Me entero de la noticia del cambio de bando de una agencia de publicidad en Gran Bretaña. Trabajó primero para el partido conservador en la segunda mitad de los setenta, y acaba de pasarse a promocionar a los laboristas. El ascenso de Saatchi, el publicista, se produjo al hacerse cargo de la campaña de Margaret Tatcher con un lema golpeador: Labour isn´t working. El ofrecimiento tácito al electorado era: las filas de desocupados se acaban si toma el mando el partido conservador. Ya sabemos lo que pasó y la compañía publicitaria siguió ocupándose de la imagen de los conservadores.
Cambio de aires. Saatchi ha ganado la cuenta para promocionar al nuevo Primer Ministro laborista Gordon Brown. El lema es esencialmente mediático: Not Flash. Just Gordon. El fondo del asunto es la actitud no comprometida del marketing publicitario. Al parecer terminaron los tiempos en los que el creativo diferenciaba anunciar una gaseosa aunque no la tomara y promocionar un partido político con el que se identificaba.
Para preguntarse si es legítimo poetizar las bondades de un candidato en el que no se cree. ¿Se corrobora lo que decía el profesor Lipovetsky cuando escribía que la publicidad era "celebración de superficies"? Vaya con la densidad de la reflexión. No sé si me escapo del todo del tema compartiendo con ustedes esta imagen en la que Matisse celebra de un modo tan distinto las superficies.
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