Me preguntaba si pintar mujeres desnudas o por lo menos semi desnudas, conlleva la intención de convertir a la modelo en objeto. Al ver estas tres imágenes del búlgaro Yanko Tihov me dije que no. El erotismo de las formas femeninas revela la inquietud de una vida interior. Cierta aflicción que desafía al observador, antes de que éste termine de acomodar su mirada. No son los senos el tema del retrato, sino la desnudez consciente de quien, a pesar de su situación vulnerable, no pierde el aplomo. La mujer enfundada en el polo del Che Guevara mantiene la misma actitud soberana que con el torso desnudo. La significación psicológica y la plasticidad se conjugan para dar a entender que se trata de una mujer-sujeto que como tal irradia autoridad. Su cuerpo es a la vez creíble, discreto en su sensualidad y humano.
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