Con el recuerdo de la expo `Lima Sonora` que vi hace unos días en Buenos Aires, extraje estas imágenes de su catálogo. Me digo que para pensar en la muestra vienen a cuento las reflexiones sobre el término ´cultura´ del argentino Luis Felipe Noé, en su libro "Noe scritos, sobre eso que se llama arte". El primer uso del término cultura dice el autor, es como una aristocracia del espíritu. Cultura en este sentido, es un bien espiritual del hombre culto que la posee. El segundo uso en cambio, involucra a la sociedad como un todo y a sus integrantes como manifestación de ese todo. A juicio de Noé, si durante un buen tiempo primó la primera significación, al producirse el auge de los medios de comunicación la cultura dejó de verse como un bien de la burguesía en su sector espíritus elevados. El escenario hizo propicio el uso de la segunda acepción del término, hecho que por sí mismo daba cuenta del cambio que se había producido en el seno de la vida social.
El registro sonoro de las prácticas populares de una urbe ofrecido a oyentes foráneos, implica este segundo reconocimiento. Más todavía. Habría que preguntarse si el replanteamiento del concepto cultura trae aparejado el cambio del concepto arte. En este caso la imaginación desplegada para describir un paisaje sonoro nos hablaría de una forma artística con rasgos de rebelión. Al oído llega una reflexión que invita a pensar en el rescate cultural como acción política.
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