martes, septiembre 30, 2008
lunes, septiembre 29, 2008
El arte en rebelión
Con el recuerdo de la expo `Lima Sonora` que vi hace unos días en Buenos Aires, extraje estas imágenes de su catálogo. Me digo que para pensar en la muestra vienen a cuento las reflexiones sobre el término ´cultura´ del argentino Luis Felipe Noé, en su libro "Noe scritos, sobre eso que se llama arte". El primer uso del término cultura dice el autor, es como una aristocracia del espíritu. Cultura en este sentido, es un bien espiritual del hombre culto que la posee. El segundo uso en cambio, involucra a la sociedad como un todo y a sus integrantes como manifestación de ese todo. A juicio de Noé, si durante un buen tiempo primó la primera significación, al producirse el auge de los medios de comunicación la cultura dejó de verse como un bien de la burguesía en su sector espíritus elevados. El escenario hizo propicio el uso de la segunda acepción del término, hecho que por sí mismo daba cuenta del cambio que se había producido en el seno de la vida social.

El registro sonoro de las prácticas populares de una urbe ofrecido a oyentes foráneos, implica este segundo reconocimiento. Más todavía. Habría que preguntarse si el replanteamiento del concepto cultura trae aparejado el cambio del concepto arte. En este caso la imaginación desplegada para describir un paisaje sonoro nos hablaría de una forma artística con rasgos de rebelión. Al oído llega una reflexión que invita a pensar en el rescate cultural como acción política.

El registro sonoro de las prácticas populares de una urbe ofrecido a oyentes foráneos, implica este segundo reconocimiento. Más todavía. Habría que preguntarse si el replanteamiento del concepto cultura trae aparejado el cambio del concepto arte. En este caso la imaginación desplegada para describir un paisaje sonoro nos hablaría de una forma artística con rasgos de rebelión. Al oído llega una reflexión que invita a pensar en el rescate cultural como acción política.

viernes, septiembre 26, 2008
La ciudad infinita


Imagen: publicidad en Puerto Madero y Cumbio, lideresa de juveniles en Abasto y su novia.
jueves, septiembre 25, 2008
Acústica limeña en Buenos Aires




El paisaje sonoro de Lima es un solo de fusiones. Quienes hacia mediados del siglo XX cambiaron la sierra por la capital situada en la costa como lugar de residencia, se convirtieron en protagonistas de un fenómeno que se conoció como desborde popular. Gente de campo que se afincó en Lima sin hacer a un lado sus tradiciones, comenzó entonces a amalgamar su cultura con versiones de otras corrientes migratorias, la de asiáticos, africanos, europeos y norteamericanos.
Los limeños de origen andino han logrado hoy tener una presencia significativa en los medios de comunicación. Circula en éstos un sonido popular identificado como música chicha. Las calles, incluso de los distritos residenciales, se han llenado de los ocasionales llamados de los cobradores de las Combis, vehículos públicos que arremolinan en las esquinas colas de apresurados viajeros. Las sonoridades de la gente de trabajo incluyen la voz del afilador de cuchillos, del vendedor de helados, la del comprador de periódicos y revistas usadas. Mas allá, en medio del silencio de los cerros se entonan cantos por el día de difuntos en el cementerio más grande y pobre de Lima. Todos estos sonidos han sido recogidos en esta muestra que sorprende y que hay que aplaudir.
Mención aparte para los Quipus, herramientas de escritura en el imperio incaico transformados en audífonos, y para los Umachucos, palabra quechua que nombra a cascos protectores usados por los Incas. Los organizadores de Lima Sonora los han convertido en una suerte de Ipods de raíces precolombinas. Por lo tanto nada minimales. Mas bien vistosos, coloridos. Casi naves para aislarse del trajín visual y entrar en la onda sonora.

miércoles, septiembre 24, 2008
El complot del arte

Si para quien no se mueve en los predios del arte contemporáneo, el sentido de sus instalaciones, perfomances, e incluso de algunas pinturas tiene poco sentido, para los que no vemos la cosas desde tan lejos, tampoco el asunto es sencillo. Me digo que para esclarecer el tema viene a cuento el lenguaje de un teórico como Braudillard (1929-2007), el francés que hace algo mas de diez años causó tremendo revuelo con 'El complot del arte', ensayo de corte conspirativo que apareció en el diario Liberation. A mi modo de ver no se toma partido cuando se cita a tal o cual autor, es más bien una manera de corroborar en la práctica, si su enfoque ilumina el convulsionado mundo de las imágenes que reclaman hoy pertenecer al mundo artístico.
Una primera consideración braudilleriana. A partir de cierto momento, las vanguardias hicieron a un lado el modelado de las formas con las que contaba el espectador para salir de la vida cotidiana y vivir una ilusión. La avidez por nuevas sensaciones hizo que los artistas se entregaran a acciones que introducían el mundo cotidiano en el hasta entonces poco menos que sagrado terreno del arte. El precedente lo estableció Duchamp a quien se le ocurrió firmar un urinario y enviarlo a una galería donde debía compartir honores con piezas definitivamente mas tradicionales. La iniciativa conllevaba un ¿quieren originalidad?, aquí la tienen. Cualquier objeto listo para llevar (ready made) podía en la propuesta de Duchamp, entenderse como arte. Bastaba el gesto del artista y su intención de provocar el escándalo del espectador (para hacerlo sentir vivo). Un dato fundamental es que Duchamp y su urinario pertenecieron a otra época, a un 1917 en el cual el hecho bien pudo causar una reacción propiamente estética, esa de los vellos de la piel que se paran. Cabalgan el aire. Era la primera vez de un tal atrevimiento. Hoy en cambio, cualquiera de los museos que exhiben alguna de las reproducciones de la célebre pieza reciben al visitante, antes que para que éste viva una experiencia estética, para que la vea en plan turístico- documental.
es así que cien años después, un artista conceptual fallecido como lo es el cubano Gonzalez Torres al que me referí ayer, muestra en el MALBA un lecho de caramelos. Desde la mirada de Braudillard, se trata de una conversación del arte consigo mismo, de ningún modo con el espectador quien en vez de vivir un contacto vital con el objeto encuentra sólo una idea. La alfombra de caramelos resulta asimismo tan visible, que extermina su mirada. ¡Si no hay nada que ver! Ese mundo falsamente transparente ha logrado evaporar el sistema que permitía emitir un juicio o experimentar placer estético. Yo-espectador, retiro entonces un caramelo del suelo y me lo llevo a casa. Me hago cómplice de una ironía que me deja en mejor posición que mirar alrededor y exclamar ¡esto no es arte! Al fin y al cabo, he pagado el precio de la entrada.
Dice Braudillard que la estupefacción del espectador funciona como la culpa de no entender, sentimiento con el que precisamente especulan quienes estan a cargo del complot del arte. Sálvense quien pueda. Braudillard asume que en realidad el espectador sabe a medias del engaño y lo manifiesta con su creciente indiferencia hacia eventos de este corte. Del lado del artista, participa a su manera en el entripado. Soy nulo se dice, en realidad no hago obras en las que demuestro una particular habilidad. Y a juicio de Jean Braudillard, realmente es nulo. Los artistas contemporáneos han suscrito su participación en una dictadura de imágenes que es una dictadura irónica. Su fetiche es el concepto, todo un reflejo de la desilusión que nos produce el mundo hoy...¡Vaya con el complot!
Imagen:Felix Gonzalez Torres. (Ojalá una pareja humana funcionara tan al unísono como los dos relojes).
martes, septiembre 23, 2008
Un taxista en el museo

Estoy pasando unos días en Buenos Aires, alojada en un hotel de Puerto Madero. La zona vive un crecimiento inusitado. Proliferan edificios que valen su peso en oro. El metro cuadrado se ha ido a las nubes. Agreguen ustedes, que las calles del puerto difieren por completo de las del centro. Sus direcciones tienen nombres de mujeres. Ante tantas particularidades uno siente como si se hubiera creado una ciudad dentro de otra ciudad. El chofer del taxi que me lleva a mi hotel se queja de que no ha memorizado las direcciones de la ruta. Vaya con el buen hombre. La ordenanza que estipuló el nombramiento de figuras femeninas del mundo de las artes y ciencias argentinas tiene más de diez años. ¿Por qué la autoridad no habrá facilitado a los transportistas una guía con los nombres de las calles? Hace falta que nos las dean,dice. Supongo que no le vendría mal tampoco un librito de conjugaciones, me provoca decirle. Un desliz revelador de su altura gramática, cuando atravesamos la vía Victoria Ocampo (1890-1979), la intelectual vanguardista que fundó una revista literaria en el Buenos Aires de los años treinta. Para el conductor tanto Ocampo, como Martha Lynch, escritora, o Juana Manuela Gorriti autora vinculada a reivindicaciones feministas, son ilustres desconocidas. En todo caso, son personas de la cultura como dice, y pare de contar. La-cul-tu-ra, ese reducto imposible cuando uno quiere eludir los requiebros que hace buen tiempo abrieron un abismo entre el mundo letrado y el popular.
Es probable que el hombre hubiera estado mas despistado todavía en la exposición del cubano Félix Gonzalez-Torres en el Museo de Arte Latinoamericando de Buenos Aires, MALBA. La muestra del arte conceptual exige cierta información, o una naturalidad tal que permita al visitante romper con la idea de que en los museos se exponen solo cuadros. Gonzalez-Torres (1957-1996) presagió las rupturas contemporáneas con sus instalaciones. Basta trasponer una cortina hecha de cuentas de diferentes tamaños para comprobarlo. Una alfombra rectangular, aquí en la foto, se extiende en el piso como único objeto de la sala. La conforman caramelos envueltos con platina y vale la iniciativa de llevarse uno. Se puede interrogar mudamente al vigilante encargado de la seguridad de la pieza para corroborarlo. Luego puede venir el relleno. Es un arte que interactúa con el espectador, dice el hombre con maneras de entendido, pero eso si agrega, es solo un caramelo por cabeza.
Mas allá hay chupetes en un primer momento irreconocibles. Parecen una ruma coloreada que alguien dejó olvidada en una esquina. A llevarse también uno a casa. Si no, alguno de los papeles que semejan afiches colocados en el suelo. Uno es rojo, un segundo negro y otro blanco. Al menos servirán para que alguno de los chicos en casa garabatee en el lado no impreso, podría pensar el taxista.
Tras ver a un chico enfundado en una truza sobre una tarima rodeada de luces, que baila ignorando al resto del mundo al ritmo de su Ipod, ¿qué pienso yo? Me quedo pensando en el arte como un prolongado juego. Es sólo que si no se conocen las reglas... En cuanto a la cultura, abro la boca formando una O risueña al tiempo que retiro la envoltura platina del caramelo traído del museo. Me lo quedo entonces mirando como si fuera la esfera de Pascal.
lunes, septiembre 22, 2008
Cuando la mente se atasca



Fuera esa o no la intención, "Lato Sinistra" se yergue a contracorriente de la atmósfera de fanfarria local que recorre la tv, periódicos y revistas en rubros diversos. La generan instituciones que sostienen preparar para el triunfo a quienes se integran a sus filas, entidades financieras que prometen trillonarios, restaurantes que ofrecen una dicha infinita a los paladares de sus comensales, planes turísticos que promueven la aventura en puntos desconocidos del planeta o, en fin, productos que garantizan la eternidad de una idealizada juventud.
Los personajes de "Lato..." nos devuelven a la tierra para dar cuenta del conflicto humano que la banalidad pretende negar. Y su gesto vale la pena. Declararse en crisis suele ser el impulso que anima un enriquecimiento que la frivolidad no logra. Nos volvemos testigos de una puesta en escena sorprendente tanto por la entrega del elenco como por el manejo de escena de su director. Bien por la composición, el ritmo, la iluminación y la selección de la música. Memorables el baño en la tina de Mónica Silva y el baile salsero de Jaime Lema. Castrillón nos ha traído al cine, oí decir a un complacido espectador en medio de la obra. En esa dinámica el afán es no dejarse arrastrar. Más bien buscar algún motivo que permita salir adelante. Para citar nuevamente a Capote, vemos que el grupo atraviesa entonces pueblos tediosos, muertos de noche, para finalmente al despuntar el alba vislumbrar el mar. Un océano de ternura que se nos brinda cuando decidimos querernos a nosotros mismos. Recién ahí surgen las condiciones para que nos quieran los demás.
Freud entra a tallar aquí con su pesquisa en torno al sentimiento que nos generan ciertas cosas, algunas personas o en general situaciones que nos sobrecogen. El creador del psicoanálisis se refiere a la vivencia de lo siniestro u ominoso. Su investigación nacida en los predios de la consulta analítica lo llevó a afirmar que aquello en apariencia desconocido o poco familiar que nos sobrecoge al punto de parecernos terrorífico, se puede asociar a un recuerdo que nos era familiar. Su destino sin embargo, era permanecer oculto. De allí que se viva como una angustia que ha sido reprimida y que vuelve.
Acaso sea este el núcleo de la situación de dolor que nos es familiar, pero que como decía Freud, queremos olvidar.Tras la crisis y el esfuerzo puesto en superarla somos premiados con uno de esos oasis momentáneos. Claro que de nuevo hemos de darnos con el conflicto. No hay otra forma de seguir adelante, pero por el momento todo funciona con una suavidad mas suave que un parpado que se cierra, otra frase de Capote.
Foto: "Lato Sinistra" de Guilermo Castrillon. Actúan, Mónica Silva, Jaime Lema, Samuel Dávalos, Vanessa Oviedo, Melania Urbina y Sandra Bonomini.
viernes, septiembre 19, 2008
Publicar, esa es la cuestión

Resulta no menos interesante observar la deducción supersticiosa con rasgos de culpa que aparece en el cerebro humano cuando uno se ve envuelto en una situación sin respuesta aparente. Me pasó. Como una ráfaga tuve en la cabeza la sensación de que la foto que había querido colgar ayer era demasiado fuerte. Vean ustedes sino al niño puro impulso de Caron Geary. Tenía además que ver con la pregunta del post anterior: ¿Es el mundo del arte pacífico? Atando cabos la imagen corroboraba que es tan poco pacífico que podía provocar al mismo Tánatos que llevamos dentro ¡y desde la infancia! La siguiente foto funciona más bien como una advertencia,Tanatos llama a Tanatos. ¿Y cómo hacemos para que predomine Eros? Supongo que haciéndole frente a ese azar que nos espera a la vuelta de la esquina. No olvidar la sonrisa en la boca, aún cuando el cerebro y sus conexiones quieran hacer de las suyas.

miércoles, septiembre 17, 2008
¿Es pacífico el mundo del arte?
CON PROBLEMAS TECNICOS PARA POSTEAR HOY JUEVES
Una revista con carnecita. Basta pegar una mirada al índice para que uno sienta ya el gozo de ese grupo de neuronas cuyo afán es la información y el análisis en materia de arte y cultura. Nacida en España en el 2004, me he dado con la publicación en una librería limeña. Me refiero a Exit Express y en particular a su número de febrero de este año. "Nadie sabe que es y que no es arte", el título de la entrevista a Boris Groys (1947), me hizo iniciar la lectura con las líneas en las que el ensayista alemán se despacha con una evaluación peculiar sobre la situación del arte contemporáneo. Transcribo su opinión en torno a la crítica de arte: "Cualquier crítico de arte se encuentra muy involucrado en las ´disputas´ que están en juego en el mundo del arte, y el mundo del arte no es, ni mucho menos, un lugar pacífico.Sin embargo, no veo esto como algo negativo, ya que el crítico de arte debe tomar partido, ser injusto, formar parte del juego, desatar su guerra lingúística, promover a ciertos artistas, y pasar por alto la obra de otros...Y también por otra parte, debería ser capaz de mirar al conjunto del arte, a la totalidad de la ´imagen´del sistema ´arte´, saber comentarlo. Porque en definitiva, solo hay una imagen que el crítico puede analizar desapasionadamente, con la distancia suficiente: la imagen del sistema de arte contemporáneo en su totalidad, en su complejidad". 
martes, septiembre 16, 2008
Moldear instintos
Nacida en Lisboa y educada en Londres, Paula Rego (1935) impresiona como una pintora que antes que mostrar el mundo interior de sus personajes, describe la atmósfera que éste genera. No importa que los involucrados no lo sepan. Los dibujos que a veces semejan caricaturas, a veces figuras salidas de un sueño, están poblados de seres absortos en su vivir. El misterio que envuelve cada escena de la que forman parte, les resulta por lo mismo ajeno. El observador en cambio, confrontado por la autora toma contacto con una humanidad que parece no haber logrado moldear los instintos. La sexualidad expuesta inquieta, acompaña casi de una manera fantástica el estar humano.
lunes, septiembre 15, 2008
Por una danza no previsible

Tras perderme la primera presentación de 100% Cuerpo, me pide Jaime Lema director del evento, que haga un comentario de “Islas”, pieza con la que Ducelia Woll participó en la segunda edición del Festival de Danza Independiente de la Alianza Francesa. Ahí voy. Las imágenes en movimiento de ´Islas´ funcionan como un breve relato. Un creador andrógino interpretado por Morella Petrozzi, abandona su cielo para pegar una mirada al universo humano. Le basta iniciar su recorrido para toparse con un grupo de criaturas inertes.Todas parecen estar muertas o dormidas. ¿Qué hará el dios? Su decisión es reanimarlas por la vía de un curioso ritual. Tal vez lo había incluso previsto ya que el creador ha traído de sus alturas una soga. Le basta tomar uno de sus extremos y con gesto fiero llevárselo a la boca para poner en circulación la energía de la vida. ¡Vaya! Un fellatio en regla que convierte una cuerda en órgano fecundador. El caso es que cumplida la tarea el creador se va y los seres quedan expuestos al mandato de su misma naturaleza. ¡Qué dolor! Todo es entre ellos pesar y confusión. Sus enfrentamientos están teñidos de violencia, envidia y celos. Amor cero, alegrías menos. Cuando el dios vuelve a escena, no parece ni arrepentido ni complacido de su afán. Los seres no salen de su enredo, aunque un mago surgido prácticamente de la nada parece sugerir la posibilidad de un vago cambio.
Me pongo en primer lugar a favor del tesón de los bailarines y la confianza que a ojos vistas depositan en su directora y maestra. El estado físico del grupo es impecable, sobre todo si se toma en cuenta que la mayor parte del elenco dejó atrás la veintena. “Danza Viva” la compañía de Ducelia, se asomó a la escena local hace varios años y algunos rostros de ´Islas´han participado en su peregrinar.
Valoro a continuación, el interés de Woll en dejar entrever su desazón frente a nuestro cotidiano y globalizado vivir. En realidad ha convertido el tema en el motivo de sus composiciones. He aquí sin embargo, que su afán crítico compite con la posibilidad de poner en escena matices. Ojalá su pieza tuviera una continuidad de movimiento que no descartara la sorpresa. Digo, cortes y cambios de ritmo que sostengan la atención del espectador. En ´Islas´ falla la idea de una visualidad menos literal.
Leí de pasada una entrevista a Ducelia en un diario local en la que daba cuenta de la soga como hilo de Ariadna. A mi modo de ver, los símbolos que propone el coreógrafo pueden con toda legitimidad admitir sentidos diversos para quien los sigue desde las butacas. La danza no debe dedicarse a ilustrar ideas y conceptos. Debe metérsenos en los ojos y en la piel como un todo articulado que juega con dinámicas distintas. ¡Basta de secuencias previsibles! Uno puede quedarse en casa a escuchar un buen trozo de música de Philip Glass…
En cuanto a Morella la he visto lejos de sus logros, incluso de los literarios. Nunca me pareció más preciso el espacio que le asignó a la danza cuando por alegoría la mencionó en su cuento ´Angst´: “Recogí de la calle a la perra enferma, triste y fea. La llamé Danza (…) La despegué del piso levantándola del rabo que parecía un cordel. Me miró con ojos de murciélago. Tenía la piel escamosa y sangrante (…) No ladró. No mordió. La metí dentro de una caja de zapatos. Así de pequeña era”.
A la danza en Lima le toca dejar esas dimensiones. Ampliar sus horizontes. Crecer.
Me pongo en primer lugar a favor del tesón de los bailarines y la confianza que a ojos vistas depositan en su directora y maestra. El estado físico del grupo es impecable, sobre todo si se toma en cuenta que la mayor parte del elenco dejó atrás la veintena. “Danza Viva” la compañía de Ducelia, se asomó a la escena local hace varios años y algunos rostros de ´Islas´han participado en su peregrinar.
Valoro a continuación, el interés de Woll en dejar entrever su desazón frente a nuestro cotidiano y globalizado vivir. En realidad ha convertido el tema en el motivo de sus composiciones. He aquí sin embargo, que su afán crítico compite con la posibilidad de poner en escena matices. Ojalá su pieza tuviera una continuidad de movimiento que no descartara la sorpresa. Digo, cortes y cambios de ritmo que sostengan la atención del espectador. En ´Islas´ falla la idea de una visualidad menos literal.
Leí de pasada una entrevista a Ducelia en un diario local en la que daba cuenta de la soga como hilo de Ariadna. A mi modo de ver, los símbolos que propone el coreógrafo pueden con toda legitimidad admitir sentidos diversos para quien los sigue desde las butacas. La danza no debe dedicarse a ilustrar ideas y conceptos. Debe metérsenos en los ojos y en la piel como un todo articulado que juega con dinámicas distintas. ¡Basta de secuencias previsibles! Uno puede quedarse en casa a escuchar un buen trozo de música de Philip Glass…
En cuanto a Morella la he visto lejos de sus logros, incluso de los literarios. Nunca me pareció más preciso el espacio que le asignó a la danza cuando por alegoría la mencionó en su cuento ´Angst´: “Recogí de la calle a la perra enferma, triste y fea. La llamé Danza (…) La despegué del piso levantándola del rabo que parecía un cordel. Me miró con ojos de murciélago. Tenía la piel escamosa y sangrante (…) No ladró. No mordió. La metí dentro de una caja de zapatos. Así de pequeña era”.
A la danza en Lima le toca dejar esas dimensiones. Ampliar sus horizontes. Crecer.
viernes, septiembre 12, 2008
Entre voyeur y blasfemo
El hombre común ha iniciado su recorrido subterráneo con la esperanza de encontrar un mundo mejor. Vaya con su suerte, que la salida que encuentra va a dar a una galería de arte. Apuesten ustedes lo que sucede a continuación. Una, tras extender sus brazos y efectuar una suprema contracción de abdominales se yergue en el piso de la muestra. Dos, vuelve sobre sus pasos para continuar su recorrido por las alcantarillas de la ciudad. Lo visto le atrae poco. En la siguiente imagen, su corrosivo autor da cuenta de la muerte de Juan Pablo II a manos podría decir, de un meteorito. Una obra plasmada antes de la muerte real del Pontífice (1920-2005). Me di con las imágenes del irreverente Maurizio Cattelán y al verlas me vinieron a la cabeza los sustantivos del título: Voyeur y blasfemo. Quien sabe me sentí tocada por las implicancias que de manera no tan remota evocan sus obras. En cualquier caso, los términos ejercen sobre el observador el influjo de la corriente de moda: Son variaciones en torno a nuestro lado oscuro. Basta notar lo antiguo que pudiera sonarnos: Entre misericordioso y solidario. ¡Qué resulta más contemporáneo que lo dicho! Las bajas y no las altas pasiones nos tienen agarrados de los ojos. 



Imágenes: Maurizio Cattelán, 2001,1999.
jueves, septiembre 11, 2008
Mirar para mirarse

Iván ejerce como bohemio en un tercer piso. Allí pinta y vive, vive y pinta. Es un artista que ha iniciado el camino de encontrarse sin recurrir al último grito posmoderno: Usar como inspiración una foto o hacer a un lado el caballete. Iván necesita una modelo que le permita hacer suyo el gesto de un romántico. A imaginar entonces que de tanto en tanto una mujer sube las escaleras que separan la calle y su taller; un recorrido en el que se topa con varios gatos. Y es que Iván no sólo se rodea de esas criaturas de las que Borges decía que no eran más silenciosas que los espejos y que Neruda identificaba como arrogantes vestigios de la noche. Sus animales consentidos suelen formar parte de sus creaciones. Los gatos que sólo quieren ser gatos, como también decía Neruda, van y vienen entre lienzos, chisguetes y pinceles. No se oye un miau, a fin de cuentas esos gatos son gatos modelos.
¿Qué anima las variaciones sobre la presencia femenina en la pintura de Iván? ¿Qué sugieren esos personajes ensimismados a los que acompaña la vista de unos techos que apaciguan la mirada? El impulso erótico parecer fundirse con una intensidad que hace preguntarse por el lugar hacia el que viajan las fantasías de Teresa, Magdalena, de la figura desnuda con mandarinas, o de aquella que no deja de soñar aunque se encuentre en plena vigilia. Las pinceladas de toque expresionista abren y cierran interrogantes que se escapan finalmente por una ventana. El artista plasma el fondo de sus lienzos desde su buhardilla en Pueblo Libre alcanzando a ver hasta Magdalena, un circuito poco habitual si como hasta hoy se insiste en asociar el arte al distrito de Barranco.
Lo que le haya costado a Iván comenzar a trabajar entre sueño y realidad lo sabe sólo él. Cabe desearle la constancia que se necesita para continuar su exploración. Si es a contracorriente de quienes se empeñan en apartarse de la pintura, no quiere decir que el artista vaya a vivir fuera del presente globalizado. Es un dato contemporáneo mirar el mundo sin doctrinas, guiado solamente por el afán de mirarse a uno mismo y, ojalá, hacer mirar a los demás.

Imágenes: Muying, Teresa.
miércoles, septiembre 10, 2008
martes, septiembre 09, 2008
El crisantemo blanco

"El haiku es la forma poética ideal para expresar personalmente la percepción inmediata (...). Jamás se describe explícitamente la emoción humana, pero con característica reticencia oriental, los fenómenos naturales se usan para reflejarlas. Las palabras hablan de la naturaleza; los ecos están llenos de emociones humanas. Así: No dijeron palabra/ el visitante, el dueño de la casa/ y el crisantemo blanco".
Texto: Luis Racionero en "Filosofías del Underground".
Imagen: La suscrita en el Museo de Arte Moderno de Yokohama, (apropiación de instalación).
lunes, septiembre 08, 2008
viernes, septiembre 05, 2008
Rumbo al este
Ultimo día en Yokohama, Japón. El jet lag me la jugó definitivamente en este viaje. Solo anoche funcionó el descanso que me impuse, aunque no tuviera un deseo de dormir natural. Hoy me anima vislumbrar un retorno menos pesado si lo mido en las horas que debe permanecer un viajero en el aire. El tramo Dallas-Narita contabilizó a la venida trece horas, mientras que a la inversa tiene una duración de once horas mas cuarenta y cinco minutos. Cosas de la rotación de la tierra que le dicen. En cualquier caso, toca distribuir actividades que hagan llevadero el mantenerse en un asiento de avión. Desde ver alguna película, de venida elegí nada menos que El Ciudadano Kane, y para leer´La invención del arte´ texto del profesor norteamericano Larry Shiner, que no pudo venirme mejor para recorrer las salas del Museo de Arte Moderno de Yokohama. Un interés visiblemente surrealista enlaza los lienzos que decoran sus paredes. Dali, Magritte, Max Ernst y Paul Delvaux. Una mujer de Picasso sentada en un sillón es punto y aparte y en cuanto a los volúmenes, disfrute de dos piezas de Izamu Nogushi, una de Brancusi, una de Girogio de Chirico, asi como otra de Magritte titulada Madame Recamier. Sin dejar de mencionar dos de Dali, Mujer con cabeza de rosas, super.
Las dos salas de arte tradicional japonés me resultaron gratas, en particular una en la que me deje guiar por los colores entintados de las cabelleras de sus personajes. Las figuras suelen ubicarse en un primer término sin dar mayor importancia a la perspectiva usual en Occidente... Me voy.




Imágenes: Interior de un centro comercial con escultura de niño, Dali y Sata Yoshiro 1978.
Las dos salas de arte tradicional japonés me resultaron gratas, en particular una en la que me deje guiar por los colores entintados de las cabelleras de sus personajes. Las figuras suelen ubicarse en un primer término sin dar mayor importancia a la perspectiva usual en Occidente... Me voy.




Imágenes: Interior de un centro comercial con escultura de niño, Dali y Sata Yoshiro 1978.
jueves, septiembre 04, 2008
Jugando en la calle

Caminar bajo la lluvia con el paraguas adecuado, no tiene porqué ser una experiencia ingrata. Menos si un deambular confiado nos depara el contacto con un clown. Salida de una tienda, la figura se me colocó delante y entre sonidos que interpreté como un solo de amistosas onomatopeyas que buscaban llamar mi atención, comenzó a doblar el globo que tenía entre las manos. El resultado fue el racimo de uvas color violeta que me obsequió. Alcancé a hacerle una foto antes de que la clown, tardé en darme cuenta de que era mujer, me hiciera adiós con la mano y se perdiera entre la gente. Hubo química supongo, porque luego de un rato al volver una esquina y reencontrarnos me lanzó renovados jya ji yu y unas k, s, t, h siempre sorprendentes para una lengua como la nuestra por completo ajena a los sonidos aspirados. Lo que ocurrió entonces fue casi automático, quien sabe emergió alguno de mis otros Yos. Extraje el racimo que había colocado en mi cartera y mostrándoselo me sumé al juego de reproducir sonidos rimados. Si acaso tengo que advertirlo, desde mi desconocimiento absoluto de lo que es hablar japonés. Hilvané así y al mismo volumen alto y expresivo como nos suena la lengua oriental, una suma de otachitasulais, forais, jios jios para terminar con un par de mitsubishis, que más que por la marca del carro tenía en la memoria por una canción de Juan Luis Guerra. Qué hice, atiné a decirme solo después, ojalá no lo tome a burla. Felizmente no. La clown me cogió las dos manos sonrió y en el instante en que una fantasía loca me decía que me estaba invitando a formar parte de su show, dio media vuelta y se fue. Ah ah, dije yo, esto no termina aquí. Fue así que la seguí y desde entonces...já, lo cierto es que me divertí. Gocé como un gato y mas allá como dice una amiga que practica el Aikido. La frase es una traducción digamos que bastante libre, del arigato gozaimashita. Ella y su grupo se dicen a la salida de sus prácticas, domo arigato gozá mastá. Podrían darse una vuelta por acá, ¿no?



miércoles, septiembre 03, 2008
Clics respetuosos


Lo que logra una tradición que trata de tener presente al otro es ya un tema de meditación. Estuve en una ceremonia del té liderada por un grupo de damas locales enfundadas en el kimono de rigor, cierto que una me confesó que su traje no era de seda sino wash and wear. A la demostración práctica sobre el modo de preparar un poco de polvo verde con agua, se le agregaba eso sí, otro significado.

La consigna puede entenderse como el afán de paladear un brebaje en una atmósfera determinada. La intención es propiciar la armonía, el respeto, la pureza y la tranquilidad. Se tienen en cuenta las herramientas, los ritmos de quien hace el té y su intención de compartir un momento grato. Al inicio se entrega al convidado un par de dulces que dejan la acidez de la boca a punto para el ingreso de una bebida amarga. Luego de la explicación hubo voluntarias para imitar a la anfitriona, como se ve aqui abajo. En mi caso, mis dotes más visuales que culinarias, me llevaron a hacer fotos. Intenté, sí, que mis clics fueran armónicos, respetuosos, tranquilos y hasta puros. Mi cámara lo entendio así. Total, es japonesa.
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