viernes, octubre 13, 2006

Hoy por ti, mañana y pasado por mi


Las próximas elecciones municipales han poblado las calles de Lima con paneles y banderolas. Se ven rostros en su mejor ángulo, pieles higiénicas, cabelleras de shampoo plus y sonrisas de aire amable. Un refrito de humanos inigualables que sí pueden, con su honradez y entrega hacer mucho por ti, por ti, por ti. No circula todavía la publicidad aromatizada, sino imagínense. Los candidatos se habrían puesto en contacto con la diva del “lanza perfume”, doña Rita Lee, a ver cómo le hace.

Nos aseguran que habrá más de todo y con menos gasto; se abrirán nuevas vías y las antiguas lucirán pulquérrimas; adiós al ruido y bienvenida la seguridad que reinará en las calles. Nadie se pronuncia por una convivencia de reglas firmes. Advertir que si nos pasamos una luz roja, ya veremos; que si nos detenemos en una intersección y bloqueamos la calle vecina quedaremos escarmentados con la multa; que si sacamos la basura fuera de la hora, ¡ay mamita!

Sueños, sólo sueños. Uno de los candidatos de mi distrito prefiere enfilar contra el alcalde que busca repetir el plato. Deja entrever que su gestión ha sido poco transparente, que ha habido derroche fiscal y cobros excesivos. Señala también el “dudoso gusto” del actual gobierno municipal para instalar esculturas en los parques, iluminar o rediseñar avenidas.

¿Gusto dudoso? Más que defender al actual alcalde, me mueve la sorpresa. Entonces señor político, ¿el gusto legítimo es el suyo? Habría que saber que los gustos en el arte no son proposiciones lógicas. Descartar el verdadero o falso, hace ver que la iniciativa de integrar el arte a la ciudad debe contar con la asesoría de los especialistas en diseño urbano, arquitectos, escuelas de arte, planificadores.

Bagaje, candidato, provéase de un respaldo en la materia al dar su opinión. Por lo demás, me aúno a quienes dicen que a un político hay que desearle que su horizonte mental vaya más allá de las próximas elecciones.

Imagen: Francisco Clemente, Here and now, 2004

2 comentarios:

Lichi Garland dijo...

Podría decirse que nos hemos colgado un cartel: "Se busca profeta" y no quisiéramos sino creer. Pero podría decirse también, que no reparamos en el daño que causa el no parar a tiempo la mentira electoral.

Anónimo dijo...

El tema desgraciadamente, no es sólo, haber perdido la esperanza en los "limpios" candidatos que nos ofrecen siempre lo mismo, sino haber perdido la confianza en uno mismo a la hora de elegir...
El haber votado por Fujimori en el 2do periodo avalando su lucha contra el terrorismo, para luego, 5 años después de vladivideos y fraudes, veamos decepcionada nuestra confianza... y ahora en las últimas, haber votado por García, cosa que luego de su primer mandato era algo impensable e imposible... Ha dejado a muchos compatriotas, o por lo menos a mi, de hecho, con un trauma espantoso de saber que en política no solo hay falta de confiabilidad en los que se presentan, sino también, en nosotros los que elejimos... BUAAA