martes, julio 22, 2008

Viaje hacia la retícula


¿Qué tal un modelo teórico para comprender a las vanguardias artísticas surgidas en Francia, Rusia y Holanda a inicios del siglo XX? En un ensayo de 1978 la estadounidense Rosalind Kraus (1941) se refiere a la abstracción como la pintura que reposa sobre una estructura a la que llama retícula. ¿Y qué es la retícula? Podría entenderse que una red de puntos articulados sobre la que se extienden trazos y colores. Una de sus características es la originalidad que esgrime para cortar lazos con la representación figurativa, una tradición de varios siglos. Advierte Krauss sin embargo, que si la tal retícula aparece en el panorama artístico como una innovación, muy pronto sólo ha de repetirse. Dicho de otro modo, que quienes suscriben el estilo y a pesar de sus proclamas de originalidad, no saldrán de una estructura a la cual le introducirán sólo variaciones.

El modelo de la estadounidense hay que decirlo, nada tiene que ver con señalar la abstracción como buena o mala. Es un intento de comprender una paradoja. Aquella que tiene que ver con que la materialidad de trazos y texturas sobre una sueprficie sin perspectiva, hacen sin embargo un guiño a la espiritualidad.

Uno imagina al artista en una trinchera de trazos protegiéndose de las palabras. A la vez, convocando al espectador a internarse en sí mismo. Y efectivamente, ¿qué le quedaba a éste, habituado a situarse ante un paisaje, un retrato, una naturaleza muerta, o una escena histórica?

El riesgo en los hechos y no medido por las vanguardias, fue convertir el arte moderno en un gueto. Difícil para el individuo de la calle penetrar en una superficie pictórica que no quería ser narrada. Brotaban en éste de manera espontánea una gama de actitudes rumbo a la indiferencia. El arte visual se había peleado con la imitación de lo real para reducirlo a coordenadas que imponían una nueva estética .¿Pero de qué se trata todo esto?

El Pop Art daría a la abstracción un golpe de estado, al convertirse en una invitación a mirar sólo lo fácil. Una galería y un supermercado podían mostrar el mismo objeto. ¡Vaya!, la verdad es que el tema me resulta apasionante. Ojalá que a ustedes. Aquí dos imágenes de Piet Mondrián (1872-1944) previas a su viaje hacia la retícula, la primera es su autorretrato (arriba) en 1900. Ojalá mañana me de el tiempo para colgar otras.

Imágenes: Mondrian 1898,1922.

1 comentario:

Anónimo dijo...

exactamente eso, ver lo mismo que en un supermercado, la superficialidad absoluta del arte.
para mi ha sido la etapa mas triste del arte y lo mas triste que el arte ha producido hasta ahora, paradojicamente de su estridencia cromática.