martes, noviembre 28, 2006

La máquina de mostrar

Las imágenes están allí para sacudirnos. A veces hasta nos cobijan. Algunas empujan más arriba la bóveda de los cielos y otras si acaso la tuviera, la de los infiernos. En un lugar intermedio están los abortos de imagen. Limbo de artefactos que no encuentra la manera de sumarse a la movida visual que nos envuelve. Se detecta su falta de oído para complacer a esa máquina de mostrar en la que, como dice el filósofo Sloterdijk, se ha convertido el arte contemporáneo. Es un hecho, si o si, que toda obra en circulación implica promoción y dinero de por medio.

Un bocadillo para echar a andar la propia maquinaria cerebral, y formarse una opinión al respecto, es la pieza de Chris Ofili “Santa María la Virgen”. El artista británico encontró un lugar para exhibirla en “Sensation”, esposición de la Royal Academy of Arts de Londres en 1997. Dos años después, indignó al por entonces alcalde de Manhattan R. Giuliani presentándose en Brooklyn.

Las iras que el funcionario estadounidense llevó hasta el Senado, actuaron como un poderoso mecanismo para atraer las miradas y hasta las narices sobre la obra del autor. Ofili había enmarcado a María la Virgen en medio de excrementos de elefante solidificados.

En “Caca de elefante” (1997), Vargas Llosa asegura que para tener éxito como pintor se requiere del escándalo, incluso de la truculencia. A su juicio, “Sensation” fue una prueba de que no había ya nada artístico, ni siquiera un gusto estético en la pintura, “sistema podrido hasta los tuétanos”. La literatura en cambio, mantenía el criterio...

Para el filósofo Danto, la misma muestra en Brooklyn resultó en cambio, un pequeño orgasmo. Su defensa a Ofili y compañía (Damien Hirst, Sarah Lucas, Jenny Saville, Ron Mueck) es proverbial: “Se diga lo que se diga en el Senado, realmente es arte. Lo peor que se puede decir es que es impetuoso”. Y refiriéndose a la pintura de María: “La santa Virgen nunca ha sido especialmente exigente acerca de cómo había que retratarla”.

Mención aparte merecen las raíces africanas de Chris Ofili y en ese sentido el material en cuestión. ¿Con María, quería Ofili aplicar una tunda al catolicismo, como dijo el alcalde?, ¿blasfemar?, ¿que piensan ustedes?

Si acaso el tema les resulta arduo, cojo un filón navideño de interrogaciones. ¿Arman ustedes el arbolito en casa?, y, ¿no resultamos también a veces por la época, una máquina de mostrar?

Imagen: Chris Ofili

1 comentario:

Nocturna dijo...

¡Ofili es maravilloso!