viernes, septiembre 26, 2008

La ciudad infinita

Llegar hasta el barrio de Abasto en busca de la exposición titulada *Da Vinci El Genio*, me hizo entrar en contacto con una zona movida de la ciudad. Aquí hay okupas me contó una chica argentina a la que acababa de conocer. Me extrañé. ¿Quieres decir familias enteras que se apropian de casas aparentemente abandonadas? ¿En Lima no hay?, retrucó ella. Me demoré en ubicar un equivalente en mi ciudad, situada a solo cuatro horas de vuelo en avión. A no ser me dije para mis adentros, que hablemos de las invasiones de terrenos en zonas periféricas. En su origen identificaron a los movimientos de pobladores sin recursos que tomaban posesión de un cerro o una explanada donde vivir. Con palos y esteras levantaban sus viviendas sin importarles no contar con servicios de agua ni luz. Su objetivo tras unos años, era obtener los títulos de propiedad otorgados por el Estado. Las cosas cambiaron cuando el asunto pasó a manos de traficantes de terrenos y se ha mantenido en ese registro. La chispa social se enciende cuando las izquierdas que pocas veces ven con buenos ojos la propiedad privada, ponen en cuestión la justicia que conlleva un desalojo. A lo que iba, en Buenos Aires el asunto okupa se hace en plena urbe y deduzco, inspira la precariedad de un modo de vivir tal que se refleja en las calles. Puede que en el adolescente que con la determinación de quien busca un puesto de trabajo, me mira de reojo al momento en que ve que llamó un taxi en una esquina cualquiera. El chico se adelanta a mi paso para abrirme la puerta y exigirme con mirada muda una propina. Se la doy. Leonardo y sus numerosos inventos plasmados en artefactos de madera pasan a segundo plano. Todo se vuelve un comparar los lugares que he visto antes de Abasto. La suerte está de mi lado porque en el asiento del taxi un periódico a disposición del pasajero me hace entrar en contacto con una joven que se ha convertido en un ilustre miembro de la comunidad de Abasto. Su seudónimo es Cumbio, ha cumplido diecisiete años, tiene una novia con la que se hace fotografiar y lidera un movimiento en la Red a partir de su fotolog. La nota periodística dice que ella no hace sino colgar una foto y al instante trescientos seguidores le están ya posteando un comentario. Vaya digo, a cada paso surge antes que un nuevo rostro de la urbe, alguno de sus muchísimos matices. Dejo con esa sensación una ciudad tan infinita como la mía, adonde me embarco hoy.

Imagen: publicidad en Puerto Madero y Cumbio, lideresa de juveniles en Abasto y su novia.

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