jueves, octubre 05, 2006

Asociaciones

Me había quedado dando vueltas la parábola de Chuang-tzu. Lo supe al ver la escultura de George Estreich "East river fish" del 2005. No creo que éste parezca precisamente un pez feliz pero, ¿acaso podemos hacernos cargo de buena parte de nuestras asociaciones?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acerca de la "alegria" del pez, que usted menciona que no le genera mucha alegría, creo que a mí sí, porque en un primer momento puede parecer un poco (o mucho) intimidante; sin embargo, luego, en una mejor aproxiación y guiandonos de la apertura del observador, logro percibir una mirada macabra o maliciosa en la obra. Es por ello que podemos afirmar, como en sus clases, que el arte es subjetivo... y la alegria tambien.