursos que obtienen en la capital a sus familias.

En cualquier caso, sea para experimentar placer o una suerte de invulnerabilidad frente al cansancio y en general frente a las debilidades humanas, asocié el tema a la conducta de todo agresor. La personalidad que forja el adicto me recordó en primer lugar a la del joven catalán al que me refería ayer. A continuación sin embargo, lo relacioné con el deseo de trabajar, acaso de crear y dar nacimiento a la propia obra, motivado malamente por el afán de obtener el mayor rendimiento.

Luego recordé el nombre de Henri Michaux (1899-1984), autor belga nacionalizado francés que se dedicó a a explorar en sí mismo el consumo de drogas. "El miserable milagro" es el título de uno de sus libros, dedicado a la mescalina. El párrafo a continuación es más bien de "Las grandes pruebas del espíritu".

Al igual que el cuerpo (sus órganos y funciones) fue principalmente conocido y desvelado, no gracias a las proezas de los fuertes, sino gracias a los conflictos de los débiles, de los enfermos, de los tarados, de los heridos (puesto que la salud es silenciosa y fuente de esa impresión inmensamente errónea de que todo es miel sobre hojuelas), así también las perturbaciones del espíritu y sus disfuncionamientos serán mis maestros. Más que el demasiado excelente «saber pensar» de los metafísicos, lo que verdaderamente está llamado a «descubrirnos» son las demencias, los retrasamientos, los delirios, los éxtasis y agonías, el «ya no saber pensar».

Imagen: Jennifer Bartlet

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lichi:
Realmente muy interesante. Es increible que exista gente que tenga que usar esta droga.Atroz.
Mariella

Lichi Garland dijo...

De tener que usarla, no tiene, pero parece que ni por asomo se le ocurre que pueda haber un modo menos precario de sobrellevar la existencia.

Anónimo dijo...

no necesariamente se tiene que hacer por necesidad, ni mucho menos por tratar de sobrellevar la existencia...la mayoria de las veces es por el hecho de llegar a tener sensaciones en tu cuerpo jamas imaginadas, experimentar un poco con lo que tu misma te puedes producir...no veo nada d malo en ello, las drogas han sido vistas como un tabu, es hora de abrir la mente y aceptarlas