viernes, marzo 02, 2007

Cuando duele el tú


Estoy en medio del tráfico cuando veo salir volando una cáscara de plátano de la ventanilla de un carro. La deliciosa fruta que se dice tropical aunque proviene del Asia, se ha convertido en la favorita de choferes inescrupulosos para agregar contaminación a las calles. No me ha tocado ver lo digo, el lanzamiento de una pepa de palta o de mamey, maravillosos frutos que se venden también en los semáforos de Lima.

A lo que voy, la cultura de la venta ambulatoria en medio de la luz roja y hasta ámbar, vaya y pase. Como se requetesabe, el trabajo informal en esta parte del mundo es un reflejo de la falta de oportunidades laborales que no viven en la misma medida las metrópolis, ¿pero la cultura del desperdicio?

En mi opinión, la actitud de botar en la calle lo que no se debe, poco tiene que ver con la falta de depósitos de basura. Más con las voces no dichas detrás del gesto. Voces que no han encontrado nunca un lenguaje, como no sea el impositivo de la regla. Un cartel en una esquina y el aviso: Prohibido arrojar desmonte, no basta.

Urge construir un vocabulario que permita pensar y hablar en plural. Un nosotros que oxigene los Yo o Tú que predominan como si viviéramos tiempos de guerra. Si la relación con el ambiente tiene sus lados A y B donde A es una apuesta a la preservación de la naturaleza; B es el deseo de tratarnos bien a nosotros mismos.

Una manera de expresarlo podría ser desear vivir en una ciudad donde no nos duela tanto el tú. No de esta manera.

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