B. anda tan desapegada del mundo de la Red que resulta prácticamente imposible comunicarse con ella vía e- mail. Su PC está ahí, dice que malograda.Verla dudar hasta para encontrar el icono de Internet me hace pensar que sus ojos le van a durar más que los míos. El precio que se paga cuando uno se vuelve criatura de la pantalla. Hace un par de semanas estaba en el depa de B. y me acordé de su máquina. Préndela le dije. ¿Ves?, dijo ella. El menú de Google tenía una escritura extraña. Leí: Sieć-Grafika- Grupi dyscusyjne -Katalog-wiecj. Alguien le había hecho una broma a B. ¿El técnico abusador? El polaco estaba configurado como el idioma preferente, jé.
Restituido el español en el buscador: La web-Imágenes- Grupos-Noticias-más, el tema de Polonia y el polski (el polaco) pasó a formar parte de la conversación. B. y yo hablamos del conservadurismo en boga. Del arrinconamiento que se intenta hacer a las minorías gays. En marzo último el viceministro de Educación anunció penas para quienes promuevan las actitudes homosexuales. Los maestros considerados gays quedarán prohibidos de ejercer su profesión. La Europa liberal rechina los dientes y nosotros de paso. Hay hasta una iniciativa española para expulsar a Polonia de Unión Europea.
Como quien busca oxígeno, sugerí a B. mirar entonces algunas imágenes. Me vino a la cabeza Wilhelm Sasnal (1972), un plástico de origen polaco que toma como base el lenguaje gráfico para sus creaciones. Su trazo hace olvidar la falta de tolerancia de sus compatriotas. El afán de los políticos por hacer del mundo un cuartel.
Sasnal se presenta por estos días en Barcelona. Tomen aire ustedes también.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario