martes, septiembre 11, 2007

El derecho a asomarse a la ventana

Una breve presentación a propósito del gozo que no todos podemos experimentar, al asomar la cabeza a la ventana del lugar donde habitamos. Hundertwasser (1928-2000) artista vienés a quien cabe situar entre los pioneros de la preocupación ambientalista, consideraba que era el turno de los pintores. Les tocaba encargarse de la belleza del entorno dado que los arquitectos habían logrado solamente enfermar a la gente física y mentalmente basándose en la línea recta. En sus palabras la tal línea era atea. Lo curvo y los colores brillantes en cambio, rezumaban espiritualidad.

Para Hundertwasser, la relación entre el hombre y el árbol debía tener un perfil religioso, sin descartar el derecho de cada habitante para considerar los muros exteriores de su vivienda tan propios como su ropa y el interior de su casa. Cada quien debía tomarse la libertad de diseñar su propio ambiente.

¿Qué lejos no? Acabo de leer un letrero en la pared de un edificio sanisidrino que comienza a construirse. Los vecinos cercanos a la esquina de la obra recuerdan al alcalde que fue elegido para respetar la zonificación, es decir para no otorgar licencia a rascacielos; y no porque fuera el padre del Zorro, dígase de Christian Meier actor y rockero, que lo ayudó en su campaña electoral, protagonista de la telenovela del mismo nombre.

¿Así que no fue elegido por tal motivo no? Vaya con la forma de comunicación para aclarar el criterio de voto, justo cuando agarra viada y hacia arriba la línea recta.


2 comentarios:

Buscando dijo...

Qué maravilla es Hundertwasser. Lo descubrí hace no mucho y me preguntaba por qué no había más arquitectos como él,¡tan alegres! Las ciudades tienden al gris tanto...
Lichi, que te quería dejar el enlace una expo que he visto que me ha gustado: http://www.museoreinasofia.es/s-exposiciones/exposicion.php?idexposicion=245
El artista se llama Carlos Pazos y me ha sorprendido mucho. Creo que te puede interesar. Besos, Eloísa

Lichi Garland dijo...

Un poeta de verdad utópico H., como si hubiera que crear una comunidad impensable hasta ahora para plasmar sus ideas... Ahora veo el enlace de Pazos, gracias Eloísa,cariños.