Elegimos autoridades para que ofrezcan un servicio a la sociedad en la que todos vivimos. Ocurre sin embargo con los elegidos, que se desentienden de incluir acciones imaginativas en su agenda. Del lado ciudadano, oscilamos entre el escepticismo ante la posibilidad de un cambio y la violencia que sale a relucir en el tráfico. Es responsabilidad de ambos lados no dejar que la vida cotidiana siga su curso inalterado.
En contraposición podemos constatar que a los medios les interesa cada vez más esa vida cotidiana, sólo que en otro aspecto. Lo suyo es sacar a la luz las intimidades de no importa quien. Una figura del fútbol, la política o alguien desconocido que resulta involucrado en algo con morbo...
Vaya, acaba de llegarme una tarjeta de navidad. La envía una agencia de viajes que dice en su primera página: "Aquí se viven los sueños, aquí todo es posible". Doy vuelta a la hoja y leo: "En tu imaginación es donde el corazón empieza a viajar".
¿Qué pasaría si con el mismo dulzor se planeara una campaña por rescatar los valores cívicos? Urge civilizarnos.
Imagen: Carlos Amorales.
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