lunes, julio 28, 2008

Celebración y desasosiego


Google se suma hoy a las celebraciones del día de la Patria al agregar a su menú la bandera nacional. El símbolo que para decirlo en lenguaje oficial, refleja el alma colectiva de la nación peruana fue sin embargo utilizado esta última semana asociado al cuerpo y no al espíritu de una peruana. ¡Escándalo! Ningún medio dejó de ocuparse de la cantante que había posado desnuda para una portada usando el emblema bicolor como silla de montar. En plano de fondo aparecía con arreglo Photoshop la imagen del Palacio de Gobierno. A pocas horas de que había circulado la publicación, el Ministerio de Defensa denunció el hecho ante la Fiscalía, organismo que tras escuchar la versión de la modelo, la directora de la publicación y el fotógrafo procederá a impartir justicia. Un artículo del Código Penal sanciona los agravios a un símbolo patrio. ¿La audacia de la artista merece o no pena de cárcel?

Hace unos meses la mexicana Paulina Rubio se vio envuelta en similar lío. Arropada a las justas con la bandera de su país, apareció prácticamente desnuda en una publicación española. Si como dijo después no había querido ofender a nadie, amén de que no hubiera tenido mala intención ni interés de lucro, igual tuvo que pagar una multa.

Salvando las distancias de tiempo y espacio, Isadora Duncan la célebre innovadora de la danza moderna fue mal vista en el Buenos Aires de 1916 al enfundarse en una bandera argentina para moverse al ritmo del himno albiceleste. Lo recuerda el escritor Eduardo Galeano: "Isadora Descalza, desnuda, apenas envuelta en la Bandera Argentina, Isadora Duncan baila el Himno Nacional. Una noche comete esa osadía, en un café de estudiantes de Buenos Aires y a la mañana siguiente todo el mundo lo sabe: el empresario rompe el contrato, las buenas familias devuelven sus entradas al Teatro Colon y la prensa exige la expulsión inmediata de esta pecadora norteamericana que ha venido a la Argentina a mancillar los símbolos patrios. Isadora no entiende nada. Ningún francés protestó cuando ella bailó la Marsellesa con un chal rojo, azul y blanco por todo vestido".

Creo que toca pensar en el hecho, más que para adelantar pronunciamientos judiciales, o para calificar como banalidades los temas de los que viven los medios, como un ejercicio para constatar nuestro desasosiego. Hace poco la atención estuvo puesta en las posibilidades de ascenso social de una mujer de origen popular con trabajo en la tv. al haber quedado embarazada como declaró, de un gerente de su centro de labores. Cada una de estas crónicas podría estar reemplazando la agenda de una Lima que respira heridas no atendidas. A pesar de su amarillismo tienen sin embargo contornos difusos. ¿Es acaso un asunto de belleza y erotismo? ¿Un narcicismo que envidiar? ¿Tierra de Tapadas somos ahora enclave de destapadas?
¿Imaginación descarriada de editores y publicistas que podría aprovecharse de mejor manera? ¿Y habrá forma de hacer entender a los políticos que lo suyo es ocupar las primeras páginas de los diarios con sus iniciativas a favor de la vida en comunidad, antes que como defensores del supuesto horror que sólo provocan los otros?

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