Una frase de Capote me vino a la cabeza tras ver este viernes "Lato Sinistra", pieza de Guillermo Castrillón en la Alianza Francesa de Miraflores. "En el pánico la mente se atasca como el cordón de apertura de un paracaídas: y uno sigue cayendo". En el mismo registro, la palabra siniestro parece evocar solo una suma de infortunios. Se oye hablar de ráfagas de disparos que se extienden a diestra y siniestra, de una mirada que por lo malévola identificamos como siniestra, o de la historia de quien deambulando por la ciudad se dio de pronto con una calle que lo sobrecogió porque era siniestra. Ay, son seis los personajes que mas que iniciar un recorrido en busca de autor -se sabe que tanto el guión como el montaje pertenecen a Castrillón- aguardan al espectador para sumergirlo en el susodicho "Lato..." ¿Acaso buscan desatar un generalizado atasco de mentes?
Fuera esa o no la intención, "Lato Sinistra" se yergue a contracorriente de la atmósfera de fanfarria local que recorre la tv, periódicos y revistas en rubros diversos. La generan instituciones que sostienen preparar para el triunfo a quienes se integran a sus filas, entidades financieras que prometen trillonarios, restaurantes que ofrecen una dicha infinita a los paladares de sus comensales, planes turísticos que promueven la aventura en puntos desconocidos del planeta o, en fin, productos que garantizan la eternidad de una idealizada juventud.
Los personajes de "Lato..." nos devuelven a la tierra para dar cuenta del conflicto humano que la banalidad pretende negar. Y su gesto vale la pena. Declararse en crisis suele ser el impulso que anima un enriquecimiento que la frivolidad no logra. Nos volvemos testigos de una puesta en escena sorprendente tanto por la entrega del elenco como por el manejo de escena de su director. Bien por la composición, el ritmo, la iluminación y la selección de la música. Memorables el baño en la tina de Mónica Silva y el baile salsero de Jaime Lema. Castrillón nos ha traído al cine, oí decir a un complacido espectador en medio de la obra. En esa dinámica el afán es no dejarse arrastrar. Más bien buscar algún motivo que permita salir adelante. Para citar nuevamente a Capote, vemos que el grupo atraviesa entonces pueblos tediosos, muertos de noche, para finalmente al despuntar el alba vislumbrar el mar. Un océano de ternura que se nos brinda cuando decidimos querernos a nosotros mismos. Recién ahí surgen las condiciones para que nos quieran los demás.
Fuera esa o no la intención, "Lato Sinistra" se yergue a contracorriente de la atmósfera de fanfarria local que recorre la tv, periódicos y revistas en rubros diversos. La generan instituciones que sostienen preparar para el triunfo a quienes se integran a sus filas, entidades financieras que prometen trillonarios, restaurantes que ofrecen una dicha infinita a los paladares de sus comensales, planes turísticos que promueven la aventura en puntos desconocidos del planeta o, en fin, productos que garantizan la eternidad de una idealizada juventud.
Los personajes de "Lato..." nos devuelven a la tierra para dar cuenta del conflicto humano que la banalidad pretende negar. Y su gesto vale la pena. Declararse en crisis suele ser el impulso que anima un enriquecimiento que la frivolidad no logra. Nos volvemos testigos de una puesta en escena sorprendente tanto por la entrega del elenco como por el manejo de escena de su director. Bien por la composición, el ritmo, la iluminación y la selección de la música. Memorables el baño en la tina de Mónica Silva y el baile salsero de Jaime Lema. Castrillón nos ha traído al cine, oí decir a un complacido espectador en medio de la obra. En esa dinámica el afán es no dejarse arrastrar. Más bien buscar algún motivo que permita salir adelante. Para citar nuevamente a Capote, vemos que el grupo atraviesa entonces pueblos tediosos, muertos de noche, para finalmente al despuntar el alba vislumbrar el mar. Un océano de ternura que se nos brinda cuando decidimos querernos a nosotros mismos. Recién ahí surgen las condiciones para que nos quieran los demás.
Freud entra a tallar aquí con su pesquisa en torno al sentimiento que nos generan ciertas cosas, algunas personas o en general situaciones que nos sobrecogen. El creador del psicoanálisis se refiere a la vivencia de lo siniestro u ominoso. Su investigación nacida en los predios de la consulta analítica lo llevó a afirmar que aquello en apariencia desconocido o poco familiar que nos sobrecoge al punto de parecernos terrorífico, se puede asociar a un recuerdo que nos era familiar. Su destino sin embargo, era permanecer oculto. De allí que se viva como una angustia que ha sido reprimida y que vuelve.
Acaso sea este el núcleo de la situación de dolor que nos es familiar, pero que como decía Freud, queremos olvidar.Tras la crisis y el esfuerzo puesto en superarla somos premiados con uno de esos oasis momentáneos. Claro que de nuevo hemos de darnos con el conflicto. No hay otra forma de seguir adelante, pero por el momento todo funciona con una suavidad mas suave que un parpado que se cierra, otra frase de Capote.
Foto: "Lato Sinistra" de Guilermo Castrillon. Actúan, Mónica Silva, Jaime Lema, Samuel Dávalos, Vanessa Oviedo, Melania Urbina y Sandra Bonomini.
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