










Sobre lo llovido mojado. Me refiero al afán con el que algunos jóvenes artistas convierten en propias las imágenes que aparecen en las portadas de los diarios chichas, los programas musicales de la tv y en general el humor chabacano que circula por donde puede. Lo suyo es hacer foco en una cultura cuyo lema es el del entretenimiento fácil. Sin embargo, es a partir de este punto que se suceden los sofisticados clics de una cámara, las laboriosas pinceladas de colores encendidos, sino la suma de técnicas con las que dichos artistas se ocupan de escenas sobre todo sexuales. Se supone que el propósito es trasladarlas al ámbito tradicionalmente lleno de matices de las galerías, para que el espectador las contemple arropadas de ironía. Se dice que buscan quebrar la tradición de una Lima tan chismosa como disociadora. La de los ¡ave maría purísima! que veían pecado y crimen hasta en la propia sombra.



Que se sepa, las madres y padres de las chicas que salen en la tv para entonar cumbias peruanas, están más que complacidos. El sueño de ver a sus hijas convertidas en ídolos musicales los lleva a hacerse de la vista gorda, frente a los descarados trajes en los que éstas se enfundan para mover el caderamen. Pasan por alto que las lentejuelas fueran hasta no hace mucho sólo para las vedettes. Los tiempos cambian y la tv. como el negocio de la música y el fútbol hacen pensar en la entrada de dinero a manos llenas, siempre que se satisfagan de algún modo las bajas pasiones. Se vive pendiente del contrato jugoso que llevará a la familia entera al ascenso social. Puesto en bienes todo será entonces la casa lujosa, el carro último modelo, ropa nueva, abrir una cuenta bancaria y viajar quien sabe a qué destinos después de visitar a los parientes radicados en Nueva Jersey, Los Ángeles o Miami (los que salieron huyendo de un país sin puestos de trabajo). 





Me puse a pensar en el tema ayer que recorrí el Museo Italiano donde entre otros autores, se exhiben esculturas de Rodin y Dalí traídas de Mexico. Ambos artistas moldearon el bronce para dar a luz sus figuras. Que las piezas del catalán parezcan salidas de un sueño no impide que como en el caso del francés, estén hechas para un espectador al que le corresponde contemplaralas. En el arte contemporáneo en cambio, estamos viendo que se ha abierto la posibilidad de un arte relacional. Si en algo coincide con el modelo anterior es que el proceso no proyecta un significado único. Difiere sin embargo, en qué hoy el arte se debe pensar, al menos si se quiere disfrutar de la experiencia.
Ojalá la gestión de Simon no se base sólo en la confianza ingenua de creer que podrá arreglar el todo inarreglable, sino en una energía orientada a metas realistas. Si alguna utopía pido como ciudadana es que a la par de ordenar el mundo adulto, atienda el sector educativo. Urgen medidas innovadoras concertadas con el Ministro del ramo.
A mi tema, y como la salud manda, planeo ir hoy al Museo de Arte Italiano adonde ha llegado una muestra de esculturas que proviene de su similar mexicano, el Museo Soumaya de la Fundación Carlos Slim (México). Se mencionan los nombres de Rodin y Dalí bajo el rótulo: “Del mito al sueño”. ¡Ah!, desde hace varios meses la zona que rodea el Museo, se encuentra bloqueada por la construcción de un sistema de corredores para ómnibus de alta velocidad. ¡Cómo llegaré!
Si logro trasponer las puertas de la institución será en todo caso un paseo por la modernidad museable, una colección de estremecimientos muy distintos a los del arte contempòráneo. Aquí una pieza del plástico argentino León Ferrari (1920), que hecha en 1965 a propósito de la guerra de Vietnam, no ha perdido vigencia. Su título y la imagen del Redentor son de por sí provocadoras. Valen incluso como alegoría de la semana en que tras el destape de una conversación telefónica que reveló el modo en que los corruptos se ufanan de sus prebendas, el Apra se iba a pique.
Imagen: La Civilización Occidental y Cristiana, de L.Ferrari.

alsa de la medusa´del romántico Theodore Gericault. Una imagen que recreaba el naufragio de una embarcación francesa en mar africano. En este caso los náufragos se aferran a la balsa gastronómica para invocar el poder de los medios. El señuelo es evidentemente el contraste. Al lector le toca registrar la perturbación sin saber bien adónde dirigir su sentimiento. Tal vez sea cosa de actuar en el pequeño mundo que nos rodea. Hacer caridad, esbozar una sonrisa. Sino la lucha política comenzando por casa. Quiero decir en la propia psique. La indiferencia hace daño.
Fui al teatro el sábado para ver “La importancia del abrazo”, programa que cierra hoy el ´Festival 100% Cuerpo´ de la Alianza Francesa de Miraflores. La pieza puede considerarse un musical, como también un guión teatral coreografiado en el cual al talento actoral de Pilar Núñez y Jaime Lema se suman sus habilidades para el canto y la danza. La iluminación se adecúa a cada formato con una pista sonora impecable. De lo que trata. Dos actores, Damabunda y Sebastian de la Luce, se reencuentran tras toda una vida dedicada a las tablas. ¿Cómo te fue? Lo primero que sale a relucir es el deseo de mostrar al otro, el éxito con el que ha transcurrido la propia vida. Fui grande-como aún lo soy-hice esto-aquello-no hay como olvidar que provengo de una familia de artistas-los mortales mejor tratados por los dioses. La máscara se funde al momento en que la dinámica que los personajes mismos han generado, los conduce a completar el paisaje de sus vidas. Contar deja de ser entonces una pose, para convertirse en una actitud vital que logra revelar la humanidad de cada quien. Ni el actor ni la actriz van a dejar pasar la posibilidad de acompañarse, el abrazo es importante.
Cierro la semana con imágenes del mexicano Arturo Rivera (1945). Es curioso, pero mi admiración por su trabajo no ha podido encontrar ninguna resonancia en la información que pulula sobre él en la Red. En una crónica se dice que es un hombre de maneras intensas que afirma que no le debe nada a nadie. En otra que está obsesionado por los ojos. Yo digo que deja entrever la sensación de estar perdido en uno mismo. Que sus personajes parecen haber librado un combate al límite de sus fuerzas. Que contusos, quisieran dejar de pensar en lo vivido. Acaso nos preguntan si a nososotros nos pasa lo mismo. Acaso nos previenen del misterio mismo de la vida.


