lunes, septiembre 11, 2006

A cinco años de un colapso


El colapso del Word Trade Center comenzó a ocupar mi cabeza desde ayer. Un mecanismo inconciente me sintonizó con la fecha. Del lado conciente, recordé mi hallazgo artístico poco después del atentado. El trabajo plástico de Michael Langenstein sobre las Torres Gemelas. Sus cuadros cargados de una atmósfera de peligro, fueron el tema de sus collages en los años setenta.

En la primera imagen, las Torres están rodeadas por un aro de luz ambigua. En la segunda se las divisa solas en medio de un arenal, como si todo Manhattan hubiera desaparecido; y en la tercera, una ola se alza detrás de ellas literalemente desorbitada.

Los ocupantes de los edificios, gobernantes y en realidad todos habríamos desestimado en ese entonces su valor como señales. No soy crédula de los vaticinios y no había vuelto a recordar a Langenstein desde entonces. Abro solamente la puerta a coincidencias referidas a una fecha que suscitó especulaciones sorprendentes.

Difícil olvidar las declaraciones del músico Stockhausen al manifestar que el ataque aéreo a las Torres, había sido una obra de arte nunca antes vista. Como si estuviera en juego su modestia, agregó que ningún compositor podría jamas equiparala. Descarnada posición que complementaron voces que venían identificando el fin del siglo XX como una sociedad del espectáculo.

De otro lado, hubo declaraciones contra la política unilateral de EE.UU. El mundo quedó dolido con las tres mil muertes en Nueva York, pero se pusieron sobre la mesa muchas otras. El país más poderoso del planeta debía hacer a un lado su soberbia, su afán de dominio y enriquecimiento, y contribuir a un reordenamiento de la condiciones materiales de los continentes más pobres del planeta.

A cinco años del colapso y sin ningún nuevo esquema de interpretación ni acción, sólo podemos decir que lo seguimos lamentando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es interesante como una fecha puede quedar marcada de manera tan precisa en nuestras mentes, creo que el carácter que acompaña la situación y el efecto que causa en uno tiene mucho que ver con nuestra manera de recordarlo y con los asociaciones posteriores que establezcas.

Más aún, es sugerente comprobar cómo los detalles que acompañan este tipo de acontecimiento se tornan aún más siniestros y adquieren mayor proporción cuando se visualizan desde el contexto de una catástrofe. Esto es algo que pensé cuando vi la imagen que se muestra de las torres gemelas en el foro. Me parece pues, que en efecto esta imagen no había sido tomado en cuenta antes precisamente porque no estaba relacionada con una situación tan fuerte como la que ocurrió. Además, aparte de que las pinturas tienen de por si un carácter mágico o sobrenatural, resulta bueno constatar el valor que adquieren vistas desde la perspectiva del post-ataque.
María Gracia